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The Guardian en español

Reino Unido despliega al ejército para ayudar en hospitales desbordados por ómicron

Ambulancias en el exterior de un hospital de Londres.

Denis Campbell, Dan Sabbagh y Hannah Devlin

7 de enero de 2022 22:06 h

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Con muchos miembros del personal sanitario de Londres contagiados por la variante ómicron y sin poder ir a trabajar, las fuerzas armadas se están desplegando en los hospitales de la capital inglesa para ayudar a sobrellevar el aumento en el número de pacientes de COVID-19. El ejército se prepara también para desplegarse en otras zonas del país.

De momento se han desplegado 200 militares, entre ellos 40 médicos para ayudar al personal del Servicio Nacional de Salud [NHS, por sus siglas en inglés] a atender a pacientes en Londres. Los otros 160 carecen de formación médica y trabajarán en el ingreso de los pacientes, asegurándose de que hay existencias y haciendo “controles básicos”, según afirma un comunicado del Ministerio de Defensa.

Algunos miembros de las fuerzas armadas ya han empezado a trabajar y se espera que su apoyo al servicio de salud en la capital se extienda hasta finales de enero.

El anuncio llega dos días después de que Boris Johnson dijera que confiaba en que Inglaterra pudiera “sobrellevar” la actual ola de COVID sin más restricciones extra respecto a la existentes (ya hay orden de teletrabajo, pasaporte COVID y mascarillas en interiores), a la vez que reconocía que habría partes del servicio de salud que se verían “temporalmente sobrepasadas” por la variante ómicron.

Bajas récord

Aunque agradecidos por la asistencia del ejército, los líderes sindicales del personal sanitario han dicho que la medida evidencia que el Gobierno no puede seguir haciendo oídos sordos a las preocupaciones sobre “una atención sanitaria segura”.

Miles de empleados del NHS han estado de baja una semana tras otra en Londres. En diciembre, la ciudad se convirtió en la primera del país en registrar la gigantesca ola de casos de COVID-19 causados por la nueva ola, poniendo a los hospitales en dificultades para enfrentar un nivel inédito de bajas laborales.

En Inglaterra, más de 40.000 sanitarios estuvieron de baja la semana pasada, un 41% más que la semana anterior, según las últimas cifras publicadas por el servicio de salud. El personal sanitario sufre la peor oleada de contagios desde el pico de hace un año con la variante alfa que desbordó los hospitales británicos.

El director ejecutivo del mayor grupo que representa a hospitales y ambulancias, NHS Providers, Chris Hopson, ha agradecido la ayuda de los miembros de las tres fuerzas armadas, pero ha dicho que su llegada también pone de manifiesto la falta de personal que sufre el servicio de salud nacional.

“Los responsables de los centros hospitalarios agradecerán el apoyo de los colegas de las fuerzas armadas en lo que sigue siendo un momento increíblemente difícil para el NHS en Londres”, ha dicho.

“El hecho de que tengamos que recurrir a médicos del ejército y a soldados en servicio destaca la magnitud de los problemas de personal a los que se enfrenta el NHS”, ha afirmado. “La experiencia de esta pandemia ha puesto de manifiesto problemas de fondo que deben ser resueltos: la necesidad de un plan nacional y de largo plazo para el personal sanitario y de cuidados, así como los constantes problemas de vacantes y contratación que vienen dándose desde años antes de que comenzara la pandemia”, dijo.

Hopson ha añadido que los hospitales de otros lugares de Inglaterra, donde también se está registrando un aumento espectacular en los ingresos por COVID-19, igualmente podrán solicitar ayuda militar.

Este viernes Reino Unido notificó otros 178.000 contagios, con más de 1.260.000 casos en la última semana, y 229 muertes. Dado que no todos los contagios son detectados por el programa de testeo (pese a que el nivel de pruebas es muy superior al de España), la estimación del número real de casos es sustancialmente mayor.

La presión hospitalaria sigue subiendo en Reino Unido y numerosos hospitales han declarado el estado de “emergencia” para conseguir más recursos para gestionar pacientes. En varias regiones, los hospitales piden a los pacientes que acudan por su propios medios incluso por casos de emergencia como infartos por la saturación de las ambulancias. Según los últimos datos, actualizados a 3 de enero, hay más de 18.000 pacientes en los hospitales del país con coronavirus, y sólo en los últimos siete días el número ha aumentado un 57%. La presión en las UCIs se está notando menos que anteriores oleadas y el Gobierno lo atribuye a la protección de la vacunación, en particular de la tercera dosis. El Reino Unido, el 52% de la población ya tiene las tres dosis de la vacuna (en España, es el 31%).

Militares para tercera dosis

El personal militar asistió a los hospitales también en las anteriores oleadas de la pandemia, sigue ayudando con los servicios de ambulancia de Gales y de Escocia, y ha colaborado ahora en la administración de las terceras dosis de la vacuna.

El Real Colegio de Enfermería consideró que el despliegue militar demostraba la grave escasez de personal del NHS y pidió que los miembros del ejército puestos en servicio tengan las habilidades necesarias para asistir a los pacientes.

“El Gobierno no puede seguir negando que hay una crisis de personal en el NHS. El primer ministro y otros responsables políticos no pueden seguir desdeñando los cuestionamientos sobre la capacidad del NHS para ofrecer una buena atención”, dice Patricia Marquis, directora para Inglaterra del Real Colegio de Enfermería.

“Una vez usada la opción de los militares, ¿dónde acudirá el Gobierno después para seguir ‘capeando’ la ola en lugar de enfrentarla?”, dice. “En este momento, el personal de enfermería agradecerá cualquier ayuda extra para su trabajo, pero necesitamos saber que el Gobierno no está poniendo en juego de ninguna manera los estándares profesionales y de atención a los pacientes”, indica.

Peor fuera de Londres

Hopson, el representante de los hospitales, dice que el aumento en las tasas de infección del norte de Inglaterra indica que los hospitales estiman que recibirán la próxima semana un 30% más de pacientes con COVID-19 que durante el último pico de contagio.

El temor de Hopson es que los hospitales de fuera de la capital no puedan afrontar la nueva ola de ingresos con la misma capacidad que los de Londres. Según él, sufrirán más porque sus deficiencias de personal son más profundas, con mayores niveles de bajas laborales y ausencias por enfermedad, con poblaciones de más edad y, en algunos casos, con una peor cobertura de asistencia social.

En algunos centros de fuera de Londres hay hasta un 19% del personal ausente por la COVID, un nivel muy superior al 10% de bajas por enfermedad o aislamiento que están informado otros centros del sistema sanitario nacional.

Traducido por Francisco de Zárate.

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