Los dirigentes del Partido Socialdemócrata de Alemania están librando una intensa batalla de cara a la votación crucial que tendrá lugar este domingo sobre la participación en un Gobierno de coalición con los conservadores de Angela Merkel.
El partido se ha convertido en el centro de un tenso drama político que empezó hace casi cuatro meses después de unas elecciones que dejaron a Alemania en el limbo político. Si los delegados del partido votan este domingo en un congreso extraordinario contra la gran coalición, Alemania se dirigirá hacia unas nuevas elecciones o un gobierno en minoría. Ninguna de las dos opciones es muy popular y deja colgando de un hilo el futuro político de Angela Merkel.
Martin Schulz, líder del SPD, ha cruzado el país de un lugar a otro para tratar de asegurar el apoyo al acuerdo por el resto de líderes del partido. Este miércoles, dijo que era difícil saber si contará con el apoyo de suficientes delegados. Schulz dijo que estaba animado por los indicios de que los miembros habían estado “más unidos que divididos en las conversaciones” antes de la conferencia en Bonn.
Pero los más fieles del SPD están indignados. Algunos sostienen que entrar en otra gran coalición, o “GroKo”, con la alianza conservadora de Merkel podría dañar aún más la popularidad del partido. Incluso podría suponer su desintegración final.
El auge de la ultraderecha y contraria a los migrantes de Alternativa para Alemania (AfD) es capital en el debate. Algunos en el SPD dicen que, si se ponen del lado de Merkel, facilitarían el camino para que la AfD –que entró por primera vez en el Bundestag en septiembre– se convierta en la mayor fuerza de oposición en el Parlamento.
Sigmar Gabriel, exlíder del partido y actualmente ministro de Exteriores, dijo que el mundo está pendiente de que Alemania sea capaz de encontrar una rápida solución. “No es una exageración. El domingo no solo Europa estará atenta al congreso del SPD, sino mucha gente de lugares lejanos. El mundo estará pendiente muy en serio de Bonn este domingo”, apunta.
La inminente decisión ha sumido al partido más antiguo de Alemania en una crisis existencial. Los Jusos, las juventudes socialistas del partido, son los que dirigen la oposición hacia la coalición y han acuñado la expresión “NoGroKo” que resume su campaña contra lo que consideran una traición a los valores socialdemócratas.
Schulz ha concentrado sus esfuerzos de campaña en el Estado más grande de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, hogar de alrededor de una cuarta parte de los 600 delegados que se reunirán en Bonn. La dirección del partido en ese Estado, a diferencia de otras en Alemania, se ha negado a posicionarse públicamente antes de la votación.
Las juventudes del SPD, en contra de la coalición
El martes, cuando salía de una reunión con delegados del partido en Dusseldorf, Schulz fue abucheado por miembros de las juventudes al grito de: “¡Nunca, nunca, nunca más GroKo!”.
Kevin Kühnert, el líder de los Jusos, se ha convertido en una estrella política y ahora se le considera el principal peligro para Angela Merkel, por el considerable apoyo obtenido entre las bases del partido. El estudiante de Ciencia Política de 28 años de Berlín opina que el ambiente en las bases del partido es “devastador”.
Kühner ha dicho que él no se unió al partido “para ver cómo se da una y otra vez cabezazos contra el mismo muro”. Los miembros jóvenes del partido, sostiene, “quieren ver que algo de esta unión permanece, maldita sea”. Que el partido llegue a restaurarse como una fuerza política líder en Alemania “sucederá fuera de la gran coalición o no sucederá”, apuntó.
Los líderes del partido, incluida Andrea Nahles, presidenta del grupo parlamentario SPD y antigua líder de las juventudes del partido, han quedado perplejos por la pasión que han mostrado las juventudes y por lo que muestran las encuestas. El partido ha caído al 18,5% (uno de sus peores porcentajes de siempre), después de firmar la semana pasada un preacuerdo (con la CDU) de 28 páginas.
Los críticos dicen que el plan se parece más bien poco a los ideales del partido. Sanidad, pensiones y educación son los puntos más conflictivos.
Incluso si los delegados del SPD votan a favor de una coalición, el final de este drama no está cerca. Las negociaciones en detalle entre socialdemócratas y conservadores pueden empezar inmediatamente y durar alrededor de dos semanas. Pero entonces Schulz insistiría en someter el acuerdo final a una consulta postal entre los 450.000 militantes del partido, lo que podría durar otras tres semanas.
Traducido por Cristina Armunia Berges