Juanlu Sánchez es periodista, cofundador y subdirector de eldiario.es. Colabora en La Sexta y en el New York Times. Fue cofundador de Periodismo Humano y como reportero pasó de la cobertura especializada en derechos humanos a documentar la génesis y las consecuencias sociales y políticas del 15M. Es autor del libro 'Las 10 mareas del cambio' y profesor en el Máster Oficial de Innovación en Periodismo de la Universidad Miguel Hernández de Elche.
Marta Rivera de la Cruz, los tuits irónicos y el caso Guillermo Zapata
El absurdo no tiene límites. Marta Rivera de la Cruz, número 3 de Ciudadanos en Madrid, fue anoche la perdedora del debate a 9 organizado por TVE con muchos de los partidos que se presentan al 20D. Como consecuencia de su mala actuación en el debate, empezaron a aflorar en Twitter comentarios recientes y no tan recientes hechos por ella en redes sociales. Muchos hablan de su incoherencia política por ejemplo sobre el contrato único o el copago, como cuenta la Maldita Hemeroteca.
Pero también afloraron otro tipo de de tuits, como este de 2014:
El comentario sobre el sufrimiento de los judíos en el Holocausto en seguida causó polémica, todavía con el recuerdo fresco del linchamiento mediático al concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata y su dimisión como concejal de Cultura de Carmena, que le dejó caer para aliviar la presión.
Como en aquella ocasión, el tuit de Marta Rivera de la Cruz tiene un contexto, una explicación que desactiva cualquier polémica. Rivera estaba parafraseando de manera irónica un comentario de Pablo Iglesias diciendo que la violencia de ETA, que no justificaba, tenía una explicación política, algo que precisamente le parecía que cruzaba ciertos límites en su opinión; estaba, como hizo Zapata, jugando con las palabras y el formato de Twitter, siendo irónica con ellos, extrapolando. En otro tuit de entonces ella se explica:
Cuando el tuit empezó a circular anoche, muchos pensamos... bueno, si las cosas se hicieran realmente por coherencia, si las razones del ataque a Zapata por sus comentarios desafortunados fueran sinceras y proporcionadas, ya deberíamos estar viendo: grandes titulares sobre la candidata de Ciudadanos siendo acusada de poco menos que crímenes de odio, declaraciones oficiales de partidos con los que hay acuerdos (en la Comunidad de Madrid, por ejemplo) renegando de cualquier relación con ella, portadas con la cara de Marta Rivera, que como consecuencia no pueda andar por la calle, que nadie quiera entenderle a pesar de que todo el mundo entiende que hay un contexto, que hay una proporción. Llamadas por detrás. Peticiones de dimisión en editoriales.
Todo eso pasó en el caso de Zapata. Todo el mundo sabía que había un contexto pero a nadie le importaba. De hecho, la propia Marta Rivera de la Cruz tuiteó entonces sobre el caso Zapata que no hay contexto que valga para este tipo de situaciones:
También está este otro tuit del número 2 de Ciudadanos en Madrid, Francisco de la Torre, durante la polémica del concejal:
Ahora Ciudadanos dice, y lleva razón, que se han descontextualizados las palabras de Marta Rivera. Señalar la incoherencia está bien para tenerla en cuenta, pero no deberían reforzar el precedente, por el bien de todos.
Porque la verdadera pesadilla viene cuando efectivamente este jueves se ha ido formando una bola alrededor del tuit, cuando hay varios medios que hacen titulares como si las palabras de Marta Rivera no fueran irónicas y sin aclararlas en absoluto. Cuando Ciudadanos abre una comisión de investigación interna para revisar ese tuit concreto y ver si tiene sentido alguna acción contra ella, para aliviar la presión. La absolverá, obviamente, porque lo contrario no tendría ningún sentido. Albert Rivera tiene razón en que empeñarse en que Rivera de la Cruz tiene algo en contra de los judíos es sencillamente no querer entender la realidad: la candidata tiene una premiada novela precisamente ambientada en el sufrimiento vivido en el Holocausto.
Como pasó con Guillermo Zapata, los tuits sacados de contexto no representan las ideas ni la personalidad del atacado. Y ahí está la clave, la gran diferencia entre criticarla por sus tuits sobre violencia machista, que sí representan sus ideas, y atacarla sin medida por un tuit irónico.
Que se organice una gran ola contra ella por este comentario, fuera o no afortunado, es un despropósito que demuestra que lo que ocurrió con Zapata no tiene que ver con establecer nuevos estándares de pureza para la política sino un capítulo absurdo y desproporcionado que no debería volver a producirse con nadie. No fue un primer precedente, fue un error.
El absurdo no tiene límites. Marta Rivera de la Cruz, número 3 de Ciudadanos en Madrid, fue anoche la perdedora del debate a 9 organizado por TVE con muchos de los partidos que se presentan al 20D. Como consecuencia de su mala actuación en el debate, empezaron a aflorar en Twitter comentarios recientes y no tan recientes hechos por ella en redes sociales. Muchos hablan de su incoherencia política por ejemplo sobre el contrato único o el copago, como cuenta la Maldita Hemeroteca.
Pero también afloraron otro tipo de de tuits, como este de 2014: