El procesado sólo estará en la cárcel 40 años, el máximo legal, porque la sentencia establece que los beneficios penitenciarios que pueda obtener se aplicarán al total de la pena.
El procesado ha sido hallado culpable de dos asesinatos, una agresión sexual, violación de domicilio, incendio, robo con violencia, robo con fuerza y profanación de cadáver, delitos por los que la Fiscalía solicitaba una pena de 102 años y 11 meses de prisión. También deberá indemnizar a los familiares con cantidades que oscilan entre los 30.000 y los 300.000 euros.
La madrugada del 5 de octubre, el acusado --que gozaba de un permiso penitenciario-- tomó el Metro en Barcelona y sobre las seis de la mañana se apeó en la estación de Bellvitge, en L'Hospitalet. Dos horas después, vio a Silvia N., una agente de Policía en prácticas de 28 años que se dirigía a su domicilio, en la Rambla Marina, tras pasar la noche de servicio en la comisaría de Castelldefels (Barcelona)