El número de adolescentes estadounidenses que murieron a causa de una sobredosis de drogas aumentó casi un 20% en 2015, después de siete años de bajadas. Así lo indica un estudio elaborado por el National Center for Health Statistics (Centro Nacional de Estadísticas de Salud). Este aumento se debe al consumo de heroína y de opiáceos sintéticos, y a un incremento en el número de fallecimientos entre chicas adolescentes.
Las muertes de adolescentes representan una pequeña parte del total de sobredosis mortales en el país, menos del 2%. El informe se ha hecho público precisamente cuando la Administración Trump trata de diseñar un plan de lucha contra una epidemia de opiáceos que causó la muerte de más de 52.000 personas en 2015.
“Lo que queríamos era documentar que en ese segmento de edad había habido un descenso de muertes, ya que las tendencias decrecientes eran extraordinarias”, comenta Sally Curtin, autora principal del estudio. “Pero, una vez más, volvieron a aumentar entre los años 2014 y 2015”.
El informe examinó la tasa de muertes por sobredosis de jóvenes de entre 15 y 19 años entre los años 1999 y 2015. Los investigadores hallaron que la tasa de adolescentes que murió por sobredosis disminuyó un 26% entre los años 2007 y 2014. Entre los varones esta tasa cayó más, incluso más de un tercio.
¿Qué pasó en el 2015?
Pero en el año 2015, la tasa de sobredosis entre jóvenes estadounidenses aumentó casi un 20%. Ese año, 772 adolescentes murieron por sobredosis. El número de muertes por esta causa el año anterior fue 658. Mientras que la tasa de varones adolescentes descendió drásticamente en la última década, entre las chicas es misma tasa se mantuvo, y se incrementó en los dos últimos años.
Durante la mayor parte de la década, incluso cuando las tasas de sobredosis se habían disparado a nivel nacional, cada vez menos adolescentes morían por esta causa. De hecho, incluso se informó de menos adolescentes experimentando con drogas. Una encuesta que abarca 40 años con representación a nivel nacional llamada Monitoring the Future constató hace poco las tasas de consumo de drogas, alcohol y tabaco más bajas entre los estudiantes de secundaria desde los años 90.
Esta tendencia llevó a los investigadores a preguntarse si los smartphones quizá estaban reemplazando la adicción de las generaciones anteriores al abuso de drogas.
Curtin advirtió de que era demasiado pronto como para hacer saltar las alarmas sobre una posible tendencia de muertes de adolescentes con solo un año de estudio. Pero la evolución es siniestra. Los investigadores hallaron que la tasa de sobredosis por culpa de los opiáceos sintéticos se ha incrementado seis veces desde el año 2002, mientras que las muertes por consumo de heroína se habían triplicado.
Traci Green, una profesora de la Ecuela de Medicina de la Universidad de Brown que estudió los hábitos de consumo de drogas entre los universitarios de Rhode Island, explica que el informe refleja “un entorno de uso muy desordenado” en el que la heroína puede estar contaminada con el opiáceo sintético llamado fentanil o fentanilo. Esta sustancia puede estar prensada en píldoras ilegales, y los que las utilizan pueden mezclar drogas como opiáceos y benzodiacepina (un psicotrópico que se suele usar para tratar la ansiedad).
“Por supuesto, se trata de algo muy perturbador y vale la pena pensar qué es lo que le está pasando a nuestros jóvenes, a nuestros chicos y chicas”, dice Green. “Las muertes entre mujeres jóvenes, lo sabemos desde hace mucho, suceden por diferentes razones y se presentan de manera diferente”.
Trump recurre a un lema de los 80
Mientras que las muertes por sobredosis entre chicos todavía seguían descendiendo en 2013, entre las chicas jóvenes esta tasa comenzó a aumentar. Entre 2013 y 2015, el número de este tipo de muertes entre chicas aumentó un 35%. Se registró un incremento paralelo del 15% en el caso de los chicos entre los años 2014 y 2015. Mientras que la mayoría de las sobredosis eran accidentales, las chicas fueron dos veces más propensas al suicidio.
El informe llega en un momento en el que la Administración Trump da señales contradictorias sobre cómo pretende abordar la crisis. Hace poco, Trump dijo que la culpa de la epidemia la tenía el menor número de procesamientos por drogas, y prometió perseguir más casos relacionados con el narcotráfico. También recordó el eslogan de los 80 de la primera dama Nancy Reagan: “Solo di no a las drogas”.
“La mejor manera de evitar la drogadicción y las sobredosis es impedir que la gente abuse de las drogas, hablar con los jóvenes y decirles: 'no es bueno, realmente es malo para ti en todos los aspectos”, dijo Trump. “Si no empiezan, las drogas nunca serán un problema”.
La semana pasada, Trump anunció una intención de declarar un estado de emergencia nacional para abordar la epidemia de opiáceos. Normalmente, un estado de emergencia permite a la Administración reducir la burocracia y acceder a la financiación de emergencia, pero no está claro cuáles serían las acciones exactas que pondría en marcha la Casa Blanca.
Traducido por Cristina Armunia Berges