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Millones de cerdos sacrificados en Asia por una fiebre porcina que subirá los precios internacionales de la carne

Hannah Ellis-Petersen

Bangkok —

El sudeste asiático lucha contra la propagación de la contagiosa peste porcina africana. Debido al llamado 'ébola de los cerdos', millones han tenido que ser sacrificados en China y Vietnam.

Inofensiva para las personas y letal para los cerdos, la peste porcina africana fue detectada en China el pasado agosto, y hubo que sacrificar a más de 1,2 millones de cerdos para evitar el contagio. Se estima que el número total de cerdos que habrá que sacrificar en China ascenderá a 200 millones. La noticia ha hecho que el precio mundial de la carne de cerdo se dispare, porque casi la mitad de los cerdos del mundo viven en China.

No hay vacunas contra esta peste, que provoca hemorragias internas que terminan por matar al animal, así que la única manera de contener el contagio es matando a los animales enfermos. El virus resiste durante varias semanas en casi cualquier elemento, desde ropa hasta vehículos, lo que le permite viajar largas distancias con facilidad.

La peste se ha extendido rápidamente en Asia, devastando granjas en Vietnam y Camboya y poniendo en alerta roja a Tailandia, el segundo mayor productor de carne de cerdo en Asia. En las últimas semanas han aumentado los casos en Mongolia, Corea del Norte y Hong Kong. Corea del Sur ha empezado a analizar la sangre de los animales antes de ser importados.

Los expertos regionales y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) temen que la peste llegue a Birmania, Filipinas y Laos, tres países en los que el control fronterizo es más laxo y complica el control del movimiento de los animales y productos derivados. 

Según el experto en peste porcina africana Dirk Pfeiffer, veterinario epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong, se trata “del mayor brote de una enfermedad animal que ha habido en el planeta”. “La fiebre aftosa y la crisis de las vacas locas no fueron nada en comparación con el daño que esto está causando, y no tenemos forma de evitar su propagación”, advierte.

La batalla contra la enfermedad se está perdiendo. El doctor Wantanee Kalpravidh, director de la FAO en la región, está preocupado de “que la enfermedad siga propagándose por los países del sudeste asiático”. En su opinión, el número de casos comunicado por los gobiernos de la región es menor a la cifra real. Entre otros motivos, porque la falta de compensaciones para los criadores del Sudeste Asiático que deben sacrificar a sus piaras hace que oculten la enfermedad cuando aparece. Y ese no es el único problema. Según Kalpravidh, prohibir el comercio de cerdos entre diferentes países solo servirá para alimentar un “mercado negro imposible de controlar”.

La peste provocará una subida de precios internacional

La peste ya afecta también al mercado internacional. El precio mundial de la carne de cerdo ha aumentado casi un 40% y es probable que, a largo plazo, la demanda asiática requiera más importaciones de Europa y América, contribuyendo a una subida mundial del precio de la carne en general. Según la consultora Rabobank, especializada en el sector, la oferta mundial de cerdo podría retroceder hasta un 8%.

En enero de 2019 se detectó el primer caso de peste porcina en el norte de Vietnam, cerca de la frontera con China. Sin embargo, hace apenas una semana, el ministro de Agricultura, Nguyen Xuan Cuong, ha confirmado que el virus estaba presente en 48 de las 63 provincias del país. El 6% de la cabaña porcina vietnamita ya ha sido sacrificado, unos dos millones de ejemplares, pero se espera que el número tenga que ser aún mayor. “Ni el mundo ni Vietnam habían enfrentado antes una epidemia tan extremadamente peligrosa, difícil, complicada y costosa como esta”, lamentó Cuong en mayo.

El impacto económico y social para Vietnam puede ser enorme. El cerdo representa el 75% de la carne que se consume en el país y en una industria que mueve 37 millones de euros. El negocio es de gran importancia dentro del sector agropecuario vietnamita, que en su totalidad ocupa a casi el 50% de la mano de obra del país.

En el parlamento, Cuong ha pedido a consumidores y empresas que hagan acopio de carne de cerdo y se preparen para una posible escasez a finales de año. Con el objetivo de contener el brote, el Gobierno ha movilizado a la Policía y al Ejército, pero aún no ha declarado la emergencia nacional.

En Camboya, unos 2.400 cerdos han muerto o han tenido que ser sacrificados durante los últimos dos meses. En Hong Kong, 2 casos de contagio detuvieron la venta de carne fresca de cerdo durante una semana.

Pfeiffer, el experto veterinario en peste porcina, no se muestra optimista sobre las posibilidades de Tailandia —donde hay más de 2 millones de cerdos— de resistir mucho más una epidemia que ya castiga a los vecinos Vietnam, Camboya y China. Lo más probable es que entre al país con los “productos porcinos traídos de forma ilegal desde Vietnam y China, aunque solo sea por turistas o camioneros”. “El virus es tan resistente y hay tanta gente viajando, especialmente entre China y Tailandia, que es difícil imaginar que pueda ser contenido durante mucho más tiempo”, sentencia. 

Traducido por Francisco de Zárate