El test de atención de “la confluencia”

La capacidad de atención humana tiene un límite y “la confluencia” nos está poniendo a prueba. Hasta los más interesados en todo lo que está pasando, hasta los más yonkis de la actualidad política, hasta los que trabajamos en esto y nos gusta pensar que tenemos un conocimiento detallado y especializado, lo estamos pasando mal para no perdernos en el laberinto preelectoral.

Como ciudadanos, toca ser generosos, dar un margen de acción a la gente que está intentando una misión ambiciosa, dejar que las cosas tomen forma antes de criticarlas por lo que son sin esperar a que realmente sean. Está claro que en muchas ciudades se está viviendo un proceso apasionado y la mayoría de las veces sincero, y que lo que no está inventado siempre es mejor en la imaginación que en la realidad.

Pero lo cierto es que les quedan menos de dos meses para las elecciones y muchas de las nuevas candidaturas - no solo en Madrid - no han alcanzado aún el punto de cocción. Tienen demasiadas cosas por concretar. Responden demasiadas veces “eso todavía lo tenemos que decidir”. En parte porque aquel “esperando a Podemos” se ha hecho muy largo, pero no solo por eso.

El último requiebro es que Tania Sánchez resulta que no irá en ninguna candidatura. Es, de todos los nombres que hay ahora mismo sobre la mesa, el más conocido y sobre todo el único que tenía un apoyo demostrado: ganó las primarias entre militantes y simpatizantes de Izquierda Unida. Luego, se fue porque la vieja guardia de IU en Madrid se resistía a cederle el control real de la organización y la estrategia electoral. En el horizonte parecía aproximarse la realidad de un paraguas confluyente para la Comunidad de Madrid, un “partido instrumental” que pudiera incluir a Podemos como es Ganemos a.k.a. Ahora Madrid en la capital. Pero Podemos dijo no.

El resultado final es de lo más desconcertante: IU tendrá un candidato elegido por la dirección que perdió las primarias de la candidatura contra Tania Sánchez, que no será candidata ni siquiera de su nuevo partido, que sí colocará candidatos dentro de la lista de Podemos. Al contrario de lo que ha aceptado para las elecciones municipales, donde se integra en Ahora Madrid, en la papeleta autonómica solo habrá un nombre presidiendo: Podemos. Y Pablo Iglesias propone de cabeza de lista a José Manuel López, ingeniero y exdirectivo de ONG como Cáritas o CEAR pero que que hasta ahora no ha participado en la estrategia de la primera línea política de Podemos ni siquiera en Madrid, donde las voces habituales han sido las de Luis Alegre y Jesús Montero, en los que Podemos ha invertido sus espacios y sus recursos de propaganda durante las primarias internas pero a los que no presentará como candidatos. José Manuel López empieza de cero y tiene dos meses para competir en popularidad con Cristina Cifuentes, Ángel Gabilondo o Luis García Montero.

¿Y qué será ahora de Tania Sánchez? No cabe en la cabeza de nadie que vaya a desaparecer del mapa y tiene dos opciones: una, improbable, intentar ser candidata al Ayuntamiento de Madrid, donde Ahora Madrid sí es un paraguas abierto a que el cabeza de lista no sea de Podemos; otra, seguir la estela de los grandes nombres en Podemos (desde Monedero a Bescansa pasando por el jefe en Madrid, Luis Alegre), que han preferido reservarse probablemente para las elecciones generales. Pero eso ya será otro lío.

Hasta entones, pondremos todo de nuestra parte. Miraremos fijamente cómo va circulando la pelota, a ver qué pasa al final, para no perdernos nada. Todo un test de atención. Como en este vídeo de los noventa.

La capacidad de atención humana tiene un límite y “la confluencia” nos está poniendo a prueba. Hasta los más interesados en todo lo que está pasando, hasta los más yonkis de la actualidad política, hasta los que trabajamos en esto y nos gusta pensar que tenemos un conocimiento detallado y especializado, lo estamos pasando mal para no perdernos en el laberinto preelectoral.

Como ciudadanos, toca ser generosos, dar un margen de acción a la gente que está intentando una misión ambiciosa, dejar que las cosas tomen forma antes de criticarlas por lo que son sin esperar a que realmente sean. Está claro que en muchas ciudades se está viviendo un proceso apasionado y la mayoría de las veces sincero, y que lo que no está inventado siempre es mejor en la imaginación que en la realidad.