El alto cargo de la ONU que descubrió los abusos sexuales a niños centroafricanos por parte del personal de paz de las Naciones Unidas ha sido completamente exculpado después de una investigación interna. Anders Kompass, director de operaciones de campo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra, fue suspendido y casi despedido después de filtrar documentos confidenciales. Kompass remitió a las autoridades francesas archivos en los que constaban casos de abuso sexual infantil cometidos por soldados de sus tropas en la República Centroafricana (CRA), tras comprobar que la ONU no había conseguido detener estos delitos.
El escándalo fue publicado en un primer momento por The Guardian en abril del año pasado. Entonces las declaraciones de las víctimas y el trato recibido por Kompass captaron la atención mundial. Naciones Unidas condenó sus actos repetidamente, insistiendo en que había roto un protocolo al compartir documentos internos secretos.
Tras nueve meses sometido a un escrutinio interno, hace unos días Kompass fue informado a través de una carta de que la investigación dirigida por la Oficina de Servicios de Supervisión Interna (OIOS por sus siglas en inglés) le absolvía de todos los cargos.
Su exculpación ha llegado justo después de que un panel independiente –creado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, sobre los delitos cometidos contra menores en la RCA– concluyese que Kompass no había cometido ningún error al filtrar los documentos internos, que contenían entrevistas con las víctimas así como descripciones de los responsables franceses. El panel independiente condenaba el “importante fracaso institucional” de las Naciones Unidas por su pasividad ante los testimonios de los niños abusados en la República Centroafricana.
Kompass ha hablado con The Guardian por primera vez sobre esta dura experiencia. “Me siento aliviado pero con cierta tristeza. Es todavía un misterio las razones que llevaron a los líderes de la ONU a tomar esa decisión, cuando conocen perfectamente lo mal que la organización se encarga de este tipo de casos. Sabían que esconder esta información generaría un antecedente negativo en la denuncia de hechos como estos”, ha comentado. “Es importante que otros miembros vean lo que he defendido. Es uno de los motivos por los que he pasado por todo esto, para dar un ejemplo a mis compañeros –en especial a los más jóvenes–, porque de otra forma el mensaje habría sido: 'Ya conoces las consecuencias si intentas hacer algo parecido a lo que ha hecho Anders”.
Un informe perdido en la sombra
Las investigaciones sobre los testimonios no se iniciaron hasta que Kompass envió el informe a los franceses. Los oficiales galos agradecieron a Anders su labor, incluso cuando sus propios empleados intentaron utilizar el informe contra él. Los menores que fueron forzados por las tropas de paz francesas requerían protección civil en un campamento de población desplazada cerca del aeropuerto de la capital, Bangui, entre diciembre de 2013 y junio de 2014.
El informe confidencial, titulado Abuso sexual infantil por parte de las Fuerzas Armadas Internacionales, contenía detalles sobre la violación y sodomía de chicos vulnerables y hambrientos por soldados franceses en el campamento. Las entrevistas a los niños fueron conducidas por miembros de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos en 2014 y la información no fue remitida a Francia hasta que Kompass dio la orden.
En el último mes, la memoria del escándalo escrita por el panel independiente ha lanzado una crítica devastadora contra el procedimiento de la ONU ante las evidencias de que los soldados franceses –actuando con el permiso del Consejo de Seguridad– estaban abusando sexualmente de niños pequeños en la República Centroafricana. Las investigaciones del panel, liderado por la jueza canadiense Marie Deschamps, descubrieron que chicos de hasta nueve años eran forzados a realizar sexo oral a cambio de comida o dinero en plena zona de conflicto.
Las primeras denuncias a principios de 2014 “pasaron de mesa en mesa, de bandeja a bandeja de correo, a través de varias oficinas de las Naciones Unidas, sin nadie que quisiese hacerse responsable”, alega el informe. El panel señaló a la por entonces presidenta del OIOS, Carmen la Pointe, por abuso de autoridad al iniciar las investigaciones contra Kompass por su cuenta. La Pointe abandonó su puesto el pasado septiembre tras cinco años en la oficina.
Kompass, al que se le permitió recuperar su cargo en mayo del año pasado después de que un tribunal recurriese su suspensión, ha estado esperando mientras su carrera pendía de un hilo. No ha recibido una disculpa oficial o reconocimiento de los altos cargos de la ONU desde que la investigación disciplinaria le exculpase el 8 de enero. La experiencia ha dejado a Anders decepcionado y triste. Ha declarado que, tras 17 años trabajando para la Oficina de Alto Comisionado de los DD.HH, se está replanteando sus opciones dentro de las Naciones Unidas.
“El informe del panel de la RCA llegó el mes pasado, después tuve que esperar a que la investigación emitiese su resolución, Ahora, que ya tengo la carta del OIOS, soy libre”, ha afirmado. “Quería quedarme para ver cómo se resolvía este asunto. Pero incluso ahora que ha terminado sigue siendo muy difícil para mí. Nadie me ha dicho nada, nadie se ha disculpado. Creo que muchos de nosotros esperábamos que hiciesen algo. Es probable que simplemente tenga que aceptarlo, pero es muy decepcionante”.
“Ahora tengo que tomar una decisión sobre mi futuro y confieso que estoy considerando seriamente todas las opciones”.
Traducción por: Mónica Zas