Los trabajadores de Madorrán y Rezola han proseguido con sus protestas por el expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por la empresa, que afecta a 26 de los 68 empleados de la factoría. En esta ocasión, la sede de la factoría, situada en la calle Avenida de Portugal de Logroño, ha sido el lugar de sus denuncias.
El martes 24 los empleados comenzaron sus movilizaciones con un paro de la producción durante una hora y una concentración en las puertas de la empresa. El jueves, 26 de junio, repitieron ambas iniciativas. Con ello pretenden manifestar su retundo rechazo al proceso concursal (antigua suspensión de pagos) que están llevando a cabo los responsables de la compañía.
Desde MCA-UGT se sostiene que la situación de la empresa es “crítica”, pero, no por ello, los trabajadores deben ser las “víctimas”. De hecho, atribuyen la situación “a la mala gestión”. Desde el sindicato también se insiste que la mala racha es “circunstancial” y se debe a una “falta de liquidez puntual”, que podría solucionarse de forma inmediata.
“Creemos que el consejo de administración debe invertir en el mantenimiento de la empresa para devolver a la sociedad los beneficios que ha obtenido durante sus más de 100 años de historia”, apuntó el sindicalista el martes 24 de junio.