Análisis Journey, arte puro en tu PS4

Hablar de Journey es hablar de palabras mayores, siendo sin lugar a dudas uno de los títulos indie/alternativos más llamativos de todos los tiempos, una de esas joyas que todos deberíamos catar al menos una vez en la vida, nos guste o no su propuesta, su género o su estilo. Journey es un título especial, casi único, que conquistó el corazón de miles de jugadores con su lanzamiento en exclusiva para PS3 allá por 2012, contando con una banda sonora exquisita que llegó a competir por el Grammy a mejor banda sonora contra películas como The Artist y El caballero oscuro: La leyenda renace.

Por ello no es de extrañar que, en esta época de remasterizaciones como setas, no pocos jugadores pidieran su adaptación a PS4 aprovechando las virtudes del hardware de la nueva consola de Sony para lucir mejor que nunca: a 1080p y 60fps. Evidentemente Sony no ha hecho oídos sordos a dicha petición, pero la historia de esta remasterización empezó de forma un tanto torpe y lenta, con sucesivas confirmaciones a medias, desmentidos y retrasos.

Journey para PS4 nos ha hecho esperar, pero por fin ya está aquí, contando además con la función Cross-buy. ¿Qué diantres significa esto? Pues que todo aquel que ya lo tenga en PS3 no tendrá que volver a pagar por él, algo que aplaudimos por parecernos lo justo, lo que debería hacerse con la gran mayoría de las remasterizaciones.

A lo que vamos, ¿qué ofrece Journey? Pues salvando las mejoras visuales nos encontramos ante exactamente el mismo juego que ya pudimos disfrutar en 2012, por lo que, para ahorrarnos tiempo a todos, recomendamos encarecidamente que aquel que no viera en su día nuestro vídeo análisis le eche un vistazo ahora. Journey es en definitiva un viaje, así sin más, sin añadidos ni distracciones.

Empezamos en mitad de un desierto. No hay textos, no hay voces, no hay ni tutoriales. Pero existe algo que no se le escapa a ningún jugador, sea como sea hay que alcanzar esa montaña cuya cima brilla en allá en el horizonte. Y esta es la magia de Journey, que no necesita de nada para explicarse más allá de ese estrecho vínculo que se crea entre todo buen juego y el jugador.

Justo por eso hay que reconocer que no se trata de un título apto para todos los públicos. Sí, todo el mundo debería al menos probarlo, pero admitimos que, en manos de aquellos que buscan por ejemplo acción directa, puede sentirse un tanto extraño. Por eso entendemos que aquellos que no lo aman le achaquen una escasa profundidad a nivel jugable y lo que es peor, la ausencia grave de ciertos factores que deben primar en cualquier videojuego, como por ejemplo la competitividad con otros jugadores o con uno mismo.

Pero, ¿acaso lo más importante en un videojuego no es el saber transmitir, el transportar al jugador a un nuevo mundo? Nosotros creemos que sí, y que de hecho una señal de que un juego en cuestión es incuestionablemente bueno es cuando para expresarse, para conducir al jugador, para transportarle, no necesita de ningún elemento propio de cualquier otro arte, como la literatura, por ejemplo. Por eso nos gusta tanto Journey, porque es sólo juego, sin textos, sin voces, sin cinemáticas.

De esta forma podemos centrarnos por completo en ‘el viaje’, en alcanzar esa misteriosa cumbre. Y en dicho sentido el esquema jugable ayuda mucho, puesto que no hay momentos de estrés, no hay situaciones en las que nos sintamos bloqueados o frustrados, sino que todo invita a seguir avanzando mientras disfrutamos del paisaje.

Por supuesto para que esta fórmula tenga sentido Journey necesita de un apartado audiovisual de órdago, y sin lugar a dudas lo tiene. A nivel artístico es una maravilla, una auténtica delicia que merece ser contemplada al detalle, mientras que su apartado sonoro juega sencillamente en otra liga gracias a esa mencionada BSO creada por Austin Wintory. Pues bien, todo esto de lo que ya pudimos disfrutar en el original ha sido potenciado como decimos gracias a los 1080p y 60 cuadros por segundo de esta remasterización, ofreciendo un resultado bellísimo.

Otro de los puntos curiosos de Journey como muchos ya sabréis lo encontramos en su ‘modo multijugador’. Al poco de iniciar nuestra partida es muy posible que nos encontremos con otros jugadores. Sin embargo no podremos comunicarnos con ellos de otra forma que no sea mediante una especie de canto. No hay nada en Journey que nos obligue a jugar junto a otro, y de hecho no es ni mínimamente necesario, pero sin embargo, ya sea por la magia del juego o por algún otro motivo que desconocemos, es más que factible que acabemos pasando largos recorridos junto a otros compañeros de viaje sin poder siquiera intercambiar palabra, descubriendo juntos nuevos rincones y ayudando a aquel que se despiste.

Lo mejor:

Lo peor:

Conclusiones

ConclusionesAnálisis Journey, arte puro en tu PS4

Nadie debería perderse esta joya de Thatgamecompany. Como decimos no es apta para todos los públicos, pero su magia, su belleza, está ahí esperando a ser descubierta por todos, algo que ahora es más sencillo y atractivo gracias a su salto a Playstation 4.

Con esta remasterización aquellos que se lo perdieron en PS3 tienen una ocasión única de descubrirlo, mientras que los que ya lo tienen podrán volver a él sin tener que volver a pasar por caja, pudiendo revivir la experiencia con gráficos a 1080p y 60 fps. ¿La pega? Pues que más allá de esta mejora visual no hay nada nuevo. Hubiéramos agradecido algún tipo de novedad o añadido, más aún a sabiendas de lo corto que se hace Journey.

Pero en fin, el caso es que el tiempo ha pasado y Journey está ahora en mejores condiciones que nunca para ser disfrutado, para que todo aquel que lo desea pueda sumergirse en su universo sin miedo, aunque sólo sea por sana curiosidad, por ver si realmente es tan bueno como dicen. Y eso evidentemente se agradece.

Por: Daniel Moreno

Análisis Journey, arte puro en tu PS4

07/23/2015

8 / 10 estrellas