La Casa de los Comunes, el Parlamento británico, es capaz de sumar mayorías contradictorias con un objetivo común: tumbar los planes del Gobierno de Theresa May en relación con el Brexit. La primera ministra se ha dado de bruces contra sus propios diputados semana tras semana desde que acordó a finales de noviembre un acuerdo de retirada de 585 páginas con la Unión Europea.
Pero ese acuerdo, para los diputados británicos, es insatisfactorio. Pero, ¿qué sería satisfactorio? Sobre eso no hay ninguna mayoría clara.
Así, con ese panorama, Theresa May está intentando lograr todas las garantías posibles de que la salvaguarda –backstop– de Irlanda nunca llegará a entrar en vigor, y en Bruselas le dicen que nadie quiere que así ocurre, como con todos los seguros que se suscriben: uno tiene la póliza pensando que nunca va a tener que reclamarla, pero cuando ocurre el accidente, pues mejor tener una póliza que no haberla tenido.
Para ello, en Bruselas están dispuestos a retocar la Declaración Política que acompaña el acuerdo de retirada, y a correr en la redacción del acuerdo de relación futura para evitar que el backstop nunca entre en vigor.
¿Le valdrá eso a los diputados británicos? De momento, no les está valiendo. Theresa May ha anunciado una votación para, como mucho, el 12 de marzo sobre las últimas negociaciones del Brexit con Bruselas y sobre lo último que logre de los 27. El 12 de marzo son 17 días antes de la fecha de salida prevista de Reino Unido de la UE, el 29 de marzo.
Y, lo que ha dicho May este martes en el Parlamento de Westminster es que, si su Gobierno pierde esa votación, someterá a votación el día 13 marzo salir de la UE el 29 de marzo sin acuerdo. Y, si esa votación no prospera, someterá a votación el 14 de marzo una tercera hipótesis: la de posponer la fecha de salida.
Pero esa prolongación del Brexit tiene una salvedad, como ha reconocido la propia May, quien se ha mostrado contraria a salir de la UE más tarde del 29 de marzo. La salvedad es que el Parlamento Europeo salido de las urnas del 26 de mayo, se constituye el 2 de julio.
Es decir, que si los planes siguen como hasta ahora, con Reino Unido no participando de las elecciones al Parlamento Europeo en tanto que está de salida de la UE, el Brexit ha de producirse antes de ese 2 de julio para que no se produzca la paradoja de que un país de la UE no está representado en la Eurocámara.
Es verdad que siempre se pueden encontrar trucos, y que en la UE hay recursos para una cosa y la contraria y podrían designarse eurodiputados por delegación del Parlamento de Westminster o convocar unas elecciones después... Pero, en todo caso, lo que ha dicho May es que ese aplazamiento no podría prolongarse más allá de finales de junio para evitar esas complicaciones de la representación británica en el Parlamento Europeo.
El Partido Laborista de Reino Unido, liderado por Jeremy Corbyn, había anunciado este lunes su intención de respaldar un segundo referéndum sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea esta misma semana para evitar los estragos del “dañino Brexit de los Tories”. A 32 días de la fecha oficial que establecía la salida del país del grupo, Corbyn presentará una enmienda al acuerdo sobre el que trabaja el Gobierno británico para mantener una unión aduanera con la UE. Si esta es rechazada, moverán ficha hacia una nueva consulta ciudadana.
“Con este anuncio, nos comprometemos a sacar adelante o apoyar una enmienda que favorezca la realización de un voto popular para prevenir el dañino Brexit de los Tories que se está forzando al país a acometer”, ha dicho el político en un comunicado de su partido.
Ante este panorama, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el jefe de las instituciones europeas tradicionalmente más transparente en público, ha verbalizado lo que hasta ahora costaba mucho verbalizar.
En una rueda de prensa en Sharm el Sheikh (Egitpo), el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien se vio con May este domingo, abrió la puerta este lunes a un aplazamiento del Brexit: “La primera ministra Theresa May y yo discutimos muchos asuntos, incluyendo la potencial extensión de los plazos. No hay mayoría en los comunes para un acuerdo, es un hecho objetivo. En esta situación, a medida que nos acercamos a la fecha del 29 de marzo más probable es una salida caótica. Y entre una salida caótica o una extensión de los plazos, la extensión podría ser una solución racional. Pero ella aún cree que puede evitar ese escenario. En todo caso, los 27, ante cualquier escenario, mostraremos máxima comprensión y buena voluntad”.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, por su parte, ha dicho en la misma rueda de prensa de Egipto sobre su reunión con May este lunes por la mañana: “Ha sido positiva, estamos teniendo avances”. Este martes se reúnen el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, con sus homólogos británicos.