El Logroñés afronta este domingo (17.00 horas, Las Gaunas) sus primeras obligaciones de la temporada. Recibe el equipo de Quique Setién al Lemona, octavo clasificado a tres puntos de la fase de ascenso, y sin más opción que sumar los tres puntos. Y es que una derrota, sería la primera en casa, podría dejar a los blanquirrojos en puestos de descenso al término de la jornada.
Son obligaciones inesperadas, pero la incapacidad del equipo para ganar lejos del Municipal han hecho que cualquier planificación previa esté aún por cumplir. Así, después de 12 partidos y con un bagaje de tres victorias y cinco empates, los blanquirrojos, además de aprender a ganar fuera, deben saber conservar su solvencia como locales.
Esa es, precisamente, la gran virtud del equipo de Quique Setién. Se encuentra cómodo en Las Gaunas. Tanto que hasta hace buen fútbol. Genera ocasiones y marca goles. Así ha conseguido doce de los 14 puntos que suma.
Para medirse al Lemona Setién, que mediada la semana confiaba en recuperar su teórico once inicial, deberá introducir modificaciones. Podrá apostar de nuevo por su defensa favorita tras la recuperación de Machote y podrá, también, entregar el mando del juego ofensivo a Cyril, ausente la semana pasada, pero deberá buscar un remplazo para Iván Díaz. El catalán, con una rotura de 8 milímetros en el sóleo deberá estar tres semanas de baja.
Enfrente estará un Lemona que a domicilio comparte males con el Logroñés. Los cementeros han sumado dos puntos lejos de su campo y sólo su solvencia como locales les permite seguir soñando con entrar en puestos de fase de ascenso.