Se hizo famoso con el libro superventas internacional El librero de Kabul, y sobrevivió a varios regímenes represivos en Afganistán. Ahora, dos décadas después, Shah Muhammad Rais vive en un hotel de Londres alojado por el Ministerio de Exteriores británico, tras huir de los talibanes para solicitar asilo en el Reino Unido.
Rais, de 69 años, llegó al Reino Unido el pasado 26 de septiembre y pidió asilo en el aeropuerto. Está a la espera de que se procese su caso y vive junto a otros solicitantes de asilo provenientes de varias zonas de conflicto. “El Reino Unido era mi única puerta abierta para protegerme de los talibanes”, dice. Los miembros de su familia, entre ellos sus nueve hijos y cuatro nietos, están desperdigados por varios países. Pero su librería en Kabul sigue abierta tras el retorno al poder de los talibanes, junto con su librería online. Entrega con orgullo su tarjeta de visita: “Shah M Book Co, impresores, editores, libreros. Shah Muhammad Rais, director ejecutivo”.
Pero son tiempos difíciles para las librerías independientes y Rais no está seguro de que su librería, fundada en 1974 y que ha aguantado casi cinco décadas turbulentas, pueda resistir los desafíos actuales del régimen talibán. “Poca gente compra libros ahora”, dice con tristeza. Una de las consecuencias del retorno de los talibanes ha sido un éxodo masivo de intelectuales y otras personas que eran parte de la población que compraba libros cuando las fuerzas del Reino Unido y los Estados Unidos estaban aún en Afganistán. “Voy a mantener la librería abierta todo lo que pueda, quizás los talibanes la prohíban o destruyan”, dice encogiéndose de hombros.
Desde 1979
Rais vivió bajo diferentes regímenes en Afganistán y fue dos veces encarcelado en tiempos soviéticos, primero en 1979 durante un año, y otra vez un año y medio después de su liberación. Dice que sufrió torturas y malos tratos en la cárcel, incluyendo la privación de sueño y ser sometido a condiciones de frío extremo.
La periodista noruega Åsne Seierstad viajó a Afganistán poco tiempo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y regresó la primavera siguiente para escribir un relato de la vida en el país a través de un retrato íntimo de las vidas de una familia afgana: el librero Rais, sus dos esposas y su familia. El libro de la periodista se basó en el relato del librero después de que la invitara a mudarse con la familia, con la que vivió durante cinco meses.
Así, Rais se hizo famoso tras la publicación en 2002 del libro, que encabezó las listas de ventas internacionales y fue traducido a docenas de idiomas. Sin embargo, junto a los miembros de su familia inició acciones legales contra la autora, aduciendo que el libro era inexacto e invasivo. Tras una extensa batalla legal, un tribunal de apelación en Noruega determinó que la autora no había invadido la privacidad de la familia y concluyó que los hechos relatados del libro eran exactos.
La librería
Se cree que la librería de Rais cuenta con la mayor colección de libros sobre Afganistán, expresando una variedad de puntos de vista acerca de acontecimientos históricos, todos bajo el mismo techo. Junto con textos para estudiantes en áreas como medicina, ingeniería e idiomas hay muchos libros únicos que Rais ocultó en caso de que su tienda sufriera una redada. “Tengo escondites en Irán y Pakistán para algunos de los libros”, dice.
Rais habla seis idiomas y dice, con pesar, que ha olvidado un séptimo que antes podía hablar: el ruso. Tras obtener un título de maestría en ingeniería civil por la Universidad de Kabul, pensó que no sería posible vivir de la ingeniería y decidió tratar de transformar su amor por los libros, el que había desarrollado desde su adolescencia, en un negocio. Junto con su colección enorme y diversa de libros afganos, le encantan los clásicos como Tolstoi, Balzac y Hemingway, así como su favorito Rumi, el poeta persa del siglo XIII. “Me encantó leer Otelo, de Shakespeare, en persa”, dice.
“Entre 2002 y 2020 vendí más de 15.000 copias de literatura europea y estadounidense”, dice Rais. Dice que su objetivo siempre fue reflejar una pluralidad de puntos de vista sobre los acontecimientos significativos de la historia y no tomar partido. “Estoy del lado de la sinceridad”, dice. “Los soviéticos me encarcelaron por coleccionar decretos de Mullah Omar y otros periódicos yihadistas que conseguí en Pakistán. Dije al juez: ‘Mañana necesitaremos estos periódicos para estudiar el yihad afgano, para entender a sus enemigos’”.
En tiempos mejores, su librería era un centro en el que intelectuales de varias procedencias se reunían, se sentaban en colchones a escuchar noticias internacionales en una radio de buena calidad y luego debatían los asuntos políticos y filosóficos del día.
Ahora el futuro de Rais es incierto, mientras espera con ansiedad el resultado de su solicitud de asilo. Además, lo que resulta particularmente inquietante para un amante de los libros, ahora padece problemas de vista. Pero su energía y su entusiasmo están intactos. “Si recibo el permiso para trabajar en el Reino Unido, me encantaría abrir una sala de lectura afgana en la Biblioteca Británica. Estoy escribiendo un libro sobre la tierra, la cultura y la historia de Afganistán, y me gustaría abrir una librería multicultural y multilingüe para gente de la región que está aquí, gente de Pakistán, Bangladesh, Irán. Ese es mi sueño”.
Traducción de Patricio Orellana.