Chechenia organiza 'patrullas de boda' para que nadie baile o beba en exceso
Las autoridades de Chechenia planean poner en marcha brigadas antivicio de bodas para patrullar los enlaces en la región y asegurarse de que nadie se emborracha o realiza pasos de baile inapropiados. La región, que forma parte de Rusia, está gobernada por Ramzán Kadýrov, quien para sus críticos se está convirtiendo en un dirigente cada vez más dictatorial. Su última ofensiva tendrá como objetivo cualquier boda que se celebre en el exterior de las viviendas particulares de la república.
La agencia de noticias rusa Tass asegura que las directrices ideadas por el alcalde de Grozni han sido enviadas a restaurantes y otros lugares en los que se celebran bodas. Estas normas prohíben los disparos de armas de fuego, la embriaguez y permitir que la novia baile. También están vetados los pasos de baile “no tradicionales” como el intercambio de parejas.
“Organizaremos grupos de trabajo especiales, cuyos representantes estarán presentes en los lugares públicos en los que se celebren bodas y comprobarán que se cumplen las exigencias de una boda tradicional. Si ven ropas que no cuadran con nuestra mentalidad o pasos de baile incorrectos, intervendrán”, asegura un portavoz del Ministerio de Cultura checheno.
Esta dura medida es un tanto irónica, dada la propia historia de Kadýrov con las bodas. Este año, un vídeo de la boda de su sobrino mostraba una comitiva de docenas de coches de lujo viajando a través de Chechenia. Un cable diplomático estadounidense filtrado por Wikileaks describió una boda en 2006 en Daguestán, que hace frontera con Chechenia, a la que Kadýrov llegó acompañado de un gran séquito y “bailó torpemente con su arma automática chapada en oro enganchada en la parte trasera de sus pantalones” antes de bañar a las bailarinas con billetes de cien dólares.
El entonces embajador de de EEUU, William Burns, que también asistió a la boda, contó que el líder checheno les regaló a los recién casados una pieza de oro macizo de cinco kilos. Kadýrov dedica cumplidos constantemente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en su cuenta de Instagram, en la que a menudo aparece llevando camisetas del líder ruso. Las calles de Grozni, la capital chechena, están adornadas con retratos gigantes de los ambos.
A pesar de las promesas de lealtad, Kadýrov dirige la república como un feudo personal y los activistas pro derechos humanos han reclamado que a menudo la legislación rusa parece no cumplirse.
Las autoridades han adoptado una mezcla de elementos de la ley islámica y una estricta interpretación de las costumbres locales. Kadýrov ha prohibido la venta de alcohol en el territorio y ha promovido que las mujeres utilicen ropa recatada. En 2010, hombres con pistolas de paintball dispararon desde coches a las mujeres que no llevaban hiyab. Kadýrov negó que esos hombres hubiesen sido enviados por el gobierno, pero alabó sus acciones.
El espacio para las discrepancias se ha estrechado en los últimos años. Aquellos que han criticado al líder en las redes sociales han sido arrastrados a vergonzosas charlas en la televisión pública.
Traducido por Cristina Armunia Berges