El sol y el calor veraniego han hecho su aparición el día de San Bernabé. Acompañando a Tomás Santos en todo su recorrido, este año los banderazos han sido mucho más vistosos que años pasados, cuando la lluvia y el mal tiempo deslucieron un acto tan popular.
Bandera en mano, Tomás Santos ha cumplido con el ritual que por su cargo le corresponde. Con tres paradas y tres menciones especiales, Santos ha ondeado la bandera por segunda vez en su mandato. Los temas actuales han estado presentes en su breve discurso. Los primeros banderazos, realizados bajo el Arco de San Bernabé, han estado dedicados a la sombra negra que nos persigue, la crisis.
La segunda parada, en la emblemática esquina de los Cuatro Cantones, han sido ofrecidos al Casco Antiguo de la ciudad, que estos días viste sus mejores galas medievales, ofreciendo a visitantes y vecinos un ambiente único por el que pasear.
Por último, la Puerta del Revellín ha sido testigo indiscutible de los últimos banderazos de las fiestas de este año, dedicados con nostalgia a dos personalidades logroñesas ya desaparecidas, Carmelo Cabezón y José Luis Dulín, miembro de la Cofrafía del Pez.