Ferrer se despide de la Copa de Maestros

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El tenista español David Ferrer se despide de la Copa de Maestros, que se disputa en Londres, tras perder (6-2 y 6-2) ante Andy Murray, y no conseguir así el pase a semifinales en un difícil partido en el que mostró su juego más agresivo, pero ni la fortuna ni el escocés le dieron opción de lograr el ansiado premio.

El de Javea contaba con escasas opciones de jugar las semifinales en Londres. Aparte de ganar su partido de este jueves por la noche, Ferrer debía encajar menos de siete juegos, ya que, de ganar, empataba en victorias y derrotas con Soderling y el propio Murray.

Ferrer comenzó con un juego agresivo como principal arma. Por momentos parecía que el tenista español iba a obrar el milagro con grandes golpes de derechas y muy ajustados a las líneas, que lograron el primer 'break' a Murray cuando este aún no se había ni colocado en la pista.

El tenista escocés, sorprendido por el inicio de Ferrer, no conectaba los raquetazos oportunos y apenas lograba jugar con su primer saque, lo que aprovechó muy bien el español que quería vender cara su salida del torneo de Maestros, donde fue finalista en 2007.

Sin embargo, tras los primeros juegos, Murray calentó su muñeca sabiendo lo que se jugaba, y no sin algo de fortuna en algún juego decisivo, dio la vuelta al set (6-2). Ferrer, que había tenido un gran inicio, vio contrariado como su rival se ponía por delante en el partido sin apenas haber cometido errores.

En el segundo set, Ferrer volvió a empezar con fuerzas y logró romper el saque de Murray en su primera oportunidad. De nuevo el español hacía pensar en la remontada típica del incansable alicantino. En esta ocasión las esperanzas tardaron menos en desvanecerse, Murray ya estaba advertido de los arreones de Ferrer y respondió al 'break' en el segundo juego.

Ya sin opciones de clasificarse, Ferrer intentó llevarse el partido, pero Murray, más enchufado y con un estatus que defender en la capital inglesa, tiró de serenidad en los golpes largos y definitivos para llevarse finalmente el partido, tras un decisivo 'break' en el quinto juego, como ocurriera en el primer acto.