La reforma laboral que conocimos el pasado viernes ya tiene retractores y personalidades a favor. En contra se ha encontrado a los sindicatos y a la oposición y al lado, a los empresarios y al Partido Popular.
Aquí en La Rioja, los políticos se han posicionado a favor y en contra de la reforma. El jefe del Ejecutivo riojano, Pedro Sanz, ha afirmado que la reforma laboral, aprobada el pasado viernes por el Gobierno de España, tiene “el papel fundamental de generar confianza para crear puestos de trabajo”.
Sanz, en declaraciones a los periodistas, ha añadido que, por sentido común, “nadie puede pensar que un gobierno pueda aprobar una reforma laboral para destruir empleo porque es destruirse también así mismo”.
También ha opinado que al Gobierno de España “no se le han concedido ni cien días de gracia para trabajar y preparar su trabajo en decisiones”, que considera “importantes”, y que ha tenido que adoptar.
Para él, el Gobierno de España “ha dado muestras de tener las ideas claras y tomar decisiones”, ya que en cincuenta días ha presentado tres reformas y la última, la laboral.
Sanz ha insistido en que “hay quien dice que esta reforma es una reforma para despedir y no para crear empleo”, pero ha insistido en que, por sentido común, “nadie puede pensar que un gobierno apruebe una reforma laboral para destruir empleo porque es destruirse también así mismo”.
El presidente del Gobierno de La Rioja también ha dicho que “sin empresas, por muchos trabajadores que haya, no habrá actividad económica” y ha agregado que “si hay muchos trabajadores y no hay empresas, tampoco habría actividad”.
Por contra, el todavía secretario general del PSOE de La Rioja, Francisco Martínez-Aldama ha afirmado que la reforma laboral aprobada por el Gobierno propicia la “aniquilación” de los derechos de los trabajadores y una bajada generalizada de salarios.
Martínez-Aldama apunta a que esta reforma es “la tercera mentira de Mariano Rajoy”, después de que subiera los impuestos cuando antes decía que no lo iba a hacer y de que el paro creciera con él en el Gobierno cuando antes aseguraba que iba a bajar cuando gobernase.
Hace meses, ha reprochado, el presidente del PP rechazaba el abaratamiento del despido y una pérdida de derechos de los trabajadores y “que es lo que hay en esta reforma”, ha dicho el dirigente socialista, portavoz de Empleo de su grupo en el Senado.
Ha explicado que la reforma conlleva que los contratos indefinidos se extingan con indemnizaciones de 33 días y un máximo de 24 meses en caso de despido improcedente, en lugar de 45 días y 42 meses como hasta ahora.
Si el despido es procedente la indemnización al trabajador será de 20 días por año trabajado y un máximo de un año de salario.
Ese es el tipo de despido, ha asegurado, que se va a generalizar porque se autoriza que recurra a él una empresa en la que se reduzcan sus ingresos “aunque gane dinero”, ha afirmado; y también podrán ser despedidos así los trabajadores de la administración.