Primera entrevista al jefe de los servicios secretos británicos: “El terrorismo islamista está aquí para quedarse”

Paul Johnson y Ewen MacAskill

El MI5 tiene sus raíces en las vísperas de la Primera Guerra Mundial. En 1909 los objetivos eran agentes sospechosos de colaborar con la inteligencia naval alemana, su foco estaba en los alemanes residentes en Reino Unido. El periódico The Daily Mail, como siempre, estaba al tanto del peligro y advertía a los lectores: “Si tu camarero es alemán, niégate a que te sirva”.

En los 107 años transcurridos desde entonces ha habido 17 directores generales del MI5. Hasta 1993, su identidad era un secreto de Estado. E incluso después de una emergencia evidente a los ojos de la sociedad, la máxima era: di lo menos posible y lo que digas, dilo con discreción.

Ninguno de ellos ha dado nunca una entrevista a un periódico. Hasta ahora. El actual director del MI5, Andrew Parker, ha concedido una entrevista a the Guardian, el periódico ganador del premio Pulitzer por su cobertura de las revelaciones de Edward Snowden en 2013 que tanto enfadaron a los gobiernos británico y estadounidense y a sus agencias de inteligencia, y que desencadenaron un feroz debate en todo el mundo sobre la vigilancia masiva de ciudadanos.

En su momento, Parker expresó con fuerza su opinión sobre el daño que decía que Snowden estaba haciendo a las agencias de inteligencia y la ayuda que estaba dando a nuestros enemigos. Pero, ¿ha cambiado de opinión? ¿Reconoce ahora que lo de Snowden fue una fuerza del bien?

“En absoluto”, señala. ¿Y entiende por qué en the Guardian publicamos esa historia? “No tengo una opinión tampoco”, indica mientras sujeta el vaso de agua en su mano izquierda con un poco más de tensión.

“Manifesté en su momento el daño que hizo al trabajo de las agencias de inteligencia británicas y aliadas el revelar a nuestros adversarios cómo operamos. La discreción no es algo que necesitamos porque sí”, explica.

“The Guardian se interesa claramente por el trabajo que hacemos, a veces está bien informado, otras no tanto. Estoy intentando generar un mejor entendimiento. Nos importa contar con el consentimiento del público para lo que hacemos”, añade.

“El terrorismo islamista está aquí para quedarse”

Sentado en el despacho del presidente de la Royal Society, donde acaba de ser el orador especial sorpresa durante su conferencia anual sobre diversidad, Parker, que ha pronunciado discursos y ha aparecido una vez en la BBC, tiene una visión del mundo que se centra en tres tipos de amenaza. La primera es el terrorismo islamista, que él califica de permanente y generacional.

“El terrorismo internacional en su última forma, basado en una ideología perversa; trae el terror a nuestras calles y a la mayor parte del mundo desarrollado, incluido Norteamérica, Australia y Turquía”, apunta.

“Actualmente su forma es Daesh, o Estado Islámico, y seguimos teniendo a al Qaeda. Esto es algo que tenemos que entender: está aquí para quedarse. Es una amenaza permanente y es para nosotros, por lo menos, un reto generacional con el que lidiar”, afirma.

Parker señala que en los últimos tres años se han desbaratado 12 atentados terroristas. “Esta frecuencia es preocupante y duradera. El número de ataques en este país es superior de lo que he visto en el resto de mi carrera, y he trabajado para el MI5 durante 33 años. La realidad es que gracias a la inversión en servicios como el mío, Reino Unido tiene buenas defensas. Mi previsión es que encontraremos y acabaremos con la mayoría de los intentos de terrorismo en este país”, expresa.

Se decanta por la expresión “la mayoría” antes de añadir: “Habrá ataques terroristas en este país. El nivel de amenaza es serio y eso significa probable”.

El segundo tipo de amenaza es el terrorismo en Irlanda del Norte, de lo que él denomina “disidentes republicanos de varios tipos”. La última muerte relacionada con este tipo de terrorismo fue la de un oficial de prisiones en marzo.

Rusia, la tercera amenaza

Y la tercera es la amenaza encubierta de gobiernos extranjeros. Subraya el caso de Rusia que, asegura, está trabajando en Europa y en Reino Unido para alcanzar sus objetivos en política exterior utilizando medios militares, propaganda, espionaje, subversión y ciberataques. “Interponerse a esto es el trabajo del MI5”. Parker explica que la amenaza de Rusia es real, en parte por ser tan cambiante. “Lo vemos en lugares como Ucrania y en las espantosas brutalidades en Siria”.

Parker, de 54 años, mantiene la mayor parte de su información en secreto. Lo más evidente sobre él es su altura, claramente por encima del metro ochenta. Debe haber entrado en la agencia de inteligencia antes de que se introdujesen las normas que establecen que no se debe contratar a oficiales de inteligencia de más de 1,80 en el caso de los hombres y 1,73 en el caso de las mujeres, porque destacarían entre la multitud. Por el mismo motivo, las normas también determinan que los agentes no deben tener ningún tatuaje a la vista. Parker sí cumple este segundo requisito.

Pero cuando se le pregunta, nos cuenta que viene de Newcastle y que antes de obtener un grado en Ciencias Naturales por la Universidad de Cambridge fue a una de las escuelas públicas británicas que no basan la admisión en logros académicos o pruebas de aptitud. Es la primera mención a Newcastle y a este tipo de escuelas.

Esos orígenes contrastan con los de la mayoría de sus predecesores, que generalmente asistieron a los mejores centros educativos. Incluso las mujeres. Y esa es una de las razones por las que dice estar interesado en la diversidad, porque la agencia debe reflejar el país en el que trabaja, por razones prácticas.

Con incrementos presupuestarios que suponen la contratación de mil oficiales más en los próximos cinco años, dice que su objetivo es llevar la tasa de diversidad de género al 50-50. La contratación de candidatos negros, asiáticos y minorías étnicas representa un 14%, similar a la media nacional.

Parker afirma: “Necesitamos ser capaces de vigilar a los terroristas. Necesitamos acercarnos, cultivar y contratar a gente para que se conviertan en agentes que trabajen para nosotros. Esto no funciona si todo el mundo se parece a mí”.

Dice que dado el nivel de sofisticación de la amenaza, el MI5 necesita operar a la vanguardia de la tecnología. Algunos de los puestos de trabajo que se ofrecen actualmente son: analista de ataques cibernéticos y de negocios, especialista en arquitectura informática, analista de problemas, especialista en operaciones técnicas encubiertas y arquitectos de seguridad informática.

El eterno dilema: privacidad vs seguridad

Pero el asunto de la vigilancia masiva no desaparecerá. La ley de poderes de investigación, donde el Partido Laborista tiene una historia accidentada, se presentó ante la Cámara de los Lores el lunes. Los críticos, incluido the Guardian, defienden que va demasiado lejos en el permiso al acceso de datos personales. The Economist lo expresa así: el gobierno se ha visto obligado a elegir entre el lobby de las libertades civiles y los espías. Y ha elegido a los espías.

Parker dice estar preocupado por esta simple caracterización. “Esto sugiere que el MI5 está situado, de algún modo, en un balancín, y que nosotros estamos en un lado del balancín pidiendo más y más intrusión y que el lobby por la privacidad está protegiendo derechos. Tenemos que estar en balance con los derechos civiles y estamos firmemente comprometidos por encontrar el balance adecuado”.

¿Y que pasa con los hallazgos del tribunal de poderes de investigación, que estableció que las agencias de seguridad recopilaron datos personales de forma ilegal durante 17 años, de 1998 a 2015? El tribunal falló que esto contraviene el Artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos: el derecho a la privacidad de un individuo y su familia.

Parker indica que otros análisis independientes defienden el caso de la recogida masiva de información. “Es vital para mí que en la era de Internet seamos capaces de consultar la información para encontrar a las personas que quieren hacer daño al país”.

Ha servido tres años como director general. El mandato habitual es de cinco años. ¿Escribirá Parker su autobiografía y escribirá novelas al estilo de Stella Rimington? “No tengo esos planes”, indica.

Sus escasas notas biográficas en la página web del MI5 identifican la fotografía de naturaleza como su pasión. “Es una buena forma de relajarse”, cuenta.

¿Y qué pasa con las descripciones televisivas de su profesión? ¿Ve Hunted, el programa donde miembros del público se dan a la fuga intentando esquivar a los especialistas de vigilancia? “Generalmente no veo esos programas”, señala. “Habitualmente no son una representación adecuada del trabajo que nosotros hacemos. Pero, de nuevo, no estoy seguro de si quiero verlo”.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti