Aumenta la fuga de cerebros en Grecia mientras el empleo se desploma
Grecia está experimentando la mayor fuga de cerebros de su historia moderna. Cerca de medio millón de sus profesionales más capacitados y talentosos ha salido del país desde que comenzó su crisis económica, según ha revelado el banco central del país.
El Banco de Grecia ha indicado que 427.000 personas han migrado desde 2008, un año antes de que el drama de la deuda nacional estallase. El éxodo de trabajadores, muchos de ellos altamente cualificados, hace que la posibilidad de recuperación económica sea todavía más opaca.
“La inmigración y la pobreza son indudablemente las dos consecuencias más dolorosas experimentadas por una sociedad en condiciones de crisis prolongada”, apunta la autora del estudio, Sophia Lazaratoy, en el diario griego Karhimerini. “El actual éxodo lo están protagonizando jóvenes profesionales que buscan suerte en Alemania, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos”, según el estudio. Unos 100.000 se han mudado al extranjero desde 2013.
El desempleo, junto a la burocracia y a la endémica corrupción, ha avivado la salida del país. En estos siete años desde que estalló la crisis de la deuda, el desempleo se ha disparado desde el 4% al 25%. Más del 50% de los griegos con edades comprendidas entre 25 y 39 años no tiene trabajo, lo que se traduce en el mayor porcentaje de desempleo de los estados miembro de la Unión Europea.
“Lo que esto muestra es que ha habido una larga y profunda fuga de los trabajadores más capaces y talentosos, que tendrá importantes implicaciones para el futuro crecimiento potencial de Grecia”, dice el profesor Kevin Featherstone, que dirige el Hellenic Observatory en la London School of Economics.
Sobre si el Brexit afectaría a este éxodo, comenta: “Quizá les desvíe. A medio plazo, habrá menos oportunidades en el Servicio Nacional de Salud, en el sector de la educación y en servicios financieros, habrá menos factores de atracción”. A largo plazo, la reintegración de personas desempleadas será la mayor prioridad en un país donde la intensidad y la extensión de la recesión es semejante a la depresión que sufrió los estados del este de Europa a principios de los 90.
La fuga sin precedentes ha sido particularmente dura en el sector de la salud griega. Cada vez más trabajadores sanitarios se han sumado a este éxodo. Irónicamente, la gran mayoría, educados y entrenados a un elevado coste, se han marchado a Alemania, donde se cree que hay unos 25.000 médicos griegos trabajando.
Traducido por Cristina Armunia Berges