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Los socialistas portugueses facilitan el Gobierno conservador, que evita pactar con la extrema derecha

Sin alternativa en la izquierda y sin posibilidad de ir a elecciones anticipadas, el Partido Socialista (PS) ha dejado que el Gobierno conservador pilotado por Luís Montenegro eche a andar, absteniéndose en las dos mociones de rechazo presentadas en el Parlamento por el Partido Comunista Portugués y el partido de izquierda El Bloco.

La cámara ha tumbado este viernes ambas mociones contra el programa del Gobierno en minoría, con la abstención de los socialistas, que ocupan 78 de los 230 asientos en el hemiciclo. Para que una iniciativa de este tipo sea aprobada necesita de mayoría absoluta, por lo que sin el respaldo del PS ni de la coalición de Montenegro, Alianza Democrática (AD), era imposible que las mociones siguieran adelante.

La líder parlamentaria de los socialistas, Alexandra Leitão, había confirmado el pasado miércoles miércoles el voto de los socialistas, aunque aseguró que “habilitar al Gobierno no significa que se tenga que habilitar todo”. Con la abstención de los socialistas, el nuevo Ejecutivo no ha dependido del voto de la extrema derecha de Chega para tener plenos poderes. Con su 'no es no', el primer ministro ha mantenido hasta ahora que no iba a negociar acuerdos con la formación ultra.

Las mociones han sido rechazadas con 138 votos en contra (de toda la derecha parlamentaria), 77 abstenciones (procedentes de los socialistas) y 13 votos a favor de los diputados a la izquierda de los socialistas (Partido Comunista, El Bloco y Livre)

Un programa poco ambicioso

El Ejecutivo portugués ha defendido su programa de gobierno en el Parlamento luso en los dos últimos días. Era el paso previo para que el Gobierno asumiera plenas funciones, si no era aprobada ninguna moción de rechazo. Dada la falta de una mayoría parlamentaria que lo respalde, el programa no es muy ambicioso en cuanto a la fijación de objetivos, ya que no está claro cuánto durará en una legislatura en la que el Gobierno solo cuenta con el apoyo del 34% de los diputados. 

Para sostener la idea de que busca el diálogo, el Gobierno ha hecho el esfuerzo de reunir 60 propuestas de los programas de todos los partidos con escaños parlamentarios, aunque algunas sean medidas meramente simbólicas, como la “defensa de la capacidad productiva, innovación, calidad y competitividad de la industria conservera”, parte del programa electoral de los comunistas.

Este jueves, el primer ministro portugués, el conservador Montenegro, definió el programa del Gobierno como uno “de cambio y esperanza” que cumple “el derecho a elegir, la aspiración a la libertad, la solidaridad, la igualdad de oportunidades y la prosperidad”, garantizando que está “plenamente dispuesto” a trabajar con todos los grupos parlamentarios para hacer viables las distintas políticas del Gobierno.

Montenegro afirma que este programa sirve para “cumplir 'Abril”, expresión que en Portugal representa el cumplimiento de los ideales de la Revolución de los Claveles, que el próximo día 25 cumple 50 años, y ha pedido a los socialistas que no bloqueen su aplicación.

Los socialistas piden diálogo

A pesar del complejo escenario parlamentario que exige consenso, la elaboración del programa no ha sido objeto de negociaciones en las últimas semanas. La socialista Alexandra Leitão sostiene que la inclusión de medidas sin negociación “no es señal de diálogo” y el secretario general del PS, Pedro Nuno Santos, aprovechó la ocasión para lamentar lo que calificó de “arrogancia” del primer ministro, que, argumentó, “empieza mal”, ya que “no hubo diálogo alguno”. 

La líder del Bloco de Esquerda, Mariana Mortágua, anunció el miércoles, horas después de haber recibido el programa, que su grupo, con cinco diputados, iba a presentar una moción contra el mismo. Mortágua aseguró que el Gobierno hace “una elección clara” sobre a quién y a qué quiere proteger: “A los grandes patrones, las grandes empresas, intereses privados muy particulares, intereses específicos para la especulación y el expolio del trabajo en Portugal”, dijo la dirigente de la formación de izquierdas.

Las prioridades del Gobierno son las que ya figuraban en el programa electoral de la coalición Alianza Democrática. De momento, se prevé una reducción del IRPF (en Portugal, IRS) para todos los ingresos de hasta 2.529 euros mensuales, una medida que representa una reducción de los ingresos del Estado de unos 1.500 millones de euros. Aún no ha anunciado el porcentaje de la reducción por nivel de ingreso, pero el Gobierno ya se ha comprometido a aprobar la rebaja de estos tipos la próxima semana, haciendo reducciones graduales a lo largo de la legislatura. El Ejecutivo también seguirá adelante con la privatización de la compañía aérea TAP.

Reducir a 30 días el tiempo que tarda el Estado en pagar a las empresas, avanzar en el diálogo con los distintos partidos para luchar contra la corrupción, negociar subidas salariales para las distintas carreras públicas, poner en marcha un plan de emergencia para la sanidad pública, permitir la financiación íntegra del valor de una vivienda a los jóvenes de hasta 35 años y reducir al 15% los impuestos que pagan los jóvenes son otras de las medidas que el Gobierno considera prioritarias. El programa también esquiva propuestas polémicas para evitar problemas en el proceso de negociación en el Parlamento.

A pesar de la viabilidad asegurada del Gobierno, la amenaza de inestabilidad y elecciones anticipadas se cierne sobre Portugal. El ascenso de la extrema derecha y la ajustada victoria de los conservadores en las elecciones del pasado 10 de marzo han hecho especialmente complejo este escenario parlamentario. De momento, hay dos pruebas electorales a corto plazo que podrían medir la fuerza de los distintos partidos: las elecciones regionales anticipadas de Madeira, el 26 de mayo, y las europeas, el 9 de junio.