Los servicios de inteligencia del Reino Unido, Alemania Occidental y Francia, el corazón de lo que entonces era la incipiente Comunidad Económica Europea, buscaron el consejo de las sangrientas dictaduras sudamericanas de los años 70 para combatir la “subversión” de izquierdas, según documentos de la CIA recién desclasificados.
Los gobiernos europeos querían aprender de la Operación Cóndor, un programa secreto de las dictaduras de Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador de colaboración para secuestrar y asesinar miembros de los grupos guerrilleros de izquierdas en sus territorios. Cientos de personas en Sudamérica murieron como resultado de esta coordinación entre dictaduras. Según un documento de la CIA con fecha del 7 de abril de 1978, los espías europeos estaban interesados en saber cómo funcionaban sus programas e importarlos a sus países.
El documento asegura que “representantes de los servicios de inteligencia de Alemania Occidental, Francia y el Reino Unido visitaron la secretaría de coordinación de la Operación Cóndor en Buenos Aires durante el mes de septiembre de 1977 para discutir sobre métodos para establecer una organización antisubversiva similar a la Operación Cóndor”.
“La amenaza terrorista y subversiva en Europa ha llegado a niveles tan peligrosos que creen que sería mejor aunar sus recursos de inteligencia en una organización colaborativa, como se lleva a cabo según la Operación Cóndor”, dijeron los europeos a la secretaría del Plan Cóndor en Buenos Aires, según el documento de la CIA.
“Sin embargo, enfatizaron que si se estableciera una organización similar (en Europa), todas las operaciones contra los subversivos se coordinarían de tal forma que el servicio de inteligencia de un país no operara unilateralmente en otro país”, escribió la CIA.
El documento forma parte de un sorprendente archivo secreto estadounidense de 47.000 páginas relacionado con la sangrienta dictadura argentina de 1976-83 que se ha conocido el viernes pasado.
El archivo, que consiste principalmente en documentos de la CIA y el FBI, saca a la luz las oscuras operaciones de la dictadura militar argentina y los espantosos métodos que utilizó para aniquilar a miles de personas, la mayoría de ellas jóvenes.
“Estos documentos son muy importantes”, señala Gastón Chillier, del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), un organismo de derechos humanos. “Hay documentos de seis o siete agencias de inteligencia estadounidenses diferentes. Esperamos encontrar información que nos ayude en los juicios que hay abiertos contra los criminales de la dictadura”.
Cadáveres en la costa
Actualmente, 977 exmilitares y colaboradores están presos por crímenes relacionados con la dictadura, según la Dirección General de Derechos Humanos de la Procuración General argentina.
Este tipo de crímenes están descritos en los documentos con detalles escabrosos. En uno se explican los salvajes intentos de los militares argentinos de deshacerse de los cuerpos de sus víctimas después de que algunos cadáveres llegaran a las costas de Uruguay durante el segundo mes de la dictadura.
“El Gobierno uruguayo ha sido informado de forma privada por las autoridades argentinas de que ocho de los diez cuerpos encontrados en la costa uruguaya son resultado de operaciones antiterroristas argentinas”, afirma un cable del Departamento de Estado de mayo de 1976. “La fuente asegura que los cuerpos fueron lanzados al Río de la Plata desde helicópteros tras los interrogatorios llevados a cabo por las autoridades argentinas”.
Más tarde, la dictadura argentina perfeccionó sus métodos, drogando a las víctimas para después abrirles el abdomen y lanzarlas desde aviones al Océano Atlántico.
En otro documento, Robert Scherrer, agregado de asuntos legales del FBI en Buenos Aires con muchos contactos entre los militares argentinos informó a Washington en octubre de 1976 sobre cómo se deshicieron de los cuerpos de dos agentes de seguridad cubanos.
Jesús Cejas Arias y Crescencia Galanena Hernández fueron secuestrados y asesinados por la dictadura argentina en agosto de 1976. “Sus cuerpos fueron unidos con cemento a un gran depósito cilíndrico que luego fue arrojado al río Luján”, afirmó Scherrer. “Como Cejas y Galanena habían sido inmersos en agua durante bastante tiempo para facilitar una descomposición rápida, es improbable que puedan ser identificados”.
Un detallado documento de la CIA de diciembre de 1976 describe cómo muchos supuestos “enfrentamientos” con grupos guerrilleros de izquierdas fueron en realidad “invenciones de las autoridades para explicar el asesinato de prisioneros que estaban detenidos”.
Otro cable del Departamento de Estado tiene fecha de julio de 1978, un mes después de que Argentina fuera sede del mundial de fútbol de la FIFA y ganara la copa. El documento dice que diplomáticos del Vaticano informaron a la embajada estadounidense de que “a mediados de junio (justamente durante el Mundial), una mujer psicóloga fue secuestrada por las fuerzas de seguridad y detenida durante 15 horas”. Durante su detención, la psicóloga, víctima de la polio y en silla de ruedas, fue torturada e interrogada con una picana eléctrica para que revelase el paradero y las actividades de uno de sus pacientes.
Los documentos entregados son la respuesta a una solicitud formal hecha por Argentina en 2016 con motivo del 40º aniversario del golpe militar, durante una visita de Estado del entonces presidente Barack Obama al país.
Esta tercera entrega de documentos marca el fin del Proyecto de Desclasificación para Argentina. Las dos primeras entregas se realizaron durante el gobierno de Obama.
Traducido por Lucía Balducci