Después de un merecido descanso del Rincón del Buen Decir hemos querido volver arrancando una sonrisa a nuestros lectores. La mejor forma para conseguirlo es mostrarles cuántas y cuáles son las formas con las que normalmente nos referimos a la acción más divertida que puede realizar el ser humano, reírse.
De uno mismo o de los demás, lo cierto es que la risa sirve, además de para festejar o divertir, para adelgazar o para conseguir olvidarnos durante un rato de los problemas de la vida diaria. Cada día son más frecuentes esos talleres en los que nos enseñan a reírnos, a soltar tensiones a través de carcajadas. De cierta forma, Rioja2 quiere acercar a nuestros lectores a ese mundo de la sonrisa y por ello les vamos a mostrar diferentes formas de decir que alguien se está riendo.
Nuestro libro de cabecera, el Diccionario de la Real Academia cuenta dentro de la definición de risa con varias locuciones que, acompañadas con esa palabra, son muestras inigualables de la estampa que se quiere demostrar con ellas. Encontramos, por ejemplo, frases como “mondarse de la risa”, “troncharse de la risa” o “mearse de la risa”.
Pero una acción tan divertida como puede ser reír en ocasiones toma nombres peligrosos para describirla. Y es que si la risa es tan intensa que nos obliga a doblar nuestro cuerpo para evitar que el estómago nos duela, no es de extrañar que nos digan que nos estamos “partiendo de la risa”, imaginariamente, claro. En determinadas ocasiones puede ser una parte de nuestro cuerpo la que pretenda partirse en dos, como en las expresiones “partirse la caja” (torácica, se entiende), “partirse el culo” o “partirse el pecho”.
De cualquier forma, nada es tan peligroso como llegar al límite de “morirse de la risa”. Y esto, ¿es verdadero o se trata de una leyenda? La página por excelencia de Internet, la Wikipedia, cuenta en su definición con numerosas historias que certifican que determinados personajes murieron a causa de una risa extrema. Casi todos los casos que se narran tienen que ver con paros cardíacos producidos por largos minutos riendo sin parar e incontroladamente. Sin embargo nadie puede asegurar que la risa mate, pero quién lo diría con tan repetida locución, ¿verdad?
En ocasiones, las necesidades fisiológicas de nuestro cuerpo nos pueden jugar malas pasadas durante un ataque de sonoras carcajadas “meándonos de la risa”. Además, todo indica que podemos llegar a “descacharrarnos” o “troncharnos” si el cómico de turno nos cuenta un chiste de los buenos.
La manía con hacer referencia a las partes pudendas del cuerpo no queda impune en una situación de risa descontrolada. Cuidado deben tener nuestros lectores masculinos cuando el de delante se tropiece o la mujer, emocionada por haber encontrado los zapatos de su vida, intente romper con su frente el cristal que le separa de ellos, ya que pueden llegar a “descojonarse” de la risa, como bien muestra el Diccionario de la Real Academia de la Lengua indicando que esta palabra se utiliza de forma vulgar. Haciendo referencia a la misma parte del cuerpo masculino, también se puede utilizar la palabra “despelotarse” que, o bien puede hacer referencia lo mencionado o quizás quiera mostrar que la persona en cuestión está tan eufórica y alegre que es capaz de desprenderse de su ropa mientras la risa se refleja en su rostro.
Como si de un globo se tratase, se puede llegar a “reventar” de la risa. Y desde luego, no debemos confundir la palabra destornillar con la cómica “desternillarse” de risa. La imagen de alguien tratando de destornillarse algún tornillo nada tiene que ver con la que hace referencia al tema que tratamos. Aunque, ahora que lo pienso, me viene a la memoria la manía que tienen algunos niños de lanzarse al suelo y rodar tronchándose de la risa y simulando el movimiento que un destornillador realiza.
Ciertos personajes famosos tienen su forma particular de hacer gala de su sonrisa y presumir a los cuatro vientos de una boca “profidén”. Sin ir muy lejos, recuerdo una frase repetida hasta la saciedad en los medios de comunicación y es nada más y nada menos que la dirigida por la folclórica Isabel Pantoja a su amado “Cachuli” cuando, hartos de que la prensa les siguiese, soltó un “Dientes, dientes, que es lo que les...”, mostrando en sus labios una amplia sonrisa.
Dentro de este Rincón no podemos dejar de incluir cierto tipo de risas que se están haciendo cada día más y más populares entre las nuevas tecnologías. Y es que, en un chat, en un e-mail o en un SMS, dependiendo de lo que queramos expresar debemos utilizar un tipo de risa u otro. Jaja, jeje, jiji, jojo, juju, jur jur, o variantes de cada una de ellas se multiplican en una conversación, sobre todo entre gente joven. Aunque, sin duda alguna, se lleva la palma la que nació como un “emoticono” que simboliza una amplia sonrisa: XD.
Hoy en día, la risoterapia es estudiada y valorada por numerosos médicos que incluyen en sus tratamientos terapias con risa. Porque reírse, de uno mismo o de los demás, está demostrado que es bueno para la salud y porque, como decía uno de mis profesores de instituto, hoy en día “más vale buen humor que en el culo... un tumor”.