La deforestación, la fusión de los glaciares y la escasez de agua tiene a dos tercios de la población mundial “con el agua al cuello”, según la colección de informes elaborados por siete organizaciones ecologistas y de desarrollo que, bajo este título, recogen los efectos más palpables del cambio climático para exigir soluciones. Amigos de la Tierra, Ayuda en Acción, Greenpeace, Intermón Oxfam, SEO/Birdlife, World Vision y WWF/Adena, las ONG denunciaron que el impacto de las emisiones de CO2 que proceden de los países ricos se está sufriendo con más intensidad en los países del Sur, “poniendo en peligro la producción de alimentos, los suministros de agua, la salud pública y los medios de subsistencia”.
No en vano, la Organización Mundial de la Salud afirma que “cada año mueren al menos 150.000 personas como resultado directo del calentamiento global, que puede disparar a unos niveles sin precedentes los brotes de enfermedades y socavar los Objetivos de Desarrollo del Milenio en lo referente a reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, la lucha contra el sida y la malaria”, afirman las organizaciones.
En cifras, calculan que la crisis hídrica perjudica ya a 2.400 millones de personas, y, en 2025 el 60% de la población mundial se verá afectada por las sequías. Mientras, los desastres naturales se multiplican y si en los años setenta afectaban a unos 740 millones de personas anualmente, en los noventa ya tenían impacto sobre 2.000 millones cada doce meses.
Esta realidad se percibe con más fuerza en América Latina, donde las organizaciones recuerdan que sólo en 2005 se produjeron 26 tormentas tropicales y 14 huracanes, fenómenos “de proporciones claramente mayores que en épocas anteriores”, explican las ONG. En la región, entre un 30% y un 40% de la población vive de la agricultura y el efecto del clima en los cultivos de países como Haití “es devastador”.
Pero “África se lleva la peor parte” de los impactos del cambio climático, según las ONG. En el Continente Negro el 70% de la población vive de la agricultura, el sector más vulnerable a las alteraciones del clima. Además, un 33% de los habitantes tienen malnutrición. En la actualidad 14 países africanos tienen problemas de escasez de agua. En los próximos 11 años se sumarán once estados más, según el informe.
CUESTIÓN DE COMPROMISO
Ante esta situación y cuando la Cumbre de Bali (Indonesia) sobre medio ambiente va a tocar a su fin, las organizaciones recuerdan que ha llegado el momento de adoptar compromisos firmes que garanticen una reducción de emisiones post Kyoto lo suficientemente importante como para frenar la tendencia.
En palabras del portavoz de Greenpeace Mario Rodríguez, “tenemos diez años para aportar soluciones” para que “se alcance el pico máximo de emisiones en 2015 y de ahí empiece a bajar”. Será preciso a partir de ese momento, aplicar reducciones de emisiones “en dos tiempos para poder descender un 80% antes de 2050”.
Además de la reducción “obligatoria” de emisiones, la responsable de campañas de Intermón Oxfam, Marta Arias, señaló la necesidad de “crear nuevos modelos de desarrollo respetuosos con el clima u la biodiversidad” y consideró imprescindible “que los países ricos inviertan y contribuyan a desarrollar energías limpias en países en desarrollo sin que la propiedad intelectual sea una barrera”.
Las organizaciones exigen asimismo “que se apoye la adaptación” de estos países con “fondos adicionales” que se sumen a las ayudas al desarrollo ya que “la responsabilidad principal recae sobre los países ricos”. Según Arias, este proceso tiene un coste anual de entre 50.000 y 90.000 millones de dólares. Los subsidios a empresas productoras de combustibles fósiles sumaban 70.000 millones a finales de los años noventa.