Trump recibe a Bolsonaro: Venezuela y acuerdos militares sobre la mesa
Washington y Brasilia, Trump y Bolsonaro, un encuentro por el que nadie habría apostado hace tres años pero que es la realidad de los nuevos tiempos. En noviembre de 2016, Trump llegaba al poder en Estados Unidos mientras al sur del continente, Brasil dejaba atrás los Juegos Olímpicos entrando de lleno en la era Temer. El que fuera vicepresidente de Dilma Rousseff, apartada de su cargo, gobernaría el país dos años más hasta agotar la legislatura. En ese momento pasó casi desapercibido, pero el entonces diputado federal Jair Bolsonaro felicitó a Trump por su victoria y aprovechó para lanzar una profecía: “Ha vencido aquel que ha luchado contra todo y contra todos. En 2018, Brasil por el mismo camino”.
Ser comparado constantemente con el presidente de EEUU era algo que halagaba a Bolsonaro durante la precampaña y la campaña electoral de 2018. Perseguía a conciencia el símil, aunque al principio alguno de sus contrincantes en los comicios le colocó frente a otro espejo: “Proyecto de pequeño Hitler tropical”, le llamaba el candidato Ciro Gomes, que acabó sintetizándolo en “nazi hijo de puta”. Ya era tarde. La velocidad crucero que alcanzó Bolsonaro en septiembre del año pasado le ha llevado a la cita soñada, en la Casa Blanca. Allí estarán frente a frente por primera vez los dos líderes.
El mandatario estadounidense recibe al brasileño este martes 19 de febrero, colocando la guinda a una estancia en la que Bolsonaro aparece acompañado por la espina dorsal de su gobierno. La comitiva está formada por el ministro de Economía, Paulo Guedes; el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro; el ministro de Seguridad Institucional, general Augusto Heleno; el ministro de Ciencia y Tecnología, el teniente-coronel Marcos Pontes; el ministro de Minas y Energía, Bento Alburquerque; el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araujo; y la ministra de Agricultura, Tereza Cristina.
El orden del día y los mensajes
Entre los puntos del orden del día de la reunión entre Trump y Bolsonaro destaca el aumento de la presión a Nicolás Maduro para que abandone el gobierno venezolano. La estrategia, de momento, sigue pasando por el desbloqueo de la ayuda humanitaria que, en el caso de Brasil, sigue detenida en Boa Vista, capital del estado de Roraima.
La cesión a Estados Unidos de la base de lanzamientos espaciales Alcântara (estado de Maranhão) y los acuerdos comerciales bilaterales y militares que tanto reclaman ambas partes serán otros de los principales aspectos a tratar en la cumbre. Con vistas en el aumento de turistas estadounidenses en Brasil, está programado que se trate también la anulación de la necesidad de visado, pero solo desde EEUU hacia Brasil.
Con el objetivo de terminar de encajar con el universo Trump, el presidente brasileño ha aterrizado en Washington con dos conceptos a poner sobre la mesa melodiosos para los oídos de magnate: anticomunismo e antimigración. Durante una cena en la residencia del actual embajador de Brasil, Sérgio Amaral, Bolsonaro afirmó ante representantes de la derecha estadounidense que “los aspectos relacionados con el antiguo comunismo no pueden seguir imperando en el ambiente en que vivimos”.
El mensaje antimigratorio llegó de la mano de uno de sus hijos, el diputado federal Eduardo Bolsonaro. Recientemente elegido presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, e incrustado en el viaje presidencial a EEUU, el hijo del presidente no dudó en atacar incluso a sus propios compatriotas, calificando de “vergüenza” a los brasileños que residen en el exterior en situación irregular.
Bolsonaro deberá medir su pasión por Trump, habida cuenta de la importancia estratégica de los negocios con China, un gran aliado económico para Brasil. El presidente estadounidense, por su parte, intentará llevarle a su terreno en sus luchas ideológicas y comerciales, más allá de la búsqueda de aliados fuera de la OTAN.
El gurú de Bolsonaro se rebela en EEUU
En el marco de la visita de Bolsonaro también ha tenido lugar un encuentro menos conocido para la opinión pública internacional pero fundamental para la construcción del discurso del actual presidente brasileño. Olavo de Carvalho no podía quedar fuera de la agenda: convertido en figura de culto de la derecha, el profesor, filósofo y escritor sigue siendo el gurú de Bolsonaro.
Olavo de Carvalho suena desde hace meses como posible nuevo embajador de Brasil en EEUU –el presidente va a sustituir al actual–, pero ha decidido rebelarse contra el trabajo del equipo de gobierno de su pupilo en estos primeros tres meses al frente de la nación. “Amo a este tipo, Bolsonaro, pero está rodeado de traidores. Prácticamente no confío en nadie del Gobierno, excepto en él”. El filósofo llamó “idiota” al vicepresidente, el general Hamilton Mourão, por viajar a São Paulo para reunirse con el gobernador João Doria, en lugar de quedarse en Brasilia ejerciendo de vicepresidente en funciones.
“Está con las manos atadas”, ha declarado sobre Bolsonaro en relación al grupo de militares que nutre los ministerios. De Carvalho no se reprimió siquiera ante la representación militar que acompaña al presidente en Washington. Reconoció que “el Gobierno está mal”, y auguró que “si continúa así seis meses más, se acabó”.