El tiempo se agota. La crisis sanitaria y económica se ha agudizado después del verano. Y Hungría y Polonia siguen queriendo secuestrar los fondos europeos y los presupuestos para 2021-2027 si no se modifica el mecanismo que condiciona el dinero comunitario al respeto del Estado de Derecho.
Pero los márgenes son muy estrechos: el mecanismo del Estado de Derecho es una transaccional, unos mínimos para el Parlamento Europeo y países como Holanda, y rebajarlo aún más para contentar a Gobiernos autodenominados como “iliberales” puede generar un problema mayor.
Fuentes diplomáticas explican que está sobre la mesa la posibilidad de ofrecerles una declaración diciendo que el mecanismo no va contra nadie en concreto –ni contra Viktor Orbán ni Mateusz Morawiecki–, que el Ejecutivo comunitario será “objetivo y tratará a todo el mundo por igual y que no se usará para presionar en otras áreas como la migración”, asunto este último que agita sistemáticamente el Gobierno húngaro. Según algunas fuentes, Morawiecki podría haber estado inclinado a aceptar esta declaración sobre cómo interpretar el mecanismo del Estado de Derecho puede apaciguar al gobierno pero, hasta el momento, Orbán sigue negándose. “Acordamos con los polacos una posición conjunta, no aceptar nada que sea inaceptable para el otro”, recordó Orbán.
Pero, si Orbán y Morawiecki siguen con el pulso, en las próximas horas los 25 –o 24, si Eslovenia sigue apoyando a Budapest y Varsovia– activarán un plan B, que puede pasar por un acuerdo intergubernamental –tipo MEDE– o una cooperación reforzada. “Necesitamos un acuerdo o señales claras de Polonia o Hungría hoy [por el lunes] o mañana. Si no lo tenemos, avanzaremos al plan B”, explicaban este lunes fuentes diplomáticas. Un plan B que bien podría activarse en la cumbre de líderes de la UE que se celebra en Bruselas este 10 y 11 de diciembre, en caso de no resolverse el contencioso.
Pero, de momento, las señales que llegan de Hungría es que no pondrá fin al bloqueo, que también incluye el presupuesto de la UE para 2021-2027, 1,074 billones de euros, para lo cual el único plan B consiste en prorrogar el del año anterior de forma mensualizada, con lo cual no se habría partidas nuevas –fondo de transición justa, por ejemplo– y algunas, como son anuales, el programa Erasmus se caería.
Los dos países de Europa del Este, que son receptores netos de fondos de la UE que han ayudado a transformar sus economías desde su entrada en la UE, podrían perder 180.000 millones de euros entre el presupuesto plurianual y el fondo de ayuda.
En una intervención ante el Parlamento Europeo la pasada semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ofreció otra salida: sugirió que Polonia y Hungría deberían llevar al Ejecutivo de la UE ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea si consideraban que el bloque estaba actuando ilegalmente.
“Si no respetan las reglas de nuestro juego a nivel europeo, lo haremos sin ellos”, ha dicho a Bloomberg Manfred Weber, presidente del grupo popular en el Parlamento Europeo y miembro del partido de Angela Merkel, presidenta de turno de la UE. Un Weber al que el jefe de la delegación de Fidesz, el partido de Orbán, Tamas Deutsch, acusó de prácticas propias de la Gestapo. “Si no tienes nada que esconder, no tienes que tener miedo. Recuerdo bien que la Gestapo y la ÁVO [AVH] tenían el mismo lema”, dijo Deutsch. “Eso es lo que dijeron. Es como si fuera la experiencia histórica de quienes vivían en Alemania y Hungría en el momento en que tenían miedos que no tenían nada que ocultar. Manfred Weber no está diciendo la verdad porque hay valoraciones subjetivas de los derechos de la Unión Europea que están en línea con las opiniones políticas actuales y se disfrazan como sus derechos”.
Y todo esto ocurre cuando un eurodiputado de Fidesz acaba de ser cazado en una orgía saltándose todas las restricciones por la pandemia de la COVID-19 en Bruselas. Jozsef Szajer (Fidesz/PPE), quien dimitió alegando “fatiga” antes de saberse que había sido pillado en una fiesta sexual en el centro de Bruselas con 25 personas, principalmente hombres, que fueron todas multadas, según adelantaron medios belgas.
“Los medios belgas han informado sobre una fiesta privada en Bruselas. Yo estaba presente”, explica Szajer, ex vicepresidente de los populares europeos en la Eurocámara en un comunicado: “Después de que la policía me preguntara por mi identidad, ya que no tenía identificación, declaré que era diputado al Parlamento Europeo. La policía continuó el proceso y finalmente emitió una advertencia verbal oficial y me condujo a casa”.
“No tomé drogas”, asegura el ya ex eurodiputado húngaro: “Me ofrecí a la policía para hacer una prueba, pero no lo hicieron. Según la policía, encontraron píldoras de éxtasis, pero no eran mías, no tengo conocimiento de quién y cómo las llevaron. Lamento profundamente haber violado las restricciones de la COVID, fue una irresponsabilidad de mi parte. Estoy dispuesto a pagar lo que corresponda. Con mi renuncia el domingo asumí las consecuencias políticas y personales”. Eso sí, cuando dimitió inicialmente alegó “fatiga”, no dijo nada de la fiesta.
Szajer concluye: “Pido disculpas a mi familia, a mis colegas, a mis votantes. Les pido que evalúen mi error en el contexto de 30 años de trabajo arduo y dedicado. El paso en falso es estrictamente personal, yo soy el único responsable de él. Les pido a todos que no lo extiendan a mi patria, ni a mi comunidad política”.
De acuerdo con NHL, en la fiesta también estuvieron presentes “varios diplomáticos” y el eurodiputado, quien “supuestamente intentó huir por la canaleta del techo, pero la policía lo pudo atrapar”. Los agentes también encontraron drogas en el lugar, según el mismo medio.
El propio Szajer, según medios húngaros, “no solo es un aliado cercano del primer ministro Orbán, él personalmente reescribió la constitución de Hungría para incluir la siguiente línea: 'Hungría protegerá la institución del matrimonio como unión de un hombre y una mujer”.
Ahora hay una placa en el desagüe donde terminó la vida política del eurodiputado húngaro Szájer mientras intentaba escapar de la famosa orgía.