La demo de Silent Hills es rara, rara… pero asusta

Hideo Kojima y Guillermo del Toro aúnan fuerzas para sumarse a la moda del renacer de un género que llevaba un tiempo de capa caída: los Survival Horror.

A diferencia de los títulos que dieron origen al género como Alone in the Dark, Resident Evil o el propio Silent Hill, las nuevas tendencias apuntan a una nueva variante cuyo principal objetivo es hacer que el jugador sienta el verdadero terror en sus carnes, y no nos referimos a reventar la cabeza a un zombi con una escopeta recortada de dos cañones, que eso ya está muy visto, nos referimos a provocar un terrible sensación de indefensión, donde nuestra única opción es esconderse o correr, mientras los desarrolladores nos hacen supurar adrenalina por todos los orificios del cuerpo a base de sustos y altos niveles de tensión.

En realidad, Silent Hills no se ha pronunciado todavía sobre si éste será su estilo definitivo, pero la demo disponible desde ayer para los usuarios de PS4, es toda una declaración de intenciones.

Sin embargo, la demo provoca demasiadas sensaciones contradictorias. Puede deberse a que el juego todavía se encuentra en una fase pre-pre-alfa, porque más que una demostración jugable podría llegar a parecer una pequeña muestra de un producto que todavía está lejos de poder ser mostrado al público… aunque también podría deberse a las excentricidades de Guillermo del Toro.

No quiero que se interprete como una crítica feroz, al fin y al cabo ambas razones tienen su lado bueno. Por un parte, esas excentricidades del director y guionista mejicano, han dado lugar a grandes obras como El Laberinto del Fauno, y por otra, que un producto en tan temprana fase de desarrollo sea capaz de trasmitir ese nivel de tensión, es como mínimo un comienzo prometedor para el proyecto.

A pesar de todo, y centrándonos en lo que tenemos a día de hoy, la demo descargable de P.T. no deja de ser un pasillo en forma de “L” donde ocurren acontecimientos extrañísimos, y lo peor de todo es que apenas podremos interactuar con nuestro entorno, lo cual provoca que resulte sorprendentemente fácil atascarse sin saber cómo progresar. Se trata de una demo desconcertante, y no siempre en el buen sentido.

Eso sí, asustar asusta, si no que le pregunten a estas pobres señoras japonesas entraditas en años que, por algún motivo que desconocemos, han accedido a jugar a oscuras y con sistema de sonido envolvente con altavoces traseros del tamaño de sus cabezas, mirad, mirad: