¿Quién no recuerda esa mítica Nintendo 64, con títulos tan emblemáticos como The Legend of Zelda: Majora's Mask? Pues tal vez os de un escalofrío al pensar que ya han pasado quince años desde entonces. La sexta entrega de The Legend of Zelda ya es un clásico en la historia de los videojuegos, y como todo clásico merecía una remasterización a la altura. Una remasterización que Nintendo se ha encargado de traernos, esta vez para su portátil Nintendo 3DS.
Estamos encantados de ver a Link de vuelta, sobre todo en esta entrega. El original The Majora's Mask no alcanzó el éxito de su predecesor, Ocarina of Time, ya que contaba una historia totalmente distinta que muchos jugadores fueron incapaces de entender. Muchos han estado pidiendo este remake, y Nintendo se lo ha concedido. ¿Pero qué incluye? ¿Se trata de un simple lavado de cara, o una revisión completa del juego? En ese caso, ¿mejora la experiencia o hace que se pierda la esencia del original? ¡Descúbrelo en nuestro análisis!
La historia de la Máscara de Majora.
The Legend of Zelda: Majora's Mask para 3DS es un remake del título más oscuro de la saga de Zelda. ¿A qué se debe este calificativo? A que a diferencia de las anteriores entregas, en esta Link no es un héroe que busca salvar a la princesa, vencer al villano o destruir una amenaza latente. se trata de un héroe caído en desgracia, cuya misión es bastante más crítica y agobiante.
La historia comienza tras el desenlace de La Ocarina del Tiempo, mientras Link viaja a través de los Boques Perdidos sobre su yegua Epona. Link está decidido a encontrar a su hada, Navi, que desapareció después de que él terminara su misión. Sin embargo, enseguida se encontrará con un obstáculo, Skull Kid, un extraño enmascarado que va acompañado por dos hadas, los hermanos Taya y Tael.
Skull Kid ataca a Link, robándole a Epona y su pertenencia más preciada, la Ocarina del Tiempo que le regaló la princesa Zelda. No contento con eso, Skull Kid lo transforma en un matorral Deku y escapa con Tael. Link decide perseguirlos, y para ello contará con la ayuda de Taya, que se ha separado por accidente de su hermano.
Durante su viaje, Link llega al reino de Termina, donde se encuentra con el Vendedor de Máscaras Felices, que promete ayudarle a recuperar su forma original si le trae de vuelta la Máscara de Majora, robada por Skull Kid. Pero debe hacerlo antes de tres días, porque en ese momento se irá del pueblo. Mientras busca a Skull Kid, Link se da cuenta de que hay otros eventos que se producirán en el mismo momento en que se cumple el plazo del Vendedor de Máscaras. El más importante y temible, que la luna (con su siniestra sonrisa) se está acercando a Termina y amenaza con aplastarla.
Link acabará enfrentándose a Skull Kid el finalizar el tercer día, recuperando su preciada Ocarina. Sin embargo, no logra hacerse con la Máscara de Majora. Por ello, sabiendo que acaba el plazo dado por el Vendedor y que la luna está a punto de colisionar, decide utilizar la Canción del Tiempo que le enseñó Zelda, retrocediendo hasta el amanecer del primero de los tres días de plazo. A partir de ese momento arranca el auténtico juego.
Viajes en el tiempo y un plazo de tres días.
Tenemos 72 horas para recuperar la máscara y evitar que la luna aplaste el mundo. El tiempo corre realmente, así que notaremos la presión a medida que avanzamos en la aventura. Este fue uno de los principales atractivos del juego para Nintendo 64, y por suerte el remake lo conserva intacto.
Cada día en Termina equivale a una hora de juego real, aproximadamente. Cuando llegamos al final del tercer día podemos utilizar la Ocarina y regresar al amanecer del primer día. El problema es que, al hacerlo, perdemos todo nuestro progreso. Sólo conservamos los objetos clave de la aventura y las rupias que hayamos dejado en el banco. Las mazmorras que hayamos explorado, los enemigos que hayamos vencido y las misiones secundarias que hayamos completado desaparecerán y habrá que empezarlas de cero (algunas si queremos, otras por obligación).
Varios eventos y misiones especiales ocurren únicamente a una hora determinada del día (o la noche), así que tendremos esperar hasta entonces para realizar y ganar la recompensa que nos permitirá avanzar en la aventura.
La historia principal dura entre 20 y 25 horas. Si tenemos en cuenta que cada hora equivale a un día, tendremos que utilizar la Ocarina entre siete y ocho veces, y empezar “de cero”. En el juego original, además, las mayoría de las partidas guardadas eran temporales (sólo podíamos guardar de forma permanente al volver al primer día). Por otro lado, teníamos la opción de avanzar hacia adelante en el tiempo, pero sólo en intervalos de medio día.
Por suerte, estas cosas han cambiado en el remake. Ahora podemos guardar de forma permanente en cualquier momento, siempre que encontremos una de las estatuas búho que hay repartidas por los escenarios.
Además las melodías que nos permiten manipular el tiempo según nos convenga han sido perfeccionadas. Por ejemplo, ahora podemos elegir la hora exacta a la que queremos trasladarnos, en lugar de dar saltos de medio día. Esto es especialmente útil si queremos realizar un evento que se desarrolla el segundo o tercer día y no queremos esperar tanto tiempo. Sin embargo, esta melodía sigue sin permitirnos viajar atrás en el tiempo. Si queremos volver atrás, obligatoriamente debe ser al amanecer del día uno.
Otras melodías que iremos aprendiendo a lo largo de la aventura nos permiten ralentizar el tiempo para que podamos explorar y realizar las diferentes misiones con más calma, o bien movernos rápidamente, recorriendo distancias en muchísimo menos tiempo (algo fundamental si el tiempo apremia y no queremos dejar una mazmorra sin explorar o una misión sin completar).
Como en el juego original, también podemos recoger diferentes máscaras que nos transformarán en “versiones alternativas” de nosotros mismos: un niño Deku, un Goron o un Zora, cada uno con sus habilidades especiales que nos permitirán avanzar a través de las misiones y mazmorras principales. Por ejemplo, como Deku podemos meternos en una flor y salir disparados, para planear hasta alguna zona elevada o inaccesible andando, mientras que como Zora podremos sumergirnos bajo el agua.
Por supuesto hay muchas más máscaras (un total de 24), que aunque no son fundamentales para terminar la historia principal, son fundamentales en algunas misiones secundarias.
Mejoras respecto a Nintendo 64.
Nintendo 3DS incluye varias facilidades que no estaban en la versión de Nintendo 64. Por ejemplo, podemos ver el mapa de Ciudad Reloj en todo momento en la pantalla táctil de la portátil. También podemos acceder al inventario y organizarlo con unos pocos toques. En el momento de tocar la Ocarina del Tiempo, esta pantalla también nos muestra la partitura con los botones que debemos pulsar en cada momento.
Además, si jugáis The Legend of Zelda: Majora's Mask en una New Nintendo 3DS, ésta también tiene funcionalidad exclusivas, aunque mínimas. Por ejemplo, el nuevo C-Stick (stick derecho) permite controlar la cámara.
En general Nintendo 3DS ofrece pequeños añadidos, nada espectacular, pero facilitan positivamente la experiencia de juego y eso es algo que debemos agradecer.
Lo que sin duda sale ganando en el remake es el apartado gráfico. Mientras que otros títulos se limitan a hacer un pequeño lavado de cara con texturas resultonas, esta aventura de Link sorprende por sus mejoras visuales.
Tanto Link como Skull Kid tienen una calidad muy superior a los originales, con un diseño mucho más detallado, con unas formas y animaciones muy suaves. Esto los hace destacar por encima del resto de personajes y NPC, que, aunque también han mejorado, en comparación se quedan un poco por debajo.
Los escenarios también han sido rediseñados, y ahora cuentan con un nivel de detalles muy superior, acompañado por una mayor gama de colores, unas texturas que aprovechan todo el potencial de 3DS y una luminosidad sobresaliente. Todo esto sin renunciar a la gran extensión con la que contaban en el juego original. En The Legend of Zelda: Majora's Mask hay seis grandes localizaciones principales, y todas ellas son una delicia visual.
La implementación de la funcionalidad 3D de la consola también es sobresaliente. Recorrer Termina con el modo activado es una delicia, con todos esos imponentes escenarios vistos en profundidad y la siniestra luna sonriéndonos desde el cielo.
Conclusiones.
En general, The Legend of Zelda: Majora's Mask es una remake sobresaliente, que no sólo incluye mejoras en su aspecto gráfico y técnico, sino que incorpora novedades en la funcionalidad y el sistema de juego sin perder un deje de la esencia del original.
Muchos estudios se aventuran a sacar remasterizaciones o remakes que no son más que ports de los juegos originales a otras plataformas y que, en un aspecto u otro, acaban decepcionando. Por eso apreciamos mucho más el esfuerzo de Nintendo por traernos esta auténtica revisión de uno de sus clásicos, con mejoras palpables por las que merece la pena pagar. ¡Un acierto de la Gran N.
Lo mejor.
- La remasterización a nivel gráfico es espectacular. El juego aprovecha toda la capacidad de Nintendo 3DS y se adapta a ella a la perfección.
- Incluye numerosas mejoras y diferencias en la jugabilidad respecto al original, pero sin alterarla demasiado. Son pequeños cambios que mejoran la experiencia de juego sin estropearla.
- Conserva la esencia del The Legend of Zelda: Majora's Mask original, pero se aprecian las diferencias.
Lo peor.
- Por poner alguna pega, los viajes en el tiempo siguen siendo frustrantes. Sin embargo son lo que hacen especial al título. Alterarlos habría sido un error.
- Podrían haber incluido una mayor variedad de mazmorras.