El paraíso perdido bajo los pantanos de Cameros: “no pueden hablar de su pueblo sin llorar”

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Son muchas las familias que un día tuvieron que hacer las maletas y dejar atrás su vida antes de que fueran demolidas junto a sus recuerdos para quedar bajo las aguas de los pantanos que se construyeron en los Cameros riojanos.

Las aldeas de Los Molinos, Pajares y el barrio de abajo de San Andrés quedaron para siempre ahogados bajo los pantanos de Ortigosa, construido entre 1932 y 1962 y Pajares, entre 1987 y 1995.

El investigador del IER, Álvaro González, quiere ahora hacerles un homenaje con el libro “La Voz de los Desterrados”, en el que los propios protagonistas de aquella historia y sus descendientes recordarán como lo vivieron. “Aquellos exilios forzosos provocaron un sentimiento muy fuerte de desarraigo, he conocido a muchas personas que no pueden hablar de su pueblo sin llorar”.

Aldea de Pajares antes de su desaparición en 1990

El libro hablará de ese sentimiento a través de los recuerdos de las personas que vivieron en estos pueblos: “Recuerdos de infancia, de la escuela, los amigos, las travesuras, el duro trabajo, las fiestas, las despedidas… de una forma de vida que queremos preservar para siempre antes de que se pierda”, detalla Álvaro.

Para ello, este investigador está buscando las voces de estas historias dispersas ahora por el mundo. Algunas emigraron a Latinoamérica, otras se fueron a Pamplona donde se trasladó una fábrica textil y a otros puntos de España y otras se quedaron en Cameros: “eran personas muy formadas y el hambre agudiza el ingenio, fueron muy emprendedores”.

Vista de la fábrica de mantas de Navarrete en Los Molinos, fincas, puente sobre el río Alberco y carretera vieja a El Rasillo.

A Álvaro González le han emocionado especialmente los recuerdos de la partida. “Las historias más duras son las de Pajares, porque hay personas que todavía viven que tenían 50 años cuando se fueron y lo recuerdan perfectamente, en el caso de Ortigosa eran niños”. “En Pajares es un dolor que sigue muy vivo”, subraya.

Pero el libro no busca justicia, ni crear polémica porque “sigue habiendo mucho miedo a contar”. Solo quiere ser un reconocimiento al sacrificio que hicieron tantas personas para que Logroño y los pueblos valle abajo pudiesen disponer durante todo el año de agua abundante para beber, regar sus cultivos o mover maquinarias industriales.

Han pasado muchos años y aquellos vecinos y vecinas de Los Molinos o Pajares supieron hacer una nueva vida para sus familias pero la pena y el recuerdo del paraíso perdido no lo han podido hundir los años.

El próximo año 2022 se cumplirán 90 años desde la colocación de la primera piedra del pantano de Ortigosa por el propio Niceto Alcalá Zamora, presidente de la II República, y 60 desde su finalización. En 2020, al cumplirse 30 años de la despedida oficial de Pajares -18 de marzo de 1990-, ya organizaron un evento conmemorativo junto a la orilla del pantano que a causa de la pandemia se tuvo que suspender. “Unas cien personas habían confirmado su asistencia, pero justo coincidió con el primer confinamiento de marzo de 2020. El próximo año trataremos de compensarlo con otros eventos que ya estamos planificando”, promete.

Álvaro González invita a todas aquellas familias que vivieron en estas aldeas de Los Molinos, Pajares y San Andrés a que se pongan en contacto a través de la dirección de email lavozdelosdesterrados@gmail.com o sus perfiles en Facebook e Instagram.