Impresiones The Legend of Zelda Wii U, la sobremesa de Nintendo espera el regreso del héroe
Nintendo es una de esas pocas compañías que ha sabido mantener la esencia de algunas de sus marcas más carismáticas sin tener miedo a la innovación y sin caer en sobreexplotaciones innecesarias, trabajando siempre con un hermetismo ejemplar bajo el lema de que no se habla de nada hasta que no sea el momento adecuado. Y de enseñar materiales gráficos o imágenes en movimiento ya ni hablamos.
Es por ello que este nuevo The Legend of Zelda que va camino de Wii U es hoy por hoy uno de los videojuegos más enigmáticos y deseados del momento, capaz de generar interminables torrentes de comentarios en los foros del sector con cada mínimo detalle ofrecido por su máximo responsable, un Eiji Aonuma que desde cogiera el timón de la serie con los geniales Ocarina of Time y Majora’s Mask se ha ganado a pulso el hacer lo que desee con Link y compañía, optando incluso por decisiones controvertidas que finalmente resultaron ser de lo más acertadas, como el famoso estilo cel-shading de The Wind Waker.
Ahora nos encontramos ante una situación en la que Wii U necesita este nuevo Zelda como agua de mayo, ya que pese a haber remontado el vuelo gracias al impulso de Mario Kart 8, su futuro sigue siendo cuestionado semana a semana. Es por ello que, pese a que ciertamente aún son muy pocos los detalles oficiales que se conocen sobre esta nueva aventura, nos sentimos casi obligados a analizar aquello que sabemos, aquellas pequeñas pistas que nos hacen augurar un gran juego, aunque presumiblemente tengamos que esperar hasta bien entrado el 2015 para poder hincarle el diente.
Este no va a ser un Zelda cualquiera.
Para empezar, no creemos que haya un Zelda 'cualquiera'. Pero, ¿por qué decimos eso? Pues por varios motivos, empezando porque es evidente que al ser la primera entrega de la serie en llegar a Wii U (más allá del remake de The Wind Waker) las expectativas están altísimas y los fans quieren algo realmente fresco, innovador y capaz de aprovechar al máximo las características que hacen de esta consola una plataforma diferente. Por otro lado el propio Eiji Aonuma ha ratificado esta idea una y otra vez en diferentes comentarios, asegurando que busca recuperar la esencia de los Zelda más clásicos, aquellos capaces de generar una gran incertidumbre en el jugador motivando la exploración del entorno sin dejar de lado la inclusión de mecánicas novedosas propias de estos tiempos.
Empecemos por su jugabilidad: ¿qué es lo que caracteriza a todo Zelda que se precie? Las mazmorras, los puzles y los jefes finales. La maestría a la hora de integrar todos estos elementos, ofreciendo grandes aventuras, combates memorables y ciertos momentos en los que el jugador tiene que darle un par de vueltas al coco es lo que ha hecho de Zelda la franquicia icónica que es hoy. Por ello todo esto estará de vuelta, pero no sin ciertas modificaciones.
Para empezar se espera tal y como ha asegurado Aonuma que podamos completar las mazmorras sin tener que seguir un orden preestablecido que nos lleve directos y por obligación de la entrada a la salida de dicha mazmorra, si no que tendremos varias formas de afrontarlas, pudiendo acceder a diferentes áreas o estancias en el orden que creamos oportuno o que nos permitan nuestras habilidades.
Algo similar ocurrirá tanto con los famosos puzles, los cuales están siendo rediseñados para hacer que nos esforcemos, como con la mismísima exploración del que será el primer mundo abierto de Zelda. La idea según Aonuma es que sintamos siempre la necesidad de saber “¿qué hay detrás de aquella montaña? ¿qué ocurrirá si voy a verlo?”. Sinceramente, este es un punto esperanzador, ya que además tal y como pudimos ver en el E3 el nivel de detalle de este mundo parece realmente ambicioso y visualmente preciosista, algo que parece quedar bien claro con unas declaraciones del creativo en las que compara su extensión con la de la ciudad de Kioto, de 827,90 Km cuadrados (según la Wikipedia).
Aonuma dice sobre este punto que espera que nos invada la curiosidad, la necesidad de explorar cada pradera, bosque o montaña haciendo frente a los desafíos que se nos pongan por delante, aunque ya ha dejado claro que este no es un enfoque sandbox, ya que si queremos avanzar en el juego deberemos ceñirnos a su desarrollo lineal. En palabras del propio diseñador, “puedes jugar a explorar pero no serás tan libre. Si sólo piensas en seguir andando libremente hasta más allá de las montañas lo único que harás será seguir andando hasta que estés muy lejos”.no serás tan libre
En cuanto al resto de mecánicas, se quiere aprovechar el Gamepad al máximo y no sólo para los puzles. Dar cabida en su pantalla para el inventario será lo más básico, pero nos imaginamos que también tendremos que tirar de él para utilizar diferentes gadgets o afrontar ciertos minijuegos. Lo que queda claro es que ya no tendremos que estar haciendo virguerías con el Wii Mote, algo que muchos agradecerán, aunque aún está por ver en qué grado se implementa este mando tableta en un momento en el que se sigue cuestionando abiertamente hasta qué punto resulta práctico y atractivo para jugar.
Nuevos esquemas, sabor clásico.
En conclusión, estamos ante un The Legend of Zelda que buscar ser el título más ambicioso y revolucionario de entre los últimos que hemos visto en esta franquicia, algo motivado como decimos por la situación de necesidad que atraviesa Wii U desde su lanzamiento. Eiji Aonuma ha declarado en repetidas ocasiones que no esperemos lo de siempre, que no demos nada por sentado y que habrá sorpresas, llegando hasta el punto de que muchos se planteen si esa vez la propia Zelda seguirá siendo o no una princesa.
Se sabe que habrá un mundo realmente grande a nuestros pies que podremos recorrer a caballo, que tendremos que enfrentarnos a los correspondientes jefes finales y que nos las veremos canutas para atravesar ciertas mazmorras por mucho que nosotros mismos podamos decidir hasta cierto punto el próximo paso a dar, al igual que se tantea la posible inclusión de un novedoso modo multijugador. Sabemos incluso que habrá un nuevo villano de esos que son realmente malos, y que el nuevo Link dejará atrás el ropaje verde para apostar por un azul que pega más con sus ojos.
Con todo esto, ¿se está volviendo loco Aonuma? Pues todo apunta a que no, a que tan sólo busca ofrecer un gran juego que sea capaz de aportar algo diferente sin perder la esencia de la saga, ofreciendo de paso un espectáculo visual que muchos tildan de realmente sorprendente para una consola como Wii U.