Angela Merkel no asume ningún riesgo. A pesar de haberse visto fortalecida por la victoria del proeuropeo Emmanuel Macron en Francia, así como por una victoria inesperada de sus democristianos en el norte del país el mismo día (en Schleswig Holstein), la canciller ha programado no menos de cuatro apariciones durante la campaña antes de otras elecciones fundamentales este fin de semana en Renania del Norte Westfalia (RNW).
La votación es la última prueba del estado de ánimo del país antes de las elecciones generales de septiembre, en las que Merkel se presenta por cuarta vez consecutiva. Los 13 millones de personas con derecho a voto en el corazón industrial de Alemania este domingo ofrecerán la mejor pista sobre si Merkel puede ganar o si, por el contrario, sus rivales socialdemócratas, el SPD, pueden acabar con su reinado de 11 años.
El SPD lo ha apostado todo por Martin Schulz, el expresidente del Parlamento Europeo que saltó de forma inesperada al escenario político alemán en enero. El mes pasado fue elegido líder del partido y será quien se enfrente a Merkel. Su llegada ha supuesto un impulso para el SPD, que se ha disparado en los sondeos hasta alcanzar su mejor puntuación en los últimos diez años, alcanzado a la alianza conservadora de Merkel.
Existe una idea generalizada tanto en la izquierda como en la derecha de que Schulz tiene opciones de derrotar a Merkel. Muchos analistas entienden que frente a una Merkel cuya figura ha empezado a parecer bastante desgastada, el carisma de Schulz, antiguo librero, cobra más fuerza.
Pero recientemente, el denominado Schulz effekt se ha debilitado y su partido se ha estancado en los sondeos. El mes pasado, la CDU de Merkel venció al SPD, de centro izquierda, por un sorprendentemente amplio margen en el pequeño Estado del Sarre. Después, el pasado domingo, el Estado más septentrional del país, Schleswig-Holstein, cayó también del lado de la CDU.
Ahora el foco está en RNW, tradicional bastión del SPD, y, de largo, el Estado más grande e importante del país. Esta región es hogar de casi 18 millones de personas, prácticamente una cuarta parte de todos los alemanes.
El ministro-presidente socialista Hannelore Kraft lleva cinco años gobernando el Estado en una coalición con los Verdes. Si esta disputa electoral también le va mal al SPD sería un desastre, demostrando que el corto Schulz Effekt podría haberse quedado sin fuerzas.
De acuerdo a los últimos sondeos, los días parecen estar contados para la llamada alianza rojiverde en RNW. El resultado más probable, como han pronosticado los analistas políticos, es una gran coalición entre la CDU y los socialistas liderada por los conservadores, como actualmente ocurre en Berlín.
Los conservadores han centrado su campaña en destacar los fracasos del gobierno regional a la hora de abordar una serie de problemas en RNW. Calificada como la “Grecia de Alemania”, sufre el mayor nivel de pobreza infantil de Alemania y la mayor tasa de paro fuera de la antigua parte comunista. Además tiene el récord de los peores atascos de tráfico del país.
Su reputación de seguridad también se ha dañado tras una serie de incidentes, incluidos los asaltos sexuales de Año Nuevo en Colonia en 2015 y los aparentes errores de las autoridades en el caso del solicitante de asilo tunecino Anis Amri, un antiguo residente que en diciembre logró salir del Estado y arrollar con un camión un mercado navideño en Berlín matando a 12 personas.
Los intentos del gobierno socialista de RNW de culpar a Merkel por los fracasos no son convincentes, especialmente porque toda la responsabilidad desde autopistas a escuelas recae sobre el Ejecutivo regional.
Schulz vive en RNW y ha sido fundamental durante la campaña, haciendo más de 30 apariciones. También ha realizado una osada predicción: quien gane allí se convertirá en el partido más fuerte el 24 de septiembre, día de las elecciones.
Pero los expertos están de acuerdo con él. “Cuantitativamente, es muy importante porque en ningún otro Estado va tanta gente a las urnas”, indicó Karl Rudolf-Körte, politólogo en la Universidad Duisburg-Essen, a Deutschlandfunk Radio. “Cualitativamente es importante porque a menudo la competición entre partidos políticos a nivel nacional se decide de acuerdo a la constelación que sale de RNW”, añade.
Se espera que seis partidos entren en el parlamento de RNW en Düsseldorf, incluida por primera vez la formación de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD), que también se espera que entre en el Bundestag en cuatro meses.
Una encuesta a nivel nacional de INSA da al SPD un 27% de los votos (una caída de 1,5 puntos), mientras que la CDU sube un punto hasta el 35%. AfD obtendría un 10% (un punto más), Die Linke otro 10% (baja 0,5%), los Verdes un 7% (sube un 0,5%) y el liberal FDP otro 7%.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti