La pedagoga y formadora Patricia Sáenz ha advertido hoy de que la edad es “un factor más a considerar” en el inicio del uso del móvil por parte de los menores.
Ante las iniciativas que están surgiendo en toda España, también en La Rioja, de padres que se unen para retrasar el uso de teléfono móvil a sus hijos hasta los dieciséis años, Sáenz ha apuntado a “otros factores” que se deben considerar además de la edad.
“Hay otros factores que se pueden considerar aquí”, ha relatado señalando entre estos la madurez emocional; la necesidad real del niño; y su capacidad para seguir reglas, utilizarlo de manera responsable y en base a unos criterios que se establecen.
Sáenz es coordinadora del área TIC de los Grados de Maestro y Pedagogía y de la Especialidad Tecnologúa e Informática del Máster de Profesorado en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Ha explicado que un teléfono móvil comporta tanto riesgos como oportunidades, “depende del uso, como tantas otras cosas en la vida”. Así, “forma parte de nuestra vida, está allí y todos lo utilizamos para muchísimas cosas”.
“A todos nos facilita la vida en muchas cosas pero también es cierto que tiene riesgos dependiendo del uso que se le de”, ha añadido.
Antes de darle a un menor un móvil, “una de las cuestiones importantes” son las normas para su uso. “Todo es parte de la educación”, ha señalado al tiempo que ha puesto el acento en que “somos modelos de nuestros hijos”.
“Ellos ven cómo usamos los dispositivos, ven el uso que hacemos y conviven con ello desde muy pequeños”, ha destacado.
Así, “cuando les ponemos normas para que los utilicen tienen que estar en concordancia con cómo los utilizamos nosotros y lo que han estado viendo”.
Junto a esto ha visto importante que se establezca “un uso gradual y, más que controlado, mediado, acompañado por la familia”. En ese sentido, “las normas nos pueden ayudar a realizar ese proceso de educación en el uso del dispositivo”.
La limitación de los tiempos de uso para ese uso “gradual y moderado”; y los momentos de uso, dado que hay “momentos para estudiar, para dormir, en la comida”, en los que no debe estar presente, son normas a establecer.
Junto a esto “enseñar” cuestiones como el cuidado en el envío de imágenes, los contactos que se hacen, iniciarles en las nociones de lo que puede ser un delito. “Y, sobre todo, mucha comunicación ante cualquier duda”, ha resaltado.
“Es cierto”, ha relatado, “que tenemos muchas herramientas de control parental, pero no podemos limitarnos al control, porque no son herramientas humanas, controlan la tecnología pero no educan”.
“Yo puedo controlar si mi hijo ha estado conectado una hora y en qué páginas, pero el mal uso lo puede estar haciendo con un dispositivo móvil de un compañero, entonces, lo que tenemos que hacer es educar en el uso responsable de algo que sabemos que está ahí”, ha indicado.
Con respecto a si puede establecerse una edad ha señalado cómo los expertos hablan de los doce, catorce, y también se está hablando de los dieciséis años, “pero la edad es un factor más”.
La preparación de los menores será en base a “límites claros, educar, supervisar y acompañar con mucha comunicación”. Pero, sobre todo, “ser ejemplo, porque aprenden de lo que ven y nosotros somos los primeros que necesitaríamos formación”.