En la primera sesión del juicio del conductor acusado de homicidio la defensa ha definido lo ocurrido como un “accidente con concurrencia de culpas”. “No fue eso”, ha clamado la fiscal espetando: “Iba buscando un accidente para matarse, podríamos haber sido cualquiera”.
La Audiencia Provincial juzga, desde el día de hoy, unos hechos que ocurrieron el 27 de julio de 2018, cuando, siguiendo el escrito de acusación, el acusado, D.S, bajo la influencia de alcohol y otras sustancias, conducía el coche de su padre desde Soria hacia Logroño de manera agresiva y errática. Tras varias maniobras peligrosas, invadió el sentido contrario de la circulación, colisionó contra otro vehículo y su conductor y único ocupante murió. El fiscal le acusa de conducción temeraria, conducción bajo sustancias, y delito de homicidio doloso.
Una conducción, ha relatado la acusación particular de la familia, “temeraria” buscando “que le provocase la muerte”. De esta forma, en un momento dado, “salió a investir el vehículo que venía de frente”, dado que ya “había amenazado con provocar un siniestro”.
La defensa, frente a esto, ha definido la imputación de un delito de homicidio al acusado de “dislate”, rechazando que se le impute el ánimo de matar. En su opinión, “estamos ante un accidente de circulación puro y duro”, considerando que la conducción temeraria no es suficiente para la acusación que se le imputa. Incluso, ha hablado de “concurrencia de culpas”.
Ha pedido la nulidad de la prueba de alcohol en sangre “por la ausencia de cadena de custodia”, poniendo en “duda” que la analítica de sangre “esté absolutamente probado que pertenezca” al acusado. Pero el juez no se lo ha admitido. Sí que se ha admitido otra petición de la defensa: que el acusado no comparecerá hasta que no se vean todas las pruebas.
Lo hizo “con tendencia suicida” y “acabó con la vida de otra persona”
“Si fuera un simple accidente no estaríamos aquí; no fue eso, esto fue evitable, fue intencionado, fue voluntario”, ha clamado la fiscal explicando que, “ese día, el acusado salió con el vehículo de su padre que éste no quería que cogiese”. Lo hizo “con tendencia suicida” y “acabó con la vida de otra persona, cualquiera de nosotros podríamos haber sido”. “No es que hiciera una maniobra y saliera mal”, ha dicho y, en este sentido, la abogada de la acusación ha añadido que “ya había maniobras temerarias” antes del accidente“.
La letrada ha incidido en que el acusado “mató en la carretera nacional 111” al joven, de 31 años. Ha invitado a los miembros del jurado a que “hagan el trayecto, porque justo el lugar del accidente es una recta con total visibilidad”. “No le quiso matar” a la víctima, ha añadido, “le daba igual” quien fuera. Se trata, ha explicado, de una conducción “temeraria con desprecio a la vida de los demás”. Ha elevado la petición de pena a quince años.
El abogado del padre del acusado, por su parte, ha incidido en que no tenía permiso para cogerle el coche y, por tanto, no es responsable. Ha apelado a una conversación de WhatsApp mes y medio antes del accidente, en el que le dice que no le vuelva a coger el coche, de hecho, le llegó a denunciar por cogerle el coche.
La acusación pide tener en cuenta “la impruedencia” de la víctima
Frente a esto, la defensa ha echado de menos que, en el relato de las acusaciones, “para nada se ha incorporado el comportamiento” del otro conductor, la persona fallecida, porque, ha dicho, “podría haber concurrencia de culpa” al darse la “terrible conjunción astral de una persona que ha consumido cannabis y otra alcohol”.
Tras asegurar que busca “la verdad”, ha rechazado que su defendido tuviera “la intención de matar al primero que se le cruzara”, algo que, ha dicho, nace de lo declarado por un testigo. Ha señalado que toda la acusación va volcada en la conducción de su defendido como culpable exclusivo, pero “se ha descontextualizado el escenario real” y “se ha despreciado la conducta” del fallecido.
Aunque ha apelado al “respeto” de una persona que ha muerto y ha dicho sentirlo “de verdad”, ha creído que “tiene que salir que la conducción de él era similar en cuanto a temeridad”. Se trata, ha indicado, de “una carretera complicadísima, con un montón de curvas”, y el suceso se dio después de que el vehículo del fallecido adelantara a un camión al salir de una caravana. Ha apuntado a que, en realidad, se trata de “dos adelantamientos imprudencia, probablemente”.
Un testigo lo califica como “kamikaze”
Un testigo del juicio ha definido al acusado de “kamikaze” y ha relatado cómo “claramente” también intentó accidentarle a él. Se ha mostrado “convencidísimo” de que se chocó contra el fallecido porque “quiso hacerlo”. Una percepción a la que ha unido que, kilómetros antes, intentó provocarle a él mismo un accidente “pegando un volantazo” cuando le vio adelantando para sacarle de la carretera (algo que no consiguió).
Taxista de profesión durante 24 años, ese día conducía su coche particular después de dejar a su hija. Tras pasar por Ortigosa, y después de pararse en un STOP, se incorporó dirección Torrecilla. Lo hizo un coche por detrás del que conducía el acusado, vehículo que le llamó la atención por el color y el modelo. En un momento determinado, ha contado, intentó adelantarle y, en ese momento, apreció que el acusado, desde el retrovisor, le vio y, sin poner el intermitente, salió en un intento “claro”, para el testigo, de sacarle de la carretera. En ese momento, el testigo pegó un “frenazo” y se metió en el hueco que había dejado el acusado. Más adelante, vio al ahora acusado parado, a la altura de Peñaclara, “con las manos en la cabeza golpeándose”.
Más adelante, lo volvió a ver en la recta de Albelda “adelantando coches”, de tal forma que se llegó a poner detrás del que iba detrás de este testigo. Mientras tanto, por el carril contrario, el testigo empezó a ver otro vehículo (el del ahora fallecido) “a su marcha, velocidad normal”.
“Y cuando se va aproximando” el coche del carril contrario, ha relatado, “veo por el retrovisor que” el acusado “adelanta, y pienso, a dónde vas; chocaron al lado de mi puerta, el otro coche intentó salirse pero había un muro y rozó con él, no había escapatoria”. Ha incidido en que hasta ese momento el coche de la víctima iba “por su carril, tranquilo”. En cuanto al acusado, ha dicho: “Para mi este señor fue un kamikaze, lo que quiso fue suicidarse”.
“Ni una persona bebida hace eso; el recuerdo que tengo es malísimo, estoy convencidísimo de que quiso hacerlo”, ha dicho asegurando que “el único que podría haber evitado el accidente, igual que lo provocó, fue el acusado”.
El padre asegura que no le dejó el coche
En la sesión de hoy, además, ha testificado la novia del acusado, la cual le denunció por violencia de género y obtuvo una orden de alejamiento. Ha contado cómo el acusado le dijo que se iba a suicidar con el coche y también ha contado que consumía drogas.
Ha comparecido como testigo el padre del acusado, quien ha negado, categóricamente, que le diera permiso, ese día, para cogerle el coche. Según su relato, la noche anterior discutieron y el acusado se fue del piso de Logroño que compartían a Soria. De este modo, se enteró de que había cogido el coche cuando le llamaron del hospital.
La abogada de la defensa ha visto “contradicciones” y ha querido entregar al jurado la denuncia que el padre puso al hijo (en otra ocasión) tras cogerle el coche así como los mensajes de WhatsApp de ambos. “Mi hijo antes era conflictivo”, ha reconocido a preguntas de la fiscal. Sin embargo, después, a preguntas de la defensa, ha asegurado que ha cambiado, ya no discuten y, de hecho, se ocupa de las cosas de la casa porque él ha tenido dos infartos.