Dos jóvenes han presentado sendas denuncias contra un centro terapéutico de menores con trastornos de conducta, ubicado en el municipio madrileño de Galapagar, por presuntos malos tratos físicos y psíquicos por parte de varios educadores a los internos. El centro está gestionado por la empresa Mental Consulting S.L.
Las denuncias, a las que tuvo acceso Europa Press, fueron presentadas el pasado 7 de diciembre de 2009. En ambos documentos los jóvenes se declaran víctimas y testigos de los abusos que los educadores del turno de tarde cometieron contra ellos y una quincena de menores, entre los que destacan contenciones, agresiones, insultos o castigos injustificados, alegando “medidas cautelares”. Los denunciantes estuvieron ingresados hasta cumplir la mayoría de edad.
Según describe uno de los jóvenes en la denuncia, que responde a las iniciales J.C.V., interno en esta institución desde febrero de 2007 hasta marzo de 2008, desde el principio de su internamiento los educadores le obligaban a ducharse con agua fría, le daban golpes en la cabeza, le ataban a la cama durante noches enteras sin poder ir al baño o le administraban fármacos sin control médico. Asimismo, asegura tener conocimiento de que por las noches, estos empleados, en lugar de hacer su trabajo dormían en el centro dejando en desamparo a los menores internos.
La otra denuncia corresponde a J.A.G, interno en el centro de Galapagar durante tres años, de septiembre de 2005 a julio de 2008, y en la que el joven se declara víctima de castigos psíquicos como la obligación a ducharse delante de los educadores. Cuenta, además, que cuando pidió a uno de los empleados que respetara su intimidad, éste le respondió bajándose los pantalones y mostrándole sus genitales. Denuncia también que los educadores castigaban a los menores sin cenar o a permanecer en el jardín, durante horas y en pijama, a pesar de las bajas temperaturas.
En declaraciones a Europa Press, J.C.V indicó que los malos tratos descritos en la denuncia ya los conocía antes de ingresar en el centro, por lo que muchos menores podrían dar testimonio de los mismos. “Me fui de allí cuando cumplí la mayoría de edad y decidí poner la denuncia el año pasado porque la cosa estaba muy mal y tenía que contar lo que yo había vivido -explicó- Sólo espero que cierren este centro y que tomen medidas contra los educadores que nos maltrataron”, añadió.
EL DEFENSOR DEL PUEBLO ESTUDIA LAS DENUNCIAS
Los abusos en varios centros terapéuticos de menores se dieron a conocer hace un año, tras la publicación de un informe del Defensor del Pueblo en el que destapaba estas conductas y en el que puso de relieve la necesidad de un protocolo común para todas las comunidades autónomas que regulara la atención de este colectivo de menores.
Sobre este último caso de Galapagar, fuentes del equipo de Menores de esta institución presidida por Enrique Mújica indicaron a Europa Press que están estudiando las dos denuncias y admitieron que parece que “hay contenido más que suficiente” para que el Defensor inicie una investigación.