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CLAVES

Quién es y qué se sabe de Serguéi Surovikin, el general ruso desaparecido tras el motín de Wagner

Imagen de archivo del presidente ruso, Vladímir Putin, condecorando a Sergei Surovikin.

Icíar Gutiérrez

29 de junio de 2023 14:47 h

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El general ruso Serguéi Surovikin ha desaparecido de la escena pública tras el fin de la rebelión liderada el sábado por el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, contra el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov. Varias informaciones apuntan a que el militar de alto rango ha sido detenido mientras crece la especulación de que el Kremlin pretende purgar el Ministerio de Defensa de figuras consideradas desleales. Surovikin es percibido como afín a Wagner, pero fue uno de los primeros en salir a exigir que los mercenarios detuvieran su motín.

La versión en ruso del diario Moscow Times reveló este miércoles que Surovikin ha sido detenido, citando a dos fuentes cercanas al Ministerio de Defensa. Este jueves, el Financial Times ha informado también de su detención, según tres personas familiarizadas con el asunto. Pero, según el mismo diario, aún no está claro si el general ha sido acusado como conspirador en el motín encabezado por Prigozhin el sábado, o simplemente arrestado para ser interrogado. La agencia Associated Press también ha hablado con dos fuentes que creen que el general fue detenido días después de que los mercenarios organizaran el motín. No está claro si se enfrenta a algún cargo o dónde se encuentra detenido, según el medio estadounidense. Por su parte, Bloomberg escribe que la oficina del fiscal militar interrogó a Surovikin durante varios días sobre sus conexiones con Prigozhin.

Corresponsales militares con gran seguimiento en Rusia han dicho que él y otros oficiales superiores están siendo interrogados por el servicio de seguridad (FSB) para comprobar su lealtad. El canal de Telegram Rybar, administrado por un grupo que se define como equipo de expertos militares rusos, dice que se ha desatado una purga en las Fuerzas Armadas. Según el Financial Times, Putin ha comenzado una operación de limpieza en la parte superior de los servicios de seguridad para sofocar a los críticos, restaurar el orden y restablecer su dominio tras el motín de Wagner.

Estas informaciones no han sido confirmadas de manera oficial, pero el sistema ruso se caracteriza, entre otras cosas, por la opacidad. El canal de Telegram Baza afirma haber hablado con la hija de Surovikin, quien dice que no ha sido detenido y que todo está bien. “No le pasó nada, está en el lugar de trabajo”.

“No espero una purga al estilo de Stalin; ese no es el método de Putin. Su visión divide a los individuos en héroes, traidores (que se enfrentan a graves consecuencias) o almas perdidas que pueden ser indultadas si se arrepienten a tiempo”, ha tuiteado Tatiana Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik. “Las detenciones son posibles dentro de este marco, pero es menos probable que figuras como Surovikin se conviertan en objetivo. El reto aquí es que Putin no es el mismo de antes, y hay figuras influyentes con sus propias agendas, como Serguéi Shoigú, que pueden estar interesadas en eliminar la oposición interna. Así que el destino final de Surovikin no está claro”.

Surovikin sabía del motín, según el NYT

Desde la rebelión del fin de semana se ha especulado mucho acerca de si Prigozhin tuvo apoyos. Las fuerzas de Wagner tomaron rápidamente el control del cuartel militar en Rostov, una de las ciudades más grandes de Rusia, donde aparentemente encontraron una resistencia mínima, y avanzaron a lo largo de cientos de kilómetros hacia el norte. Sin embargo, no hubo deserciones masivas de los militares del ejército regular y otras fuerzas de seguridad y ningún general ruso le declaró públicamente su apoyo.

El New York Times informó este miércoles de que Surovikin y posiblemente otros miembros de alto rango del mando militar tenían conocimiento del motín, citando a la inteligencia estadounidense, pero los servicios de espionaje están tratando de averiguar si el general ayudó a planificar las acciones de Prigozhin. Moscú calificó de “especulación” estas informaciones. “En torno a estos acontecimientos habrá ahora muchas especulaciones y conjeturas. Creo que esto es uno de tales ejemplos”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.

En las primeras horas del motín, el general Surovikin apareció en un vídeo en el que hacía un llamamiento a los combatientes a poner fin a la rebelión y volver a sus cuarteles. Desde entonces, no ha aparecido públicamente. El Financial Times cita a una fuente familiarizada que asegura que no está en casa y “no hay contacto con él, ni con sus guardias, ni con su asistente”.

“No está claro qué ocurrió para que Surovikin pidiera a Prigozhin que pusiera fin a la rebelión solo varias horas después de su inicio, aunque es posible que lo hiciera bajo coacción en lugar de por apoyo a los dirigentes militares rusos”, dicen en su último informe los expertos del think tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW). 

Los investigadores del ISW consideran que si las autoridades rusas han detenido a Surovikin, es probable que el Kremlin le utilicé a él y a sus afiliados “como chivos expiatorios para explicar públicamente por qué los aparatos militar y de seguridad interna rusos respondieron mal a la rebelión y para justificar una posible revisión de la cúpula militar rusa”. El general, debido a sus relaciones con Wagner, “es un candidato principal para chivo expiatorio independientemente del nivel real de apoyo que dio a la rebelión”, dice su informe.

'General Armagedón'

Surovikin, de 56 años, recibió el apodo de “general Armagedón” (apocalipsis) por sus violentas tácticas de bombardeos en Siria. Un informe de Human Rights Watch publicado en 2020 denunció decenas de ataques aéreos y terrestres contra objetos e infraestructuras civiles. El informe documentó que las fuerzas rusas bajo su mando atacaron “hogares, escuelas, instalaciones sanitarias y mercados sirios, los lugares donde la población vive, trabaja y estudia”.

Se trata de un líder militar respetado y percibido como más competente que otros altos cargos militares rusos. Al frente de la invasión de Ucrania, Surovikin recomendó en noviembre de 2022 la retirada rusa del norte de la región de Jersón, más ordenada que el repliegue en Járkov, unos meses antes.

En enero, fue degradado y sustituido por Guerásimov como máximo comandante de las fuerzas militares que combaten en Ucrania tras apenas tres meses en el cargo –había sido nombrado en octubre, tras la explosión que dañó el puente de Crimea–. Putin le dejó no obstante el mando adjunto de las tropas en Ucrania.

Prigozhin ha elogiado a Surovikin mientras arremetía abiertamente contra Shoigú y Guerásimov, a los que acusa de burócratas y culpa de los fracasos en el frente. También ha sido uno de los favoritos de la comunidad más partidaria de la guerra en Rusia.

Varios expertos remarcaron entonces que Surovikin se estaba volviendo más poderoso y vieron el reemplazo como una manera de intentar consolidar el control del Ministerio de Defensa sobre la guerra cuando Prigozhin estaba asumiendo un papel más importante, con los avances en la región de Donetsk, alrededor de Bajmut.

Escepticismo sobre la complicidad

Varios expertos se han mostrado escépticos sobre la posible complicidad del general en el motín de Prigozhin. “La pregunta principal es si Surovikin sabía o coordinó/participó en la preparación de la rebelión”, escribió Stanovaya. “Bueno amigos, mirad el motín en sí: sin objetivos políticos claros –más que conseguir que Putin haga caso y proteja a Wagner–, sin preparación normal, sin idea de que el camino a Moscú estaría abierto y llevaría a una muerte segura.... ¿En qué hay que involucrarse? ¿En el intento desesperado de Prigozhin por salvar a Wagner?”. “Por otro lado, creo que Surovikin puede haber simpatizado, puede haberlo sabido. Pero eligió claramente ponerse del lado del Estado en el momento oportuno”, dijo.

La analista cree que entre los simpatizantes de Prigozhin había militares, pero “sería más correcto decir descontentos con Shoigú y Putin”. “Tengo la fuerte sospecha de que el principal beneficiario de toda esta historia es, curiosamente, Shoigú. Prigozhin y Wagner han sido eliminados, (...) ahora puede ocuparse de las filas de su propio Ejército”.

“Solo quiero destacar que Surovikin es el comandante de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas, y Wagner derribó más de siete aviones, incluidos varios que no estaban armados. Algo extraño si el comandante de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas te estaba apoyando activamente”, dijo en Twitter el analista militar Rob Lee.

El New York Times subrayó en su exclusiva que a las autoridades estadounidenses “les interesa sacar a la luz información que socave el prestigio del general Surovikin, al que consideran más competente y más despiadado que otros miembros del mando”. Su destitución, escribe el diario, “beneficiaría sin duda a Ucrania”.

“Si yo fuera cínico me preguntaría si se trata de una operación de información”, tuiteó Mark Galeotti, especializado en Rusia. “Surovikin no tardó en hacer un llamamiento público a los mercenarios de Wagner para que se retiraran, dejando claro que –en contra de las sospechas previas de que era cercano a Prigozhin– era leal al Kremlin. Esto podría haber ayudado a limpiar su expediente y hacerlo elegible para volver a ser nombrado comandante general en Ucrania o incluso jefe del Estado Mayor después de Guerásimov (había sido el favorito)”.

“Esto, seamos sinceros, no habría sido bueno para Ucrania, Surovikin no es un hombre agradable, pero es un general peligrosamente competente. Como digo, esto es solo especulación, pero sugerir complicidad con la traición de Prigozhin –usando las palabras de Putin– puede parecer una buena manera de ayudar a descarrilar su regreso”, dijo Galeotti.

El Wall Street Journal informó este miércoles que el jefe del Grupo Wagner planeó capturar a la cúpula militar rusa como parte del motín del fin de semana y aceleró sus planes después de que la agencia de inteligencia nacional del país tuviera conocimiento del complot. Las fuentes del Journal creen que Prigozhin había comunicado sus intenciones a altos oficiales militares, incluido posiblemente Surovikin, pero el diario no pudo determinar si el general pasó esta información al FSB o cómo la agencia se enteró de los planes de Prigozhin.

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