La UE y Reino Unido apuntan a la seguridad y la migración irregular en su nueva relación tras el Brexit
El Brexit fue una de las negociaciones más complicadas a las que se ha enfrentado la UE y, sobre todo, supuso un golpe emocional para el club comunitario, que vio como uno de sus socios fundadores soltaba amarras. Años después de ese trauma, los 27 siguen adelante e incluso miran a Reino Unido desde una posición de fortaleza (como es el caso de España en las negociaciones sobre el estatuto de Gibraltar). Y ha sido el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, el que ha inaugurado las nuevas relaciones con la UE en un viaje a Bruselas en el que se ha reunido con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; y la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.
Una declaración de intenciones sobre una relación “única” que se ha traducido en un comunicado conjunto en el que Reino Unido y la UE se comprometen a impulsar una “cooperación reforzada”, que pasará por un nuevo encuentro con Von der Leyen en otoño y la celebración de una primera cumbre UE-Reino Unido a principios de 2025. Nuevos tiempos, por tanto, para las relaciones en las que el refuerzo de la seguridad y la migración irregular son algunos de los temas en los que quieren profundizar. Primero lo ha mencionado Starmer en su intervención inicial y luego el asunto figura en el comunicado conjunto.
“Los dirigentes acordaron que el Reino Unido y la Unión Europea seguirían colaborando estrechamente para hacer frente a retos mundiales más amplios, como las dificultades económicas, la competencia geopolítica, la inmigración irregular, el cambio climático y los precios de la energía, que plantean retos fundamentales para los valores compartidos por el Reino Unido y la Unión Europea y constituyen el motor estratégico de una cooperación más estrecha”, recoge el texto.
El viaje de Starmer, que es la primera visita oficial de un primer ministro británico a Bruselas desde 2020, tenía como objetivo negociar nuevos acuerdos con la UE que alivien los daños del Brexit sin enfadar demasiado a la minoría más partidaria del aislamiento británico. El laborista ha asegurado que el público británico busca un liderazgo “sensato” y “pragmático” en su trato con los vecinos más cercanos.
Entre los asuntos que quiere arreglar están los visados de estudio y trabajo para los menores de 30 años después de que el anterior Gobierno conservador rechazara la propuesta de la Comisión Europea. La negociación busca nuevo mecanismo para que los jóvenes europeos puedan vivir durante un tiempo limitado en el Reino Unido para aprender inglés o trabajar, y los británicos puedan hacer lo mismo en el país de la UE que elijan.
En el 'reinicio' de las relaciones, que fue como lo definió el laborista cuando asumió el cargo de primer ministro, también está sobre la mesa la posibilidad de alcanzar un acuerdo en materia de migración irregular en un momento en el que la UE está virando hacia las posiciones más duras y también el británico ha apuntado en esa dirección al llegar a decir que quiere aprender de la gestión migratoria de la ultraderechista Giorgia Meloni porque es “pragmático”.
El comunicado también recoge una alusión a la crisis en Oriente Medio en la que condenan el “atroz” ataque de Irán contra Israel y apuntan al “derecho de Israel a la autodefensa ante una agresión inaceptable” sin mencionar la ofensiva terrestre del ejército de Benjamin Netanyahu en Líbano. “Reiteraron la necesidad de coordinar la respuesta diplomática a la situación en Oriente Próximo y pidieron a todas las partes que dieran muestras de moderación y pusieran fin al derramamiento de sangre. Es necesario un alto el fuego inmediato en Líbano y Gaza para crear el espacio que permita soluciones políticas, subrayaron los dirigentes”, agrega.
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