Hamilton deja el título listo para sentencia

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El piloto inglés Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes) se proclamó vencedor del Gran Premio de China, penúltima prueba del Mundial de Fórmula 1, que se celebró en el circuito de Shanghai, y dejó todo listo para cerrar el título en Brasil el próximo 2 de noviembre.

El español Fernando Alonso terminó cuarto en una gran carrera del bicampeón mundial, que estuvo cerca de Kimi Raikkonen (Ferrari) en las vueltas finales. El finlandés acabó tercero y su compañero, el brasileño Felipe Massa, segundo.

De esta forma, y tras la contundencia mostrada por el británico, el Mundial se decidirá en Interlagos. Un sexto puesto de Hamilton --que hoy sumó su noveno triunfo en F1-- sería suficiente para que alzase sus brazos en señal de victoria, aunque también le serviría un quinto en el caso de que Massa ganase en su tierra.

Y es que todo depende del inglés ahora que el Mundial llega a su fin. Sólo él será su propio juez, el que deberá dar la estocada final para certificar su dominio, para dejar claro que ha sido el mejor y para acabar con el 'runrún' que existe entre el resto de pilotos, que no están muy de su lado.

Será una carrera importante la de Interlagos. Pero antes, en la de China, Hamilton no dejó dudas de que merece estar en lo más alto. Quizá logró la victoria más contundente que el espectador pueda recordar. Desde el apagado de los semáforos no se bajó del primer puesto --salvo las paradas en boxes-- y acabó entrando victorioso ante el resoplido de Ron Dennis. HAMILTON, SOBERBIO

El año pasado se coló Raikkonen en la fiesta y Ferrari acabó riendo al final, pero en esta ocasión el patrón de la escudería anglo-alemana parece tener todo muy bien atado. Y es que sobre el trazado asiático, Hamilton no cometió fallos, estuvo fuerte y aguantó a la perfección las primeros envites de Massa. El carioca, que debe esperar un milagro en la última carrera, estuvo al acecho, pero el ritmo que impuso el británico fue demasiado para su 'bala roja' que acabó segunda tras una prueba sin sobresaltos. Su compañero, Raikkonen, estuvo a punto de tenerlos en los giros finales, aunque todo quedó en anécdota.

'Iceman' comenzó a perder tres décimas por vuelta en las últimas trazas para ver la bandera a cuadros lo que animó a Fernando Alonso, que lo tenía a algo más de cuatro segundos. Una distancia utópica para el asturiano que ya había hecho su carrera con el abandono del otro finlandés. Heikki Kovalainen (McLaren-Mercedes) pinchó a falta de 21 vueltas para el final y Alonso ascendió al sexto puesto de la clasificación general

aunque poco importa para un bicampeón mundial acabar en el quinto, séptimo o cuarto puesto, pues su verdadera victoria es estar en el cajón más alto.

Y ése quedó reservado para Hamilton, que dio una imagen de superioridad incontestable. El vigésimo segundo podio en su carrera deportiva tuvo un sabor y un color especial. Con su figura tocando el cielo de Shanghai y los dos pilotos de Ferrari por debajo, la imagen no necesitaba más palabras, sólo la sonrisa de un Hamilton que ya se ve campeón.