Un juzgado atiende por primera vez en China el caso de un hombre transgénero
Un juzgado chino trata por primera vez un caso de discriminación contra un hombre transgénero. Los activistas lo catalogan como un hito en la batalla legal y esperan conseguir futuros avances para la causa LGTB del país.
El demandante, un hombre transgénero de 28 años y activista por los derechos LGTB, llamado Chen, relata que fue contratado por un centro sanitario en el sureste de la ciudad de Guiyang el pasado mes de abril. Tan solo una semana después fue despedido porque llevar ropa de hombre.
En un artículo publicado en el Guiyang Evening News, el director de la clínica, llamada Ciming Health Checkup Centre, aseguró que Chen fue despedido porque era transgénero. “La apariencia de Chen no encajaba en nuestros estándares”, dijo el director, según una de las citas.
Este lunes, Chen y su abogado, Huang Sha, presentaron una demanda de indemnización por valor de 2.000 yuanes (unos 270 euros) –cuantía equivalente a cinco semanas de paga– al tribunal laboral de Guiyang alegando que había sido injustamente despedido. Chen también exigió una carta de disculpa por parte de la compañía.
Los activistas explican que esta es la primera vez que un juzgado chino atiende un caso en el que se ven afectados los derechos de las personas trans. “Quiero defender mis propios derechos y recibir el respeto que merezco”, cuenta Chen a the Guardian. “También quiero utilizar este caso para mostrar a otra gente LGTB cómo defender sus derechos y hacerse oír... Lo que necesitamos es armonía y respeto mutuo dentro de la sociedad”.
La profesión de la abogacía en China se está tambaleando desde el comienzo de una importante campaña gubernamental contra su anterior comunidad de abogados pro derechos civiles, conocidos por intentar utilizar la Constitución para defender los derechos y libertades de los ciudadanos.
Sin embargo, una sucesión de procesos judiciales, incluido el del lunes, apunta a que al menos se está recuperando una parte de este espacio para los ciudadanos chinos que tratan de salvaguardar sus derechos a los largo del sistema legal del país.
El miércoles, se espera que un juzgado de la ciudad de Changsha se pronuncie en el primer caso en el que dos demandantes exigen el derecho de casarse en China. El pasado mes de noviembre, un estudiante universitario llamado Qiu Bai llevó al Ministerio de Educación ante la justicia por la propagación de material homófobo en los libros de texto aprobados por el Estado.
Hace casi dos décadas que la homosexualidad fue despenalizada en China, exactamente en 1997. Los activistas dicen que ha habido grandes avances en la lucha contra la discriminación pero creen que los prejuicios generalizados dentro del país contra el colectivo LGTB permanecen.
El mes pasado, Pekín prohibió cualquier representación de personas homosexuales en la televisión china como parte de una represión cultural en lo que las autoridades llaman “contenido vulgar, inmoral e insano”.
Chen, el activista trans, dice que su objetivo no es conseguir una compensación económica por parte de sus antiguos jefes sino “mostrar el camino” a la compañía y a otras personas para que se respete la diversidad del colectivo en el futuro.
Dice también que el departamento de recursos humanos de su antigua empresa había humillado a la compañía por su decisión llena de prejuicios de despedirle por su apariencia. La empleada que contestó desde la clínica en cuestión rechazó comentar el caso. “No estoy autorizada para responder a sus preguntas”, dijo, negándose a dar su nombre.
La sentencia llegará a finales de este mes.
Traducido por Cristina Armunia Berges