El 2023 será recordado en La Salera como el año del ascenso de Arturo Guerra con el Náxara. El entrenador, ahora segundo de Diego Martínez en la UD Logroñés, fue capaz de darle la vuelta a la situación del pasado invierno.
Los blanquiazules iniciaron el año cayendo por 1-2 en casa ante el Varea y, tras la jornada 15 del Grupo 16 de Tercera División, estaban quintos con 27 puntos, a ocho unidades del liderato que marcaba la Oyonesa. El 10 de enero, el club anunció la destitución de Raúl Martín y la llegada de Guerra, que ya había estado de segundo de Martínez en el club años antes.
El Náxara era un recién descendido, por lo que su exigencia, aún siendo grande, tenía que ser la de intentar regresar al cuarto escalón del fútbol masculino nacional.
De locos
Arturo Guerra y su Náxara no fallaron. 11 victorias seguidas y 14 triunfos en las 15 jornadas restantes, edificaron el campeonato de Tercera y el ascenso directo del equipo najerino. Solamente un empate en casa ante la Oyonesa en la jornada 27 (0-0), evitó la perfección más absoluta.
La victoria contra el Calahorra B del 16 de abril en la jornada 29 (2-1), certificó el premio. El equipo de Guerra se hizo con el campeonato acabando líder con 70 puntos y, además del ascenso, también se rubricó la clasificación para la Copa del Rey 2023-24; la tercera participación en el torneo del KO era una realidad.
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Final
El 23 de mayo, un mes después de finalizar la temporada, el Náxara y Arturo Guerra separaban sus caminos de “mutuo acuerdo”. A priori, era una decisión que podía sorprender, pero semanas más tarde cobraría sentido. La UD Logroñés, descendida a 2ª Federación, fichaba a Diego Martínez como primer entrenador y Guerra, volvía ser su segundo, esta vez, en la entidad blanquirroja.
Josean García Chinchetru, ex de La Calzada y UD Logroñés Promesas, era el elegido para el banquillo de La Salera. El club, se preparaba para afrontar su segunda participación en 2ª Federación.
Cuesta arriba
Más de una decena de los futbolistas del ascenso renovaron. Pero el inicio no de curso no fue bueno. Además de la lesión de larga duración sufrida por el central Eloy Blanco en verano (se rompió el cruzado en el primer partido de pretemporada), los resultados no acompañaban.
Con un punto en nueve jornadas disputadas en el Grupo 2 de 2ª Federación, el equipo riojano encaraba su tercera participación en la Copa del Rey ante la UD Melilla en casa. Y la realidad, es que tampoco hubo suerte aquella mañana del 1 de noviembre (1-2).
Hubo que esperar unos días más hasta poder celebrar la primera victoria de la campaña, concretamente hasta el 19 de noviembre. El 3-0 al Brea en la 12ª fecha liguera permitió a los najerinos sumar su primer +3 tras estar casi siete meses sin ganar.
La segunda victoria ha llegado este pasado 17 de diciembre, 3-1 contra el Izarra, en el último partido del año. Así las cosas, el cuadro de Josean García encara el turrón y las fiestas navideñas como colista de la liga (18º) y con sólo 8 puntos sumados en 16 jornadas del Grupo 2 de 2ª Federación.
La permanencia se vislumbra a 9 puntos, lejos, muy lejos, pero queda más de la mitad del campeonato. Los deseos en La Salera para el nuevo año 2024 no pueden ir más allá de intentar lograr la permanencia. La tarea no será sencilla, pero tampoco es imposible. Quien sabe si otra racha como la de principios de este 2023 catapultará al equipo riojano. Soñar y más en estas fechas, es gratis y necesario.