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The Guardian en español

Racismo en el café: el lugar en que resulta patente la discriminación en las ciudades de EEUU

Líderes comunitarios y funcionarios públicos comparecen en rueda de prensa frente a una cafetería Starbucks en el centro de Filadelfia, tras el escándalo

Adam Gabbatt

Cuando en abril dos hombres negros fueron arrestados en una cafetería de la cadena Starbucks en Filadelfia, se desató un debate nacional. La cadena rápidamente anunció que cerraría 8.000 de sus tiendas en Estados Unidos el 29 de mayo para que todo el personal recibiera un curso sobre prejuicios racistas.

Muchas personas creen que incidentes como el de Starbucks son comunes en otros sitios. Algunos argumentan que muchas empresas en todo Estados Unidos son culpables de un comportamiento tan habitual que ya tiene su propio término para definirlo: “racismo de cafetería”.

Alfredo Weeks, profesor en el Columbus College of Art and Design y copropietario de un estudio de diseño gráfico, escribió sobre este fenómeno.

“Abro la puerto de una cafetería y nada más entrar ya siento las miradas”, escribió. “Tanto en cafeterías como en centros de estudios, igual que en la época de las Leyes Jim Crow, en la cultura actual sigue existiendo un trasfondo de discriminación”.

Según Weeks, el vídeo del arresto de los hombres en Starbucks dejó en evidencia la discriminación que sufre cada día la gente de color y especialmente los negros. Si bien este tipo de comportamiento no se restringe sólo a cafeterías, en los últimos meses se ha visto un gran número de ejemplos justamente en este tipo de comercios.

En mayo, Starbucks volvió a los titulares cuando un empleado escribió un insulto racista en el vaso de un cliente. En octubre del año pasado, dos representantes de la comunidad de Brooklyn en el gobierno de Nueva York presentaron una queja por un empleado de una cafetería que durante Halloween daba chuches a los niños blancos pero no a los negros.

Este mes, salió a la luz un vídeo que mostraba a un hombre blanco insultando a una mujer que llevaba una niqab en una cafetería Coffee Bean & Tea Leaf en Riverside, California. Los empleados se negaron a servir café al hombre.

¿Por qué las cafeterías son el sitio en el que quedan en evidencia las divisiones raciales y los prejuicios en Estados Unidos?

Rashad Robinson, director ejecutivo de Color of Change, dice que una razón podría ser el cambio demográfico en algunos barrios. Las ciudades de Estados Unidos están pasando por un proceso de gentrificación, en el que personas blancas se mudan a barrios tradicionalmente negros o latinos, haciendo que aumenten los alquileres y cambie la dinámica de los comercios.

“Muchas de estas cafeterías donde hemos visto este tipo de problemas están en barrios gentrificados”, afirma Robinson. “Starbucks es un ejemplo perfecto. Cuando abre una tienda de Starbucks la gente empieza a comentar: ‘Ya se han cargado el barrio’”.

En estos barrios gentrificados, dice Robinson, no suele haber mucha relación entre los recién llegados y la gente que lleva décadas viviendo allí. Pero un sitio donde se encuentra gente de diferente raza y nivel socioeconómico es en el café del barrio. “En un país cada vez más segregado, los cafés con un espacio donde los distintos grupos sociales se juntan”, explicó Robinson.

“Los distintos grupos sociales no van a la escuela juntos. No tienen los mismos templos religiosos. Por momentos conviven en el mismo barrio pero a menudo un grupo está siendo expulsado y otro está llegando, y eso genera cambios en el barrio. No es una convivencia en armonía”. “Entonces, estas cosas suceden y la gente no siempre tiene la capacidad de relacionarse entre sí”.

Lejos de cadenas como Starbucks, el mundo de los cafés de la “tercera ola” –donde el café es tratado de forma artesanal un poco al estilo del vino– es predominantemente blanco, destaca Keba Konte, propietario de Red Bay Coffee, una cafetería en Oakland, California.

Konte no está seguro si se puede afirmar que en los cafés ocurren más incidentes racistas que en otros sitios, Recuerda un incidente reciente en un restaurante Waffle House en Alabama en el que los empleados llamaron al 911 para denunciar a una mujer negra que luego fue arrestada. Pero dice que el clima “eurocéntrico” de algunas cafeterías podría dar lugar a la discriminación.

“Los cafés, y especialmente los cafés artesanales, suelen ser blancos respecto a su cultura, su estética, la música que ponen, los sabores, los empleados”, dice Konte. “Creo que si generas un clima construido en base a la cultura blanca, pueden ocurrir este tipo de situaciones”.

El día en el que cierren las tiendas Starbucks, Konte, cuyo personal está compuesto totalmente de mujeres, personas de color y antiguos presos, organizará un debate de mesa redonda que se difundirá en directo por internet, en el que participarán personas negras propietarias de comercios. Como hombre negro, explica, la situación que vivieron los hombres en el Starbucks de Filadelfia le resultó muy familiar.

“Existen muchos vídeos que documentan este tipo de abuso”, dice. “Algunos de ellos acaban en un arresto, en otros la policía termina matando a una persona. Sabemos que por cada incidente registrado en vídeo hay docenas y docenas de otros que no han sido grabados”.

“Racismo de manual”

Si los incidentes registrados en vídeos reflejan la sociedad en general, también pueden ser indicadores de un peor trato en otros entornos. Los arrestos en Starbucks llevaron a que Junaid Nabi, médico y profesor de Bioética en la Facultad de Medicina de Harvard, escribiera un blog sobre “Cómo el racismo de cafetería perjudica a los pacientes negros”.

“Este reprobable incidente nos recuerda cómo funciona el prejuicio racial, o en este caso el racismo de cafetería”, escribió Nabi. “Pero la industria de la restauración no es la única en la que existe este problema. Los prejuicios raciales son de hecho importantes indicadores de la percepción de la población negra en general, y en las prácticas médicas esto suele llevar a cuidados de peor calidad”.

Nabi afirmó que los mismos “prejuicios raciales” que llevaron a la empleada de Starbucks a llamar a la policía pueden hacer que los pacientes negros sean peor tratados que los pacientes blancos. Citó un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Virginia que concluyeron que un “número significativo” de estudiantes blancos de medicina creía en diferencias biológicas falsas entre los pacientes negros y los blancos, como por ejemplo que “la piel de los negros es más gruesa” y que “la sangre de los negros coagula más rápido”.

Kamau Bell, un comediante que presenta el programa United Shades of America en la CNN, habló de sus propias experiencias de racismo de cafetería. En Berkeley, California, lo echaron de una cafetería cuando lo vieron entrar y ponerse a hablar con un grupo de mujeres blancas, una de las cuales era su mujer.

Bell explicó que el personal lo acusó de estar acosando a las mujeres. Cuando la esposa de Bell les remarcó su error, los empleados insistieron en que la equivocación no tenía un tinte racista.

“Pero de hecho, el que a un hombre negro lo echen de una cafetería porque el personal cree que su presencia representa un acoso para cuatro mujeres blancas y sus hijos, aunque no exista evidencia alguna que lo respalde, esto es racismo de manual”, escribió Bell en un blog poco después del incidente.

“Es tan de la vieja escuela que parece racismo de museo. Lo ubicaría en medio entre las sentadas en restaurantes y el paleto blanco sureño que dice a un negro que está de viaje de negocios, ‘¿Tú no eres de por aquí, verdad, chaval?’”

En diálogo con el San Francisco Chronicle después de que saliera a la luz el vídeo de los arrestos en Filadelfia, Bell dijo que el incidente era “algo mayor que dos negros siendo expulsados de una cafetería”.

“El mismo racismo que hace que a dos negros los echen de una cafetería”, dijo, “es el que hace que le disparen a un adolescente negro por preguntar por una dirección”.

Traducido por Lucía Balducci

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