Drones de la Fuerza Aérea Británica (RAF) armados con misiles Hellfire patrullan los cielos de Siria desde hace meses a la caza de yihadistas británicos que figuran en una lista de objetivos elegida por los ministros integrantes del Consejo de Seguridad Nacional (CSN).
El ministro de Defensa, Michael Fallon, ya había dicho que los ministros no dudarían en aprobar nuevos ataques contra los yihadistas, porque ellos también tienen su propia lista de objetivos que matar. El líder laborista, Jeremy Corbyn, es uno de los diputados de varios partidos que han planteado dudas sobre este cambio de estrategia.
“Debe haber una base legal para lo que está sucediendo”, dice Corbyn. “Esta es una guerra sin aprobación del Parlamento. Y de hecho el Parlamento se opuso específicamente a esta guerra en septiembre de 2013”.
Fuentes del partido de los liberales demócratas sugieren que el ataque por un dron de la RAF, que mató a dos miembros británicos de Estado Islámico el 21 de agosto, fue más allá de lo aprobado por el CSN cuando (el exviceprimer ministro) Nick Clegg formaba parte de él. “Los halcones tienen ahora el campo libre y están intentando superar los límites de lo que es posible”, dice una fuente del partido que formó parte del anterior Gobierno.
Esta reacción se produce después de que se supiera que la lista con los nombres de varios yihadistas británicos fue elaborada en una reunión del CSN presidida por David Cameron, que aprobó los ataques de drones en Siria. Se cree que la lista incluye a Mohamed Emwazi, del que se sospecha que aparece en varios vídeos de Estado Islámico decapitando a rehenes.
El Gobierno, que había dicho antes que los drones de la RAF estaban patrullando sin armamento los cielos de Siria para recabar información sobre objetivos relacionados con el ISIS, aprobó dotar a los drones de armamento después de las elecciones generales de mayo (de 2015), que fueron ganadas por los conservadores, según ha sabido The Guardian.
Los pilotos vuelan los drones desde la base de la RAF en Waddington, Lincolnshire, y rastrearon a los objetivos de la lista desde meses antes de los ataques, que no se hicieron antes para evitar víctimas civiles.
El primer ministro dijo a los diputados el lunes que Reyaad Khan murió en un ataque aéreo el 21 de agosto mientras viajaba en un vehículo cerca de Raqqa, en Siria. También murió Ruhul Amin, relacionado con ISIS. Junaid Hussain, otro británico, murió en un ataque norteamericano tres días después en una operación conjunta después de los servicios de inteligencia sospecharan que Khan y Hussain preparaban un atentado contra la ceremonia del Día de la Victoria sobre Japón (en la Segunda Guerra Mundial), presidido por la reina el 15 de agosto, y una ceremonia militar en conmemoración de la muerte de Lee Rigby.
Fallon dijo que el Gobierno tiene previsto ampliar esos ataques al acusar a ISIS de tener su propia lista de objetivos. “Ellos tienen una lista de crímenes. Tienen planes para lanzar ataques contra Gran Bretaña y nuestro trabajo consiste en identificar esos ataques y a los terroristas, y ver dónde podemos impedirlos”.
“Pero si me pregunta si dudaremos en emprender acciones similares hoy, mañana, la próxima semana, le diré que desde luego que no, no dudaremos”.
El ministro de Defensa dijo que los ataques, aprobados por el fiscal general Jeremy Wright, eran legales y que habían sido planificados con sumo cuidado. “Estoy satisfecho de que la acción tomada haya podido impedir este tipo de conspiración terrorista. Nosotros establecemos las reglas de combate”.
Es probable que los ataques con drones sean investigados por la Comisión de Inteligencia y Seguridad del Parlamento, cuyos integrantes serán anunciados el miércoles por el primer ministro. El anuncio se hará público tras saberse que tres exministros laboristas elegidos por Harriet Harman (la anterior líder en funciones del partido) para formar parte de la Comisión (Gisela Stuart, George Howarth y Fiona Mactaggart) podrían ser sustituidos por Jeremy Corbyn.
La Comisión podría tener acceso a la información de inteligencia que persuadió a los ministros para ordenar el ataque con drones que mató a ciudadanos británicos. Downing Street insiste en que el objetivo era conseguir uno o dos de estos objetivos: impedir los ataques en suelo británico e impedir los ataques contra ciudadanos británicos en el Reino Unido o el extranjero. Los ataques no serían aprobados como forma de castigo por un atentado.
Los miembros de la Comisión podrían preguntar si la decisión del primer ministro de aprobar el primer ataque con drones contra un ciudadano británico fuera de una guerra supone un cambio de estrategia.
En la legislatura anterior, el primer ministro dijo que pediría el visto bueno de los diputados antes de ampliar los ataques aéreos contra ISIS desde Irak a Siria. Pero siempre se ha reservado el derecho a lanzar una acción militar sin aprobación parlamentaria en caso de emergencia, una posición que aprobaba Nick Clegg.
Sin embargo, fuentes de los liberales demócratas sugieren que los ataques con drones del mes pasado suponen un cambio de estrategia. Una de esas fuentes recuerda que David Cameron cortó a Iain Duncan Smith en una reunión del Gobierno cuando este sugirió que ignoraran al Parlamento en relación a los ataques aéreos.
“Parece que (el Gobierno) tiene una lista de objetivos para matar”, dice el diputado conservador David Davis. “De ello se deduce que existe una política deliberada, algo que es un gran cambio sobre lo que se hacía antes. Desgraciadamente, se parece mucho a la política de EEUU, que es un error”. “Francamente, si eso fuera así, deberían presentarse ante la Cámara de los Comunes e informar de ella. Podrían sin problemas afirmar que no van a comentar casos individuales. Pero el principio que sustenta lo que están haciendo es algo sobre lo que la Cámara debería discutir”.