La portada de mañana
Acceder
La apuesta de Macron por la derecha fracasa en tres meses
Segunda oportunidad para Muface: las aseguradoras ponen sus condiciones
'Sus rosarios, nuestros ovarios', por Neus Tomàs

Rusia y Ucrania intercambian cientos de prisioneros de guerra

elDiario.es

31 de enero de 2024 14:49 h

0

Rusia y Ucrania han intercambiado de nuevo cientos de personas capturadas por cada bando en la guerra una semana después de la caída del avión de transporte militar ruso Il-76 presuntamente con prisioneros ucranianos a bordo, según Moscú.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado este miércoles del canje con Ucrania, en el marco del cual han sido liberados 195 rusos. “El 31 de enero, a consecuencia de un proceso de negociaciones, desde los territorios controlados por el régimen de Kiev fueron devueltos 195 militares rusos que estaban en peligro de muerte”, informa el departamento castrense en Telegram. Según Defensa, los militares rusos liberados serán trasladados a Moscú “para su tratamiento médico y rehabilitación en instituciones médicas del Ministerio de Defensa”. “Todos los liberados reciben la ayuda médica y psicológica necesaria”, añade.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha dicho en redes sociales que 207 ucranianos capturados por Rusia han regresado en el intercambio de prisioneros. “Nuestra gente está en casa”, señala. Según ha detallado el Centro de Coordinación para el Tratamiento de Prisioneros de Guerra de Ucrania, 180 son soldados rasos y suboficiales, y otros 27 son oficiales. Previamente, Rusia había dicho que, a cambio de recibir a los suyos, había entregado a 195 prisioneros de guerra de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Una parte importante de los ucranianos liberados fueron capturados por Rusia en mayo de 2022 durante la rendición de las tropas que defendían la acerería de Azovstal, en el puerto del mar de Azov de Mariúpol, según informa el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Yermak.

Moscú y Kiev han canjeado cientos de prisioneros desde el inicio de la guerra, incluido el mayor intercambio que tuvo lugar a principios de este mes, cuando 230 ucranianos fueron intercambiados por 248 rusos. El Centro de coordinación dice que este es el 50º intercambio desde el comienzo de la invasión rusa.

Este último canje tiene lugar justamente siete días después de que se estrellara un avión ruso en la región rusa de Bélgorod, a bordo del cual, según Moscú, viajaban 65 prisioneros de guerra ucranianos, parte de los 195 acordados para un intercambio que debió haber tenido lugar el miércoles pasado. Según la versión rusa, el avión de transporte militar ruso Il-76 fue derribado el miércoles de la semana pasada por Ucrania.

Kiev, que ha confirmado que se preparaba un canje y no ha negado explícitamente el derribo de la aeronave, ha cuestionado la versión rusa, sugiriendo que Moscú usó como escudos humanos a los prisioneros ucranianos y ha afirmado que Moscú no ha mostrado “disposición” a entregar los cuerpos.

“En este momento no hay disposición a entregar los cuerpos”, dijo este martes a la cadena pública del país el dirigente de la inteligencia militar ucraniana Andrí Yusov, quien también señaló que no tienen más pruebas que las declaraciones oficiales rusas de que los prisioneros de guerra que iban a ser intercambiados ese mismo día iban a borde del avión estrellado.

Yusov afirmó que, según la versión rusa, el avión iba cargado “a un tercio” de su capacidad. Según el dirigente de la inteligencia militar ucraniana, el GUR considera posible que el avión de transporte militar derribado fuera cargado únicamente de armamento, de acuerdo con su función original. Otra de las hipótesis a las que da credibilidad el GUR es que el Il-76 transportara simultáneamente “munición y personas” y que Rusia utilizara a prisioneros de guerra ucranianos como “escudos humanos”. “Debe ser investigado cuidadosamente”, remachó Yusov.

La CIJ concluye que Rusia violó partes de dos tratados

Entretanto, este miércoles, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el principal órgano judicial de Naciones Unidas, ha concluido que Moscú violó partes del tratado contra la financiación del terrorismo por no investigar a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania, y puntos de la convención contra la discriminación por vetar idiomas no rusos en las escuelas de Crimea, tras su anexión, a partir de 2014.

En un fallo definitivo que rechaza la mayoría de las peticiones hechas por Ucrania, la CIJ determina que Moscú se negó a investigar el respaldo financiero a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania desde 2014, en contra de las peticiones que le había hecho Kiev sobre esto, y también bloqueó el idioma ucraniano en el sistema escolar de Crimea.

Sin embargo, la CIJ se ha negado a exigir reparaciones a Moscú en este caso, como había pedido Ucrania en 2017, por lo que supone un revés legal para Kiev. 

Este fallo se centra en la violación por Rusia del Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo (ICSFT), y el Convenio Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD). Kiev acusó a Moscú de buscar erradicar a la comunidad “multiétnica” de Crimea a través del “nacionalismo ruso discriminatorio” y de financiar la “insurrección” contra el Estado ucraniano desde 2014.

La presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, recuerda que este es un caso separado al iniciado en 2022 por Kiev, que acusó a Moscú de “manipular la noción de genocidio” recogida en la Convención sobre el Genocidio (1948) para “justificar la agresión” a Ucrania de hace casi dos años. “La situación en Ucrania es muy diferente hoy a lo que era cuando Ucrania inició este caso en enero 2017. Las partes están ahora involucradas en un conflicto armado que ha conducido a una tremenda pérdida de vidas humanas y un gran sufrimiento humano”, ha señalado Donoghue, que ha subrayado que este caso solo se centra en la violación de artículos de la ICSFT y CERD.

Pero la jueza ha recordado que, ya en abril de 2017, exigió a las partes, como medida cautelar, “abstenerse de realizar cualquier acción que pueda agravar la extensión del litigio ante el tribunal o dificultar su resolución”. Ha lamentado, sin embargo, que Rusia reconoció a la República Popular de Donetsk y la de Lugansk como “Estados independientes” y después “lanzó lo que llamó una operación militar especial” contra Ucrania en febrero de 2022, violando las medidas cautelares.

“En opinión de la Corte, estas acciones socavaron gravemente las bases de la confianza y la cooperación mutuas y, por lo tanto, hicieron que la disputa fuera más difícil de resolver. Por estas razones, el tribunal concluye que Rusia violó la obligación contenida en la orden de abstenerse de cualquier acción que pueda agravar el litigio”, ha dicho.

Asimismo, la CIJ considera que Rusia “ha violado su obligación” con la ICSFT “al no tomar medidas para investigar los hechos contenidos en la información recibida de Ucrania sobre personas que presuntamente han cometido un delito” contra la convención que prohíbe la financiación del terrorismo. Además, determina que Moscú también ha violado la CERD “por la forma en la que implementó su sistema educativo en Crimea después de 2014 en lo que respecta a la educación escolar en idioma ucraniano”, es decir, al impedir idiomas no rusos en los colegios.

Kiev había exigido que Moscú que la indemnizara por los crímenes cometidos por los rebeldes prorrusos en la zona este de Ucrania, lo que incluye la tragedia del vuelo MH17, el avión de Malaysia Airlines derribado el 17 de julio de 2017, que se cobró la vida de los 298 pasajeros, en su mayoría neerlandeses. Pero el tribunal no quiso exigir esas reparaciones ni pronunciarse sobre el caso del MH17. En 2022, un tribunal neerlandés sentenció a cadena perpetua a dos ciudadanos rusos y a un ucraniano por “asesinato” de esas 298 personas.

Además, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, habría autorizado personalmente la entrega de sistemas de defensa aérea a los separatistas ucranianos, incluido el sistema de misiles Buk que derribó el vuelo MH17, según concluyó un equipo conjunto de investigadores de Países Bajos, Australia, Bélgica, Malasia y Ucrania. El mismo lleva casi una década buscando pistas que permitan llevar ante la justicia a los responsables de ordenar el derribo del avión malasio.