Denuncian abusos en algunas bodegas de Rioja con el precio de la uva

Sin apenas arrancar las vendimias, ya llegan los primeros conflictos en el sector. Según ha dado a conocer la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UPA Rioja), el pasado martes se tuvo conocimiento de un contrato planteado por una bodega de Rioja a sus proveedores. Según explica el sindicato, en ese contrato se establecía que, en el mejor de los casos, el precio máximo al que puede optar un agricultor es 0,60 euros por kilo, muy por debajo de los 0,80 euros por kilo que cuesta producir un kilo de uva.

UPA Rioja considera que este tipo de contratos suponen “un atropello para los viticultores riojanos y una vulneración indiscutible de la ley de la Cadena Agroalimentaria”. Por eso han exigido a la consejería de Agricultura “que abandone la inacción y emprenda una actuación inmediata y ejemplarizante para evitar que este tipo de contratos causen un efecto contagio a otras bodegas, al ver que saltarse la ley resulta gratis”. 

Recuerdan desde el sindicato que el hecho de que estas bodegas no hayan solicitado ayudas de destilación no les exime de cumplir la ley ya que todos los viticultores riojanos están obligados a cumplir la ley en todas las materias que les afectan (laboral, sanitaria, medioambiental, etcétera). “Sin embargo, cuando se trata de que se cumpla la única ley que les ampara, la administración les ignora”, denuncian desde UPA Rioja al tiempo que cuestiona el papel de la Interprofesional del Vino de Rioja y reconoce que “resulta muy duro sentarse en la misma mesa con operadores que incumplen descarada e impunemente la ley”. 

UPA recuerda que, “por motivos de mucho menos peso”, una organización bodeguera abandonó la mesa de la Interprofesional de Vino de Rioja el año pasado y advierte de que son este tipo de situaciones las que agudizan todavía más la crisis del sector y la de la propia Interprofesional.

El sindicato exige que la rentabilidad de las bodegas “no sea a costa de arruinar a sus viticultores”, ya que todos los eslabones tienen que ser rentables y de ello depende el futuro del mundo rural riojano y de sus gentes. Por último, piden “respeto y reconocimiento a todos ellos pagando un precio justo por sus uvas”.