Digan lo que digan, fumar engorda

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El tabaco es un conocido factor de riesgo cardiovascular, así como una adicción muy perjudicial para la salud. Hace tiempo que se conocen los daños asociados al tabaquismo, a los cuales debemos sumar uno más: aumenta la posibilidad de sufrir sobrepeso.

Esta es una de las principales conclusiones que se extraen de un trabajo llevado a cabo en el Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, en el cual se evaluó prospectivamente a más de 7.500 participantes en el estudio SUN (financiado por el instituto de Salud Carlos III) durante algo más de cuatro años. Dicho trabajo, publicado en el último número de Revista Española de Cardiología (REC), perseguía el objetivo de evaluar la asociación de dos factores de riesgo cardiovascular muy importantes, por un lado, el hábito tabáquico y por el otro, la ganancia de peso, factor que está aumentado considerablemente en los últimos años.

Los resultados del estudio mostraron que, los participantes que dejaron de fumar durante el seguimiento, presentaron una mayor ganancia relativa al peso: más de 1 kilo y medio en los hombres, y alrededor de 1 kilo en las mujeres. En el caso de los fumadores en activo, este colectivo también presentó mayor incremento de peso que los nunca fumadores: alrededor de medio kilo en varones y 0,36 Kg. en mujeres.

“El hecho de que los participantes fumadores que continúan fumando también ganaran peso es el dato que más nos ha sorprendido y por ello, debemos destacarlo”, afirma el Dr. Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra y director de esta investigación. “Este hecho viene a corroborar lo nocivo que resulta el tabaco para el ser humano –continúa-. En este sentido, aunque los fumadores que abandonan este hábito aumentan de peso, este hecho les compensa frente al daño que supone fumar”.

¿Por qué el hecho de fumar provoca que se aumente de peso? Según el Dr. Martínez-González, “las razones que barajamos son meramente especulativas y no se conocen con detalle, pero en la mayoría de los casos suele haber un denominador común: son personas que tienen menos fuerza de voluntad a la hora de cuidar de su salud. Todos los participantes del estudio saben que el tabaco es perjudicial (la mayoría son profesionales sanitarios), pero aún así confiesan no ser capaces de dejarlo. En este sentido, es verosímil asumir que tampoco le den importancia a haber ganado peso”.

INSISTIR EN LA PREVENCIÓN

“Al prevenir el tabaquismo nos estamos alejando de dos factores de riesgo cardiovasculares claves: el tabaco y la obesidad”, comenta el Dr. Martínez-González. Aunque, actualmente, esta asociación se está teniendo en cuenta en los programas de prevención, los especialistas reclaman la implementación de más políticas de prevención a nivel de políticas generales de salud.

“El conocimiento e intervención, tanto de los cardiólogos como de los médicos de familia, respecto a la prevención de estos factores de riesgo aumenta más que significativamente. Pero a nivel de políticas generales nos encontramos con algunos vacíos, por ejemplo, ¿por qué no aumenta más el precio del tabaco en España? o ¿por qué no se alteran las políticas de impuestos de los alimentos que más conducen a la obesidad?”, plantea el especialista.

En conclusión, tal y como apunta el artículo publicado por la revista de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), contrariamente a lo que se cree, el tabaquismo no es una forma de prevenir la obesidad y de hecho, la aumenta, sobre todo en ex fumadores y en fumadores que continúan exponiéndose.