Nintendo lleva tres años acumulando pérdida tras pérdida en cada periodo fiscal, lo cual pocas compañías serían capaces de soportar con tal aplomo, llegando incluso a ratificar y reforzar a su presidente, Satoru Iwata, en la última junta anual de accionistas.
Y todo ello gracias a que Wii U, consola a la que muños señalan con dedo acusador, parece estar despegando gracias a las imparables ventas de un Mario Kart 8 que ha conseguido superar la barrera de los tres millones de copias vendidas en apenas un mes, impulsando las ventas de la consola de forma espectacular hasta colocar 510.000 unidades en todo el mundo durante el último trimestre, superando con creces las 160.000 vendidas durante el año pasado durante el mismo periodo.
Sin embargo la portátil 3DS se apunta un notable descenso con una caída de cerca de 1,4 millones de unidades vendidas a 820.000, al igual que ha ocurrido con sus juegos, que han pasado de los 11 millones a los 8,57 debido a la ausencia de grandes lanzamientos.
El caso es que pese al empujón dado por su sobremesa a Nintendo siguen sin cuádrale las cuentas, acumulando unas pérdidas de uno 71 millones de euros tras facturar unos 539 millones, un 8% menos que en el mismo periodo del pasado año. Pese a ello se mantienen más que optimistas, negándose a revisar unas previsiones que apuntan a unas ganancias de 146 millones cuando termine su año fiscal el próximo 31 de marzo de 2015.