Hubo un tiempo en el que todo era Nintendo y Sega, y la primera solía brillar con bastante más fuerza que la segunda. Por aquella época los chavales no poníamos pegas a que una portátil pesara como un ladrillo y casi no se pudiera jugar por los reflejos del sol, que chupara pilas como una maldita o que no pudiéramos guardar la partida cuando llevábamos horas y horas invertidas en llegar lo más lejos posible. Invitar a casa a los colegas para jugar juntos pasándonos el mando era infinitamente más divertido que cualquier campeonato online de hoy en día y terminarte un juego era un hito del que podías presumir en el patio del colegio. En definitiva, eran tiempos felices.
Más tarde llegaron los 32 bits y con ellas Sony arrasando con su primera Playstation. Sega se fue a pique en los 128 bits pese a tener una consola increíble como Dreamcast y Microsoft entró en escena. Casi de la noche a la mañana llegaron PS3 y Xbox 360 para copar casi toda nuestra atención mientras Nintendo apostaba, como ha hecho casi siempre, por ir a su bola con una Wii que pese a triunfar en lo comercial no consiguió convencer a los jugadores más ‘hardcore’ (algo que seguramente discutirán los fans de Nintendo).
Más tarde llegó Wii U, a la que siguieron PS4 y Xbox One. Sin embargo, pese a contar con un año de ventaja, la sobremesa de Nintendo ha sido ya ampliamente superada por la de Sony debido en gran parte a la casi total ausencia de grandes juegos y el abandono de las editoras más importantes. Esta situación ha provocado que no sean pocos los que auguran un turbio futuro para los de Kioto en cuanto a la fabricación de consolas, viendo en ellos lo mismo que pasó con Sega pese a que las ventas de Mario Kart 8 han conseguido impulsar en los últimos meses a Wii U.
Pero, ¿esta situación y todas las habladurías preocupan en Nintendo? De puertas para fuera no demasiado. Y el último en dar buena prueba de ello ha sido el maestro Shigeru Miyamoto, padre de personajes icónicos como Mario y Zelda, en sus últimas declaraciones a la revista EDGE:
“Hay personas que, por ejemplo, quieren ver una película. Podría ser que quisieran ir a Disneyland. Su actitud es, ‘bien, yo soy el cliente, se supone que debéis entretenerme’. Es una actitud pasiva, y para mí es un tanto patético. Ellos no saben lo interesante que puede ser ir un paso más allá, tratar de ponerse a prueba con los juegos más avanzados”.
“La gente puede decir que el software es lo más importante. No, no es cierto. Una experiencia única se construye sobre un hardware único con una interfaz única. Es por ello por lo que creo que Nintendo es y seguirá siendo una compañía centrada en crear videoconsolas”.hardware único