El holandés Mark Rutte, cabecilla de los 'frugales' que más se resistieron al fondo de recuperación europeo, acaricia su cuarto mandato

Andrés Gil

16 de marzo de 2021 23:09 h

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Mark Rutte acaricia un cuarto mandato. Su partido, el liberal VVD, encabeza las encuestas de unas elecciones generales que se desarrollan entre este lunes y el miércoles a causa de la pandemia. Rutte, en el poder desde 2010, es el primer ministro de un Gobierno que en los últimos tiempos se ha caracterizado por enarbolar la bandera de la frugalidad en la Unión Europea: es decir, una nueva austeridad –defendida por Países Bajos, Austria, Dinamarca y Suecia, con el apoyo de Finlandia– para reducir los presupuestos plurianuales de la UE y para resistirse a que los fondos de recuperación ante la pandemia de la COVID-19 no fueran sólo préstamos y créditos que llevarían a abultar aún más la deuda de los países tras activarse la barra libre del gasto por parte de la Comisión Europea al principio de la pandemia.

El Gobierno de Rutte también es el que, por voz de su ministro de Finanzas y candidato del centro derecha (CDA), Wopke Hoekstra, pidió a la Comisión Europea una investigación sobre la situación fiscal de los países del sur en las discusiones sobre la respuesta europea a la pandemia, actitud calificada de “repugnante” por Portugal.

“Esa mezquindad recurrente amenaza el futuro de la UE”, llegó a decir el primer ministro portugués, António Costa. Hoekstra, en el Ecofin, pidió a la Comisión que “investigue” por qué algunos Estados miembros no tenían margen fiscal para afrontar la crisis del coronavirus. auditar en qué se gastaba el sur el dinero.

Hoekstra se hizo tan famoso en Europa como otro compatriota suyo, Jeroen Dijsselbloem, aquel holandés (socialdemócrata) que presidió el Eurogrupo durante la anterior crisis y acusó a los países del sur de gastarse el dinero en “mujeres y copas”.

En una entrevista con la agencia Lusa, Costa dijo: “Más que una cuestión económica o financiera, es una cuestión política la que está encima de la mesa. Necesitamos saber si podemos seguir a 27 en la Unión Europea o a 19 [en la zona euro], o si hay alguien que quiere quedarse fuera”. “Me refiero a los Países Bajos ”, subrayó Costa, quien afirma: “Este es el momento de la clarificación política en Europa”.

'Dumping' fiscal

Pero no sólo respondió el Gobierno portugués. En una entrevista publicada por el Süddeutsche Zeitung, el entonces primer ministro italiano, Giuseppe Conte, respondía: “Mire el ejemplo de Holanda, cuyo dumping fiscal atrae a miles de multinacionales, que trasladan allí sus sedes, y obtienen un flujo de ingresos fiscales sustraídos de otros socios de la Unión Europea: 9.000 millones de euros cada año, según un análisis de Tax Justice Network”.

En efecto, el estudio de Tax Justice 2020, publicado junto con Public Services International, revela cuánto dinero público deja de ganar cada país debido al abuso fiscal, e identifica a los más responsables de las pérdidas del resto. El método es analizar los datos facilitados por las corporaciones multinacionales a las autoridades fiscales y publicados recientemente por la OCDE. Y las cinco jurisdicciones más responsables de las pérdidas fiscales, según la investigación, son: el territorio británico de Caimán (responsable del 16,5% de las pérdidas fiscales globales, equivalente a más de 58.700 millones); el Reino Unido (10%; más de 35.800 millones); los Países Bajos (8,5%; más de 30.200 millones); Luxemburgo (6,5%; más de 22.600 millones) y Estados Unidos (5,53%; más de 19.300 millones).

Es decir, Países Bajos es el país de la UE que más pérdidas fiscales ocasiona al resto, y el tercer territorio mundial.

La coalición

El primer ministro es Mark Rutte y el ministro de Finanzas, el candidato del centro derecha, Wopke Hoekstra.

Rutte (VVD) es el primer ministro de un gobierno de coalición con cuatro partidos: el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), Llamada Demócrata Cristiana (CDA), Demócratas 66 (D66) y Unión Cristiana (CU). La CDA es el partido de Hoekstra, cuyo discurso mira mucho la política interna y aspira a disputar a Rutte la hegemonía holandesa en las próximas elecciones.

Sin embargo, las encuestas citadas por Efe revelan que Rutte puede incluso crecer en un fragmentado Parlamento de 150 diputados, el primero que se elige en pandemia en la Unión Europea. El liberal VVD está a la cabeza y obtendría entre 36 y 40 escaños. A los liberales les sigue la ultraderecha de Geert Wilders, que mantendría entre 18 y 20 diputados, y que está condenada a la oposición a causa del “cordón sanitario” practicado por el resto de los partidos por su guerra contra la inmigración, el islam y a la UE.

Los democristianos de CDA, de Wopke Hoekstra, obtendrían entre 16 y 18 escaños, por encima de los liberales D66, que perderían de 3 a 6 diputados, quedándose con entre 14 y 16 escaños.

La izquierda verde GroenLinks retrocede, según las encuestas, con respecto a los comicios de hace cuatro años, y se quedaría con entre 11 y 13 escaños, un resultado similar al que obtendrían los socialdemócratas del PvdA (el partido del vicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans y del ex presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem), que empiezan a recuperar terreno después de la gran derrota de 2017, cuando fueron castigados por su colaboración en los recortes durante la anterior crisis.

El Partido Socialista –más a la izquierda– se quedaría con entre 9 y 11 diputados; y la Unión Cristiana y el Partido de los Animales se harían con entre 5 y 7 escaños; la ultraderecha Foro para la Democracia (FvD), de Thierry Baudet, espera entre 3 y 5 escaños, y los calvinistas de SGP se quedarían con entre 2 y 4 asientos.

El partido que defiende los derechos de los mayores, 50Plus, podría perder alguno de sus tres escaños, los mismos que tiene DENK (partido antirracista) y los que obtendrían los recién llegados al Parlamento: el proeuropeo Volt y la escisión de FvD, conocida ahora como JA21. Estas nuevas irrupciones podrían hacer que el Congreso se divida entre 15 grupos de diferentes ideologías.

Las falsas acusaciones de fraude

El Gobierno, además, llega formalmente dimitido aunque la convocatoria electoral lo ha mantenido en funciones en el cargo. Y así es tras el estallido en enero pasado de un escándalo por el cual la Agencia Tributaria neerlandesa acusó sin fundamento a más de 26.000 padres de fraude fiscal tras recibir ayudas para pagar los cuidados de sus hijos, y exigió a miles de victimas devolver el dinero que habían recibido con anterioridad, lo que llevó a muchos a la ruina, a perder su casa y su trabajo, y a endeudarse para poder reunir un dinero que no tenían, explica Efe.

Así, el Gobierno neerlandés saliente anunció a dos meses de las elecciones generales que permitirá a las víctimas recibir la compensación de 30.000 euros prometida sin tener que entregar todo o gran parte de esa cantidad a los acreedores. Según los diferentes ministerios citados por Efe, todas las deudas serán canceladas, independientemente de lo que “le cueste” al Estado.

Desde 2014, aunque se cree que hay casos de años anteriores, la Agencia Tributaria envió cartas a miles de padres, en su mayoría de orígenes extranjeros, acusándolos de fraude, sin darles la posibilidad de demostrar lo contrario ni ofrecerles argumentos, tras haber recibido ayudas para pagar guarderías u otros servicios del cuidado de niños para que los progenitores pudieran trabajar.

Y contra el pasaporte de vacunación

Una de las últimas cruzadas de Rutte al frente del Gobierno neerlandés dentro de la Unión Europea está siendo frenar la propuesta griega y española de que los certificados de vacunación habiliten para ahorrarse medidas preventivas de la pandemia y, así, agilizar la movilidad y el turismo.

El Gobierno holandés ha insistido en que no puede pensarse en que el certificado de vacunación, cuya propuesta presenta este miércoles la Comisión Europea, no debe servir para evitar tests PCR y cuarentenas en tanto no se evidencie que las personas vacunadas no transmiten el virus.