A los diputados británicos, los conquistó con Churchill y Shakespeare. Ante el Congreso de Estados Unidos, evocó Pearl Harbor y el 11-S. Ante el Bundestag, fue el Muro de Berlín. Ante los legisladores de Canadá, apeló a su amplia comunidad ucraniana. A los eurodiputados en Bruselas, les recordó el lugar que ocupa Ucrania en la familia de naciones del continente.
Todos los discursos de Volodímir Zelenski ante los parlamentos occidentales contenían referencias históricas elegidas cuidadosamente para atraer a la audiencia. En cada uno de ellos los diputados se pusieron en pie para ovacionarlo. Igual que en su país se hizo famoso como actor y cómico, su talento como orador le ha granjeado al presidente ucraniano el reconocimiento en el extranjero.
Este miércoles ante los diputados alemanes, el líder de 44 años desplegó de nuevo su habitual mezcla de pasión, orgullo y actitud desafiante. Retrató brutalmente el sufrimiento de su pueblo, lanzó ruegos directos y desde el corazón para recibir más ayuda e invocó de manera inspiradora ideales compartidos. Evocó el pasado, el presente y el futuro en común.
Pero lo que causó el mayor impacto, fueron sus referencias a la historia de cada país y la idea de que todo esto podría estar pasándoles a ellos. “Querido señor Scholz: eche abajo este muro”, imploró al canciller alemán, Olaf Scholz, parafraseando al expresidente de EEUU Ronald Reagan cuando en 1987 reclamó lo mismo a su homólogo soviético, Mijail Gorbachov, desde un Berlín dividido.
Zelenski dijo que ahora Rusia está construyendo “no un Muro de Berlín, sino un muro en Europa Central, entre la libertad y el cautiverio. Y este muro crece con cada bomba que cae sobre Ucrania”. Alemania, en lealtad a su propia historia, le debe su apoyo a Ucrania en su esfuerzo para unirse a la Unión Europea, dijo.
Ya han muerto miles de civiles, incluidos 108 niños, dijo en su discurso. “Y estamos hablando del centro de Europa, en el año 2022”, dijo antes de añadir otra mordaz referencia histórica: “Una vez más, se están llevando a cabo intentos de aniquilar a un pueblo entero”.
En un discurso ante los eurodiputados el 1 de marzo que casi hizo llorar a un intérprete, Zelenski dijo que los ucranianos están luchando por el futuro de Europa. “Miles de personas asesinadas, dos revoluciones, una guerra y cinco días de una invasión total por parte de la Federación Rusa [es un] precio muy alto” a pagar para entrar en la UE, dijo.
“Hemos demostrado nuestras fortalezas”, dijo. “Hemos demostrado que, como mínimo, somos exactamente lo mismo que ustedes. Así que demuestren que están con nosotros, demuestren que no nos abandonarán. Demuestren que de verdad son europeos”. La plaza de Járkov, objetivo de un reciente ataque mortal, podría ser cualquier plaza del continente, añadió.
“La cuestión para nosotros ahora es ser o no ser”
Para los diputados británicos en Londres, Zelenski rememoró las palabras de Winston Churchill en tiempos de guerra e invocó la lucha contra el nazismo ante una Cámara repleta: “Seguiremos luchando por nuestra tierra, sea cual sea el precio. Lucharemos en los bosques, en los campos, en las costas y en las calles”. Ucrania “no perderá” frente a Rusia, prometió.
El presidente citó también a Shakespeare para describir difícil situación de su país. “La cuestión para nosotros ahora es ser o no ser”, dijo. “Oh, no, esta cuestión shakespeariana. Puedo darles una respuesta definitiva. Definitivamente es un ‘sí’: ser… Del mismo modo que ustedes no quisieron perder su país cuando los nazis comenzaron a luchar contra ustedes”.
El 9 de marzo pidió a los legisladores canadienses que imaginaran el impacto de una guerra así en su propio país, y se lo pidió directamente al primer ministro, Justin Trudeau: “Imagina que a las cuatro de la madrugada empiezas a oír explosiones de bombas. Justin, ¿te imaginas? Tú y tus hijos oyendo estas fuertes explosiones”.
Recordó a los canadienses que entre ellos viven 1,4 millones de descendientes de personas ucranianas, la diáspora más significativa aparte de la que hay en Rusia. Fue unos días después de que un misil alcanzara la torre de televisión de Kiev, la capital de Ucrania, y preguntó: “¿Se imaginan la famosa Torre CN en Toronto atacada por una bomba rusa? Esta es nuestra realidad, en la que vivimos”.
En un discurso virtual ante ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos el pasado miércoles, Zelenski rememoró sucesos clave de la historia del país, incluido el ataque a Pearl Harbor en 1941 y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
“Como nadie lo esperaba, no pudieron evitarlo”, dijo. “Nuestro país también lo ha vivido, ahora mismo, en este instante, cada noche, desde hace ya tres semanas”. Citó al defensor de los derechos civiles Martin Luther King al añadir: “‘Tengo un sueño’. Todos ustedes conocen estas palabras hoy en día. Yo tengo una necesidad, la necesidad de proteger nuestros cielos”.
Según algunos funcionarios ucranianos, los autores de los discursos de Zelenski realizan un primer borrador del que él parte libremente a medida que habla. Puede que algunas de sus peticiones no hayan obtenido resultados, especialmente la de la zona de exclusión aérea, que la OTAN y la UE no se plantean por miedo a provocar un conflicto directo con Rusia. Pero ninguna ha caído en saco roto.
Traducido por María Torrens Tillack.
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