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La UE acuerda sanciones para dirigentes de Bielorrusia y se compromete a “aumentar las presiones sobre Lukashenko”

Heiko Maas, ministro de Exteriores alemán; Arancha González Laya, ministra española de Exteriores; y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
28 de agosto de 2020 17:39 h

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La UE aumenta la presión sobre Aleksandr Lukashenko y su Gobierno en Bielorrusia. Impuga unas elecciones que hace unas semanas dieron el 80% de los votos a Lukashenko, quien lleva en el cargo un cuarto de siglo, y que está generando movilizaciones de la oposición en el país, además de movimientos geoestratégicos de los países vecinos.

“Si Lukashenko aumenta la presión sobre la oposición y las manifestaciones pacíficas, nosotros tenemos que aumentar la presión sobre Lukashenko”, ha dicho este viernes el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, anfitrión de la reunión informal de ministros de Exteriores de la UE en Berlín.

La reunión de día y medio ha concluido con el compromiso de elaborar una lista de personas vinculadas al Gobierno de Lukashenko –y a los que la UE culpa de “fraude electoral”– sobre los que imponer sanciones. “La lista comenzó con una docena de personas”, ha dicho Borrell, “ha crecido hasta la veintena y es probable que siga creciendo en los próximos días”.

Los países bálticos y antiguos miembros del bloque soviético son los que se están mostrando más duros en la idea de incluir en las sanciones al propio Lukashenko. “Creo que Lukashenko debería estar en la lista, la cuestión es el momento: si es para la primera etapa o para alguna otra etapa si vemos que no hay un desarrollo positivo en Bielorrusia”, ha dicho el ministro de Exteriores checo, Tomas Petricek.

El pasado 19 de agosto, los líderes de la UE celebraron una cumbre por videoconferencia monográfica sobre Bielorrusia, en la que decidieron no reconocer los resultados de las elecciones presidenciales, e instaron a “una solución sin injerencias”.

“Las elecciones no fueron justas ni libres y no cumplieron los estándares internacionales. No reconocemos los resultados presentados por las autoridades bielorrusas”, declaró entonces el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por su parte, defendió “el inicio de un diálogo nacional inclusivo” en Bielorrusia. Los líderes se emplazaron a seguir hablando del asunto en una cumbre extraordinaria el 24 y 25 de septiembre.

Y este viernes, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha insistido en ese mensaje: “La Unión Europea no reconoce los resultados de las elecciones y considera inaceptables las acciones de las autoridades. Una vez más, expresamos nuestro pleno apoyo a la soberanía e independencia de Bielorrusia, condenamos la violenta represión del pueblo bielorruso y pedimos a las autoridades que entablen un diálogo inclusivo para salir de la crisis”.

Mientras tanto, los ministros de Exteriores se han dado una semana para terminar la lista de personas “de nivel político” sobre las que la UE impondrá sanciones. Y, en paralelo, siguen las protestas en las principales ciudades de Bielorrusia.

Una decisión de los 27, incluido el Gobierno de España, que no comparte uno de los socios de Gobierno de Pedro Sánchez, Izquierda Unida: el eurodiputado Manu Pineda se ha opuesto en el Parlamento Europeo a la aprobación de sanciones: “Con la petición de aplicar sanciones, la UE ha tirado por el desagüe cualquier posibilidad de que Bielorrusia pudiera actuar como puente en nuestras relaciones diplomáticas con Rusia. Urge que nuestra política exterior comunitaria deje de estar subordinada a EEUU”.

Al tiempo, también aumenta la tensión geopolítica. Según dijo este jueves el presidente ruso, Vladímir Putin, su homólogo bielorruso, Lukashenko, le ha pedido socorro: “Planteó que le gustaría que le ofreciéramos, en caso de necesidad, la ayuda necesaria. Yo le dije que Rusia cumplirá con sus obligaciones”.

Putin explicó que Lukashenko le había pedido formar un “contingente (reserva) de miembros de las fuerzas del orden”. “Y lo hice. Pero acordamos también que éste no será utilizado mientras la situación no se descontrole”, dijo Putin en la entrevista con el canal de televisión Rossía 1. El presidente ruso afirmó que las fuerzas no serán desplegadas mientras “elementos extremistas”, con la tapadera de “eslóganes políticos”, no organicen disturbios violentos y “comiencen a quemar coches, casas, bancos y a asaltar edificios administrativos”.

Lukashenko, por su parte, ha decidido reforzar la vigilancia en la frontera. “He ordenado al Comité Estatal de Fronteras reforzar la vigilancia de la frontera en todo su perímetro para impedir la entrada en Bielorrusia de mercenarios, armas, municiones y recursos para la financiación de los disturbios”, dijo Lukashenko al término de una reunión del Consejo de Seguridad del país.

El mandatario agregó que hay que prestar “especial atención” a los movimientos de las tropas de la OTAN en las vecinas Polonia y Lituania, cuyos Gobiernos han respaldado a la oposición bielorrusa en sus demandas de unas nuevas elecciones presidenciales. “Tenemos que vigilar sus desplazamientos y sus intenciones”, subrayó.

De acuerdo con el centro de derechos humanos Vesná, la policía bielorrusa ha detenido a 265 manifestantes durante la protesta registrada la víspera en la Plaza de la Independencia de Minsk. Entre los detenidos había medio centenar de periodistas, muchos de los cuales fueron liberados posteriormente, según la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (APB).

Más presión para Turquía

“Existe una frustración creciente frente al comportamiento turco”, ha reconocido el Alto Representante de la UE, Josep Borrell: “Hemos pedido acelerar el trabajo para agregar a las personas sugeridas por Chipre a la lista creada por las perforaciones ilegales en el Mediterráneo Oriental, con miras a una rápida adopción”.

Y añadió: “Si no hay avances en la colaboración con Turquía, podríamos desarrollar una lista de medidas restrictivas adicionales que podrían debatirse en el Consejo Europeo de los días 24 y 25 de septiembre”.

Es decir, los ministros también han acordado ampliar la lista de individuos (privados, no gobernantes) sancionados por su implicación en las prospecciones ilegales turcas en aguas del Mediterráneo oriental de Chipre y Grecia, una medida que se podría aprobar en septiembre.

Precisamente en Turquía ha fallecido este jueves la abogada kurda Ebru Timtik, quien llevaba 238 días en huelga de hambre después de haber sido condenada a 13 años y seis meses de cárcel en marzo de 2019 “por ser miembro de una organización terrorista” en un polémico juicio en el que la defensa criticó la falta de acceso a las pruebas y que el tribunal aceptó testigos anónimos.

Timtik fue condenada junto a otros 17 abogados del ÇHD a un total de 159 años de prisión por vínculos con el grupo armado Partido-Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo (DHKP-C).

Timtik inició una huelga de hambre el pasado 2 de enero, seguida un mes después por otro abogado condenado, Aytaç Ünsal. Ambos fueron hospitalizados a finales de julio después de que un tribunal se negara a liberarlos, pese a un informe del Instituto de Medicina Forense de Estambul detallará su deterioro físico.

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