Johnnie Mae Austin y su nieto, Damario Solomon-Simmons, pueden darte todo tipo de detalles sobre sus antepasados. De hecho, se pueden remontar a 1810, el año en el que nació un antepasado directo de Solomon-Simmons, Cow Tom [Vaca Tom]. Con un orgullo más que evidente, relatan las hazañas de un valiente ancestro que luchó en la guerra de Secesión y era uno de los líderes de la tribu.
De hecho, tal es su empeño en que todo el mundo conozca la historia de Cow Tom que han demandado a la nación Creek, también conocida como los muscogui, con el objetivo de que reconozca a sus descendientes.
Solomon-Simmons y su abuela son negros, pero afirman que ellos también son creek, una comunidad india. Ahora luchan para que se reconozcan sus raíces.
En 1979, una nueva constitución tribal les complicó el poder demostrar que descendían de los muscogui. Concretamente, a los muscogui negros les resultó prácticamente imposible demostrar que sus antepasados pertenecían a este pueblo indígena y miles de ellos perdieron su ciudadanía creek.
En Agosto de 2018, Solomon-Simmons, que como abogado que lidera esta demanda representa a un grupo de seis demandantes –entre los que se incluye su abuela–, presentó una demanda contra la nación creek muscogui y contra el Departamento de Interior con el objetivo de que se reconozca la ciudadanía plena a los muscogui negros.
Como resultado de todo ello, una minoría está demandando a otra minoría para reclamar su derecho a ser incluido en el grupo de la minoría indígena. Para resolver este caso peculiar será necesario retroceder casi 200 años.
Justin, una anciana de 86 años, nació en Haskell, Oklahoma. Afirma que su abuelo, Jake Simmons, “era creek hasta la médula”. Simmons hablaba maskoki (la lengua creek) con fluidez. De hecho, Austin es capaz de recordar algunos insultos en maskoki que utilizaba su abuelo. Cuando la entrevisté en su casa de North Tulsa, me cantó una de las canciones que su abuelo le enseñó, también en maskoki.
Jake Simmons era el nieto de Cow Tom. Como otros esclavos negros de indígenas, él participó en el llamado 'Camino de las lágrimas', una deportación forzosa de las naciones amerindias, que se desplazaron de Florida a Oklahoma.
Algunos de los descendientes de Cow Tom incluso ponen en duda que este fuera esclavo. Algunos documentos señalan que en un inicio, sí lo fue. En cualquier caso, llegó a Oklahoma a principios de los años treinta del siglo XIX y se convirtió en un pilar de la comunidad negra muscogui y un hombre que consiguió amasar un poder político y económico considerable. Sus nietos lo recuerdan como un hombre con la tez de color negro azabache y de complexión media cuyo éxito procedía de su aparentemente “ilimitado suministro de ganado”.
Cow Tom se movía bien entre las distintas culturas, entre otros factores porque hablaba bien el inglés y estaba familiarizado con la cultura de los blancos. Llegó a ser el responsable de Canadian Town, un pueblo negro liberado que formaba parte de la nación Creek. También se convirtió en representante de los creek ante el Departamento de Interior.
De hecho, la de Cow Tom no es una historia de éxito aislada entre los creeks negros de Oklahoma oriental que trabajaban duro. El 18 de noviembre de 1910, el periódico The Topeka Plaindealer informó que “un gran porcentaje de población negra que se ha asentado en el este del estado tiene un gran patrimonio procedente de sus raíces indígenas”.
Según este artículo, muchos fueron esclavos de los muscogui en un inicio, pero consiguieron ser ciudadanos libres tras la Proclamación de Emancipación. El Gobierno de Estados Unidos obligó a los pueblos indígenas a “firmar tratados mediante los que permitían que los esclavos negros de estos pasaran a ser los titulares de parte de su patrimonio”. Es decir, los antiguos esclavos negros de los pueblos indígenas pasaron a ser titulares de terrenos que pertenecían a la comunidad creek.
“Actuaron con parámetros racistas”
En la Oklahoma de finales de los años setenta del siglo pasado, Austin solía recibir cartas de la nación Creek. Le mantenían informada de las últimas noticias, le enviaban papeletas para votar en asuntos tribales y cheques con lo ganado de la venta de ganado o la explotación de las tierras.
Austin siempre pensó que esta correspondencia demostraba una pertenencia. “Esta es mi identidad”, señala. A partir de 1979 dejó de recibir esas cartas.
Esta interrupción fue el resultado de una demanda federal de 1976, a partir de la cual los creek consiguieron limitar algunas de las actitudes paternalistas del Gobierno de Estados Unidos. Los muscogui votaron y volvieron a determinar cuáles eran los parámetros para pertenecer a su pueblo y fue precisamente entonces cuando muchos negros muscogui que habían sido considerados miembros de la tribu quedaron excluidos.
Según Daniel Littlefield, del Centro Nacional de Investigación Sequoyah: “En esta decisión jugó un papel importante el sentimiento de 'somos una tribu'”. Creo que estas personas actuaron con unos parámetros absolutamente racistas a la hora de excluir a los negros.
En estos momentos, para poder reclamar la ciudadanía es necesario tener antepasados registrados en un censo especial de 1906 conocido como Dawes Rolls. Se trata de un censo federal que define a los miembros de los pueblos indígenas en función de un principio poco definido de “sangre indígena”.
Cuando se elaboró el censo, no se disponía de los test genéticos de la actualidad y la lista se basó en entrevistas y evaluaciones que daban resultados cuya precisión dejaba mucho que desear. Austin recuerda una anécdota familiar sobre sus abuelos. Uno tenía la piel muy oscura, y todos daban por hecho que no descendía de los creek, mientras que otro tenía la tez clara y todos pensaban que era creek. En realidad los dos eran muscogui.
“En estos momentos, si quieres que te den la ciudadanía creek tienes que demostrar que eres un descendiente directo de alguien que figura en el censo”, inidca Nathan Wilson, de la Oficina de Ciudadanía Creek.
Austin no puede demostrar que es una descendiente directa de un “creek de sangre” del censo. Sin embargo, el nombre de su familia sí figura en el censo. El hecho de que tanto ella como sus antepasados sean negros impide que puedan ser muscogui “de sangre”.
El caso girará en torno a un tratado que firmaron el Gobierno de Estados Unidos y el pueblo Creek en 1866 y que especifica qué criterios de ciudadanía tenían los creek en ese momento.
“Entre los Creek hay muchas personas afroamericanas”, señala el Tratado, que también menciona a Cow Tom como un delegado oficial del pueblo Creek.
El tratado establece que “las personas que residan legalmente en el territorio del pueblo Creek” o incluso las que se hayan marchado temporalmente, así como sus descendientes, “podrán regresar en el plazo de un año a partir de la ratificación de este tratado”, al igual que “sus descendientes y otros de su misma raza que en virtud de las leyes del pueblo creek se asienten como ciudadanos dentro de los límites de la jurisdicción de esta nación”.
Según el tratado, todos los descendientes “deberían tener y gozar de todos los derechos y privilegios del pueblo indígena […] y las leyes de este pueblo son vinculantes y otorgan las mismas garantías a todas estas personas, y a otras, con independencia de su raza o color, que sean admitidas como ciudadanos o miembros de estas tribus”.
Solomon-Simmons indica que pertenecer a la nación Creek “no es cuestión de raza, ya que sus miembros están unidos por una identidad política y tienen obligaciones”. Afirma que el tratado todavía está en vigor.
El abogado avanza qué argumentos utilizarán los muscogui para defenderse de la demanda: “Van a decir que tienen el derecho a decidir quién es miembro de su tribu”. Técnicamente, él está de acuerdo con esta afirmación. “Creo que, como cualquier otro pueblo soberano, tienen derecho a decidir quién lo integra, pero como cualquier otro pueblo soberano, no lo pueden hacer por motivos de raza, firmaron un tratado”.
Traducido por Emma Reverter