Los últimos medios independientes turcos caen en manos de empresarios cercanos a Erdogan
El dueño del grupo de medios de comunicación independientes más grandes de Turquía, que todavía permiten críticas al presidente, Recep Tayyip Erdogan, ha anunciado que está en conversaciones con un conglomerado de empresas afines al Gobierno para venderlos. La venta supondría otro golpe a la libertad de expresión en el país.
Doğan Holding, que es dueño del periódico Hürriyet, uno de los más leídos, la agencia de noticias Doğan, así como el canal de televisión CNN Turk, ha afirmado que ha abierto negociaciones con Demirören Holding para vender su rama de medios de comunicación por unos 890 millones de dólares. Un miembro de Demirören Holding ha confirmado a Reuters que el grupo pretende comprar la división mediática de Doğan.
“Con esta gran adquisición, incluido el Hürriyet, la industria de medios de comunicación de Turquía estará bajo el control político directo del presidente Erdoğan”, tuiteó Kadri Gürsel, un experimentado periodista liberado recientemente de prisión y a la espera de juicio por su trabajo.
Demirören Holding es propiedad de Erdoğan Demirören, un empresario que llegó a llorar en una llamada telefónica con el presidente turco cuando este último le llamó para reprenderle por la publicación en su periódico de las actas de reuniones secretas entre representantes del Gobierno y radicales kurdos, de acuerdo con una filtración de la conversación.
El dueño de Doğan Holding es Aydin Doğan, un símbolo del establishment laico de Turquía que fue expulsado del poder por el partido islamista de Erdogan, el AKP. Los medios de comunicación de Doğan son parte de un pequeño grupo de medios independientes en el país que se atreven a criticar las políticas del presidente.
Incluso esas críticas se han moderado en los últimos años. Doğan Media fue multada en 2009 con 2.500 millones de dólares por supuestas irregularidades fiscales en una medida percibida por los oponentes del Gobierno como castigo por su cobertura crítica.
Grupos de derechos humanos han condenado la represión contra la prensa libre en Turquía, que actualmente es el principal carcelero de periodistas del mundo. Destacados periodistas han sido condenados a cadena perpetua por una supuesta participación en un intento de golpe de Estado en 2016, acusaciones que han sido ridiculizadas por los expertos. Mientras, continúan los juicios a periodistas críticos con el Gobierno.
El Gobierno en Turquía ha utilizado varios métodos para restringir la libertad de expresión. Además de perseguir y encarcelar a periodistas, las autoridades en ocasiones han tomado el control de medios rivales citando irregularidades administrativas como excusa y han llenado sus juntas directivas de personas leales al Gobierno.
Los empresarios que tienen cadenas de televisión y periódicos a menudo se autocensuran por miedo a perder contratos en otros negocios. Magnates progubernamentales también han comprado medios de comunicación y los han convertido en publicaciones afines al poder.
Doğan Holding ya había vendido previamente el periódico Milliyet, otro de los más leídos, a Demirören Holding, una venta que provocó un cambio hacia posiciones claramente progubernamentales.
Cumhurriyet, el último gran periódico opositor, ha sido amenazado con una toma de control de su junta directiva. Una decena de sus empleados han sido encarcelados, y la mayoría de los cuales han sido liberado tras más de un año en prisión por falta de pruebas.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti